Las pruebas del caso Wilson Duarte
Grabaciones del escándalo por la golpiza a la cuñada de concejal de Bogotá.
Norbey Quevedo H.
La investigación que se adelanta por el escándalo generado ante la golpiza que, al parecer, le propinó la familia del concejal de Bogotá Wilson Duarte a su cuñada María del Pilar López empieza a dar un nuevo giro. Dos grabaciones y una declaración aportadas dentro del proceso pretenden demostrar lo que realmente pasó el día de los hechos, que el problema fue ocasionado por un asunto de infidelidad y, lo más increíble, que fue la propia cuñada del concejal quien se habría propinado los golpes para enredar a la familia de Duarte y su hermano Carlos, aspirante a la Cámara de Representantes.
Como si se tratara de un asunto de alto espionaje, lo que sucedió el viernes 23 de octubre, día de la golpiza, está registrado en una grabación. El audio, en regular estado, y la transcripción de la conversación, cuya duración es de 14 minutos, conocida por El Espectador, hace referencia a una acalorada discusión que sostuvieron Carlos Duarte, hermano del concejal, y su esposa, María del Pilar López, en presencia de su hijo.
En la conversación se escuchan primero las voces de Lorena, la niñera del menor, con Carlos Duarte. Allí éste habla de la pérdida de un dinero y de despedirla. Minutos después aparece su esposa María del Pilar y discuten por este hecho. Al instante ella llama a la Policía y dice que no es la primera vez que su esposo llega a maltratarla.
De inmediato el menor llora y la discusión se acentúa. Aparece la Policía y Pilar dice que le están pegando. Luego se escuchan otras voces y una mujer no identificada le dice a Pilar que anda con otro hombre. El audio termina en medio del llanto del niño.
Una segunda conversación que dura 58 minutos, aportada al caso, podría confirmar la hipótesis de que el asunto de fondo es la infidelidad. Se trata de la charla telefónica entre la cuñada del concejal, María del Pilar López, y un hombre, que para los investigadores está identificado como Joan Halman Rojas. Según las indagaciones, López y Rojas, quienes fueron compañeros de trabajo en la oficina de obras de la alcaldía de Teusaquillo, tienen una relación sentimental.
En el audio, la pareja habla del temor que sienten sobre la posibilidad de que se conozca su relación. También mencionan al hijo de María del Pilar y de un amor mutuo. Más adelante hablan de la compra de un apartamento por $340 millones, al parecer, producto de la separación de bienes entre ella y su esposo, Carlos Duarte. La confusa conversación finaliza con la mención de un cambio de estrategia frente a la situación.
Pero además de las dos grabaciones otras pruebas enredan el caso. Por ejemplo, en la denuncia que entabló María del Pilar López el pasado 23 de octubre sostiene que a la casa: “Entraron los tres hermanos Duarte a agredirme física y verbalmente”. Sobre el concejal Duarte indicó que sólo la agredió de manera verbal y frente a su esposo señala que en una ocasión anterior la había agredido, hecho que le generó una incapacidad de cuatro días.
El proceso sigue avanzando en los estrados judiciales. El sábado, el CTI de la Fiscalía recibió la declaración del portero del conjunto residencial donde se registraron los hechos, José Luis Tique. Al respecto, el testigo señaló que no vio que hubiesen golpeado a la cuñada del concejal Duarte; sin embargo declaró que los hermanos Duarte la halaron del brazo a fin de que les permitiera partir en su vehículo.
En suma: el caso de maltrato familiar se complica. Empiezan a aparecer nuevas pruebas. La familia Duarte contrató a la reconocida firma Garzón & Largacha, cuyos abogados presumen una autogolpiza y quieren demostrar en los estrados judiciales que en el evidente maltrato que sufrió la mujer hubo otras razones de fondo.
La investigación que se adelanta por el escándalo generado ante la golpiza que, al parecer, le propinó la familia del concejal de Bogotá Wilson Duarte a su cuñada María del Pilar López empieza a dar un nuevo giro. Dos grabaciones y una declaración aportadas dentro del proceso pretenden demostrar lo que realmente pasó el día de los hechos, que el problema fue ocasionado por un asunto de infidelidad y, lo más increíble, que fue la propia cuñada del concejal quien se habría propinado los golpes para enredar a la familia de Duarte y su hermano Carlos, aspirante a la Cámara de Representantes.
Como si se tratara de un asunto de alto espionaje, lo que sucedió el viernes 23 de octubre, día de la golpiza, está registrado en una grabación. El audio, en regular estado, y la transcripción de la conversación, cuya duración es de 14 minutos, conocida por El Espectador, hace referencia a una acalorada discusión que sostuvieron Carlos Duarte, hermano del concejal, y su esposa, María del Pilar López, en presencia de su hijo.
En la conversación se escuchan primero las voces de Lorena, la niñera del menor, con Carlos Duarte. Allí éste habla de la pérdida de un dinero y de despedirla. Minutos después aparece su esposa María del Pilar y discuten por este hecho. Al instante ella llama a la Policía y dice que no es la primera vez que su esposo llega a maltratarla.
De inmediato el menor llora y la discusión se acentúa. Aparece la Policía y Pilar dice que le están pegando. Luego se escuchan otras voces y una mujer no identificada le dice a Pilar que anda con otro hombre. El audio termina en medio del llanto del niño.
Una segunda conversación que dura 58 minutos, aportada al caso, podría confirmar la hipótesis de que el asunto de fondo es la infidelidad. Se trata de la charla telefónica entre la cuñada del concejal, María del Pilar López, y un hombre, que para los investigadores está identificado como Joan Halman Rojas. Según las indagaciones, López y Rojas, quienes fueron compañeros de trabajo en la oficina de obras de la alcaldía de Teusaquillo, tienen una relación sentimental.
En el audio, la pareja habla del temor que sienten sobre la posibilidad de que se conozca su relación. También mencionan al hijo de María del Pilar y de un amor mutuo. Más adelante hablan de la compra de un apartamento por $340 millones, al parecer, producto de la separación de bienes entre ella y su esposo, Carlos Duarte. La confusa conversación finaliza con la mención de un cambio de estrategia frente a la situación.
Pero además de las dos grabaciones otras pruebas enredan el caso. Por ejemplo, en la denuncia que entabló María del Pilar López el pasado 23 de octubre sostiene que a la casa: “Entraron los tres hermanos Duarte a agredirme física y verbalmente”. Sobre el concejal Duarte indicó que sólo la agredió de manera verbal y frente a su esposo señala que en una ocasión anterior la había agredido, hecho que le generó una incapacidad de cuatro días.
El proceso sigue avanzando en los estrados judiciales. El sábado, el CTI de la Fiscalía recibió la declaración del portero del conjunto residencial donde se registraron los hechos, José Luis Tique. Al respecto, el testigo señaló que no vio que hubiesen golpeado a la cuñada del concejal Duarte; sin embargo declaró que los hermanos Duarte la halaron del brazo a fin de que les permitiera partir en su vehículo.
En suma: el caso de maltrato familiar se complica. Empiezan a aparecer nuevas pruebas. La familia Duarte contrató a la reconocida firma Garzón & Largacha, cuyos abogados presumen una autogolpiza y quieren demostrar en los estrados judiciales que en el evidente maltrato que sufrió la mujer hubo otras razones de fondo.