Los compradores de carne de caballo para niños son los “duros” del PAE en Santander
Que alumnos de colegios de este departamento consumieran carne de burro y caballo sin saberlo desató la indignación del país. Ahora la Fiscalía investiga si los operadores sabían qué estaban distribuyendo y cuántos ciudadanos más consumieron el producto adulterado.
Después de que la Fiscalía revelara que el comerciante Fernando Trujillo vendía carne de burro y caballo a operadores del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en Bucaramanga y Santander, con químicos y documentación falsa, se desató la indignación de la comunidad. Padres de familia e incluso operadores solicitaron que se hicieran públicos los nombres de las empresas involucradas, para establecer qué colegios recibieron esta carne entre mayo de 2018 y septiembre de 2019. Los contratos fueron adjudicados durante la administración del gobernador Didier Tavera, quien está siendo investigado por una supuesta estafa al PAE en 2016, y sus adjudicatarios son unos viejos conocidos en el negocio de la alimentación escolar en este departamento.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, lo que logró hacer Fernando Trujillo fue todo un entramado que involucró papeles falsos, stickers para vender un producto que no era el original y, además, una sofisticada logística para transportar a los animales desde la Costa Atlántica hasta una planta de sacrificio en Santander. La fórmula para que Trujillo se quedara con más de $500 millones estuvo bajo la lupa del ente investigador, que logró evidenciar el paso a paso de las andanzas de este comerciante santandereano que, al parecer, les vendió la carne de burro y caballo no solo a los operadores del PAE, sino también a carnicerías del departamento. El Espectador conoció detalles de estas pesquisas que hasta ahora comienzan.
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Trujillo, aparentemente, compraba caballos y burros, muchos enfermos o muertos, en La Guajira, Córdoba y Cesar. De allí los trasladaba a Bucaramanga sin papeles o documentación falsa y los sacrificaba en la planta de sacrificio equino de Villa Rosa (Piedecuesta). Según la Fiscalía, este lugar es el único autorizado en Santander para sacrificar caballos y la comercialización solo se puede hacer siempre y cuando los consumidores sepan qué están comprando. Los cálculos del ente investigador estiman que alias el Padrino o el Gemelo, como es conocido Trujillo, vendió semanalmente entre 2.000 y 2.500 kilogramos de esta carne a operadores del PAE, y una fuente de la Fiscalía le aseguró a este diario que quienes la compraron fueron: Nutrimos y la unión temporal Siempre Adelante.
Al parecer, lo hicieron a través de un intermediario: Global Trade Solutions. Aunque la Fiscalía no ha llamado a ningún representante de estas empresas, los investigadores quieren establecer si estos contratistas sabían realmente qué estaban comprando. Sin embargo, durante la audiencia de imputación de cargos en contra de Trujillo, la fiscal del caso aclaró que el Padrino se quedó con semejante negocio a punta de engaños al intermediario. Según la Contraloría, nadie diferente al Invima y la Sijín podrían establecer qué tipo de carne estaban recibiendo los operadores, que lo único que hicieron fue distribuir en varios colegios del departamento. Trujillo se aseguró que esa detección no fuera fácil, pues se valió de químicos para ablandar la carne.
En varias de las interceptaciones que logró hacer la Fiscalía quedó clara la trampa. La orden de Trujillo era que usaran citrosán y bifulsito de sodio para ablandar la carne y no hubiera duda de que era de res. El primero de ellos es un químico que usualmente se usa como desinfectante, fungicida y bactericida. Y el segundo es otro químico, también conocido como sal monosódica, utilizado por la industria alimentaria como conservante. La Fiscalía reveló que Trujillo comercializó la carne adulterada en varios establecimientos de expendio de carne de ganado vacuno en Bucaramanga: Carfrisan, de propiedad de Orlando Lizcano y Javier Lizcano, y Carnes Zeus, de Deisy Galvis y Franklin Leguizamón. Según la investigación, ambas sabían qué carne estaban vendiendo.
Además de ablandar la carne, estos dos químicos hacían que la carne tuviera un color rojizo. Como si no fuera poco, el Padrino comercializó este alimento, ya adulterado, en empaques al vacío para que sus compradores no pudieran inspeccionar la textura real del producto. Y, para rematar, les ponía stickers de empresas que solo comercializan carne de res proveniente de los frigoríficos Río Frío y Vijagual. El ente investigador calcula que Trujillo sacrificó semanalmente 30 caballos y que los empleados de uno de los expendios de carne le habrían ayudado en su entramado criminal. Aunque ni Siempre Adelante ni Nutrimos son responsables del PAE en la capital de Santander, la Fiscalía asegura que al colegio Santo Ángel de Bucaramanga también llegó este alimento.
En diálogo con El Espectador, Blanca Patricia Mantilla, directora del Instituto Proinapsa de la Universidad Industrial de Santander, responsable de la interventoría del PAE de Bucaramanga desde 2019, afirmó que no tienen registros de compras al señor Fernando Trujillo. Y que además realizaron estudios que le permiten afirmar que los alimentos estaban aptos para consumo humano. Al margen de esta interventoría, la Fiscalía tiene pruebas de que en marzo de 2019 existió un negocio entre Trujillo y los propietarios de Carnes Zeus para la venta de 1.200 kilos de carne de burro y caballo. El comprador fue una persona sin identificar y la Alcaldía de Bucaramanga, lo que implicaría que Trujillo no solo estafó al PAE, sino también a la autoridad municipal.
Los viejos conocidos del PAE
Los “duros” del PAE en Santander han sido, desde 2017, los empresarios detrás de la unión temporal Siempre Adelante, la misma que, según la Fiscalía, habría distribuido la carne de burro y caballo. Para 2019 estaba conformada por Eco Servir SAS, Eco Catering SAS y Le & Ve Alimentos Macsol SAS. Eco Servir fue fundada en 2010 y se ha convertido en una de las empresas más poderosas en suministro de comida y aseo en centros de salud, con varios contratos en el sector público. Desde 2017 empezó a figurar en los PAE de varios municipios de Santander. De hecho, el año pasado, Eco Servir SAS también participó en la unión temporal Alianza Girón, que llamó la atención del Comité Transparencia por Santander (CTS), que realiza veeduría del programa.
El CTS encontró presuntas irregularidades en este consorcio que también estaba integrado por la empresa Logística Institucional Ultramatic Limitada, que ofrece un servicio de lavandería y tintorería. En ese momento, la veeduría denunció que no era claro por qué una empresa dedicada a estos servicios de limpieza se dedicara a distribuir los alimentos escolares. Y que, además, Eco Servir, que también tenía como misión realizar servicios de limpieza y desinfección en hospitales, estuviera en la misma unión temporal con negocios con el PAE. Eduardo Duarte, representante de este consorcio y de otros, le aclaró a este diario que esa sospecha no tiene fundamento.
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Para Duarte es claro que Logística Institucional Ultramatic Limitada tiene conocimiento de servicios de logística y que Eco Servir tenía experiencia en la manipulación de alimentos en hospitales. Para el vocero de esta unión, que también actúa como representante de Siempre Adelante, el consorcio no tiene nada que ver con la entrega de carne de burro y caballo, pues han sido rigurosos en los procesos de compra e incluso presentaron un derecho de petición solicitando que se revelara el nombre de los involucrados para evitar generalizaciones. Además de ser los “duros” en los negocios del PAE, quienes están detrás de estas empresas se estrenaron en el mundo de la política en las elecciones regionales del año pasado con éxito.
Eco Servir es propiedad de los esposos Carlos Duarte Valenzuela y Natalia Badillo Navarro, quienes habrían apoyado -aunque no de frente- a los candidatos del colectivo Gente Valiente: Rubiela Acevedo Monsalve, que participó por el partido Conservador y no ganó, pero obtuvo 9 mil votos, y a Carlos Barajas, de la Alianza Verde, que sí llegó al Concejo de Bucaramanga. Una fuente del gremio de la alimentación escolar le dijo a La Silla Vacía que los empresarios aseguraron que podían poner entre 10 mil y 15 mil votos. Incluso, explicó la investigación periodística, durante la campaña del alcalde electo, Juan Carlos Cárdenas, Carlos Duarte habría organizado más de 40 reuniones, pero Cárdenas no asistió a la mayoría. Esto enojó a Duarte, que amenazó con irse con sus 10 mil votos.
Una vez electo Cárdenas, Natalia Badillo participó de la comisión de empalme, como lo relató La Silla Vacía, que además estableció que Badillo y Duarte son también fundadores de Eco Catering (ahora Superlogistica Bga SAS,) junto a Sergio Delgado, quien habría sido socio de Germán Trujillo, condenado por estafa al PAE en 2016. Con alcalde a bordo, la pareja apoyó al candidato electo a la Gobernación, Mauricio Aguilar, quien en marzo pasado les adjudicó un contrato de alimentación escolar por más de $26 millones. El dueño de ese negocio es la unión temporal Siempre Adelante S3, compuesta por la empresa de Duarte y Badillo, Eco Servir SAS, y por MCD Y CIA SAS y Le & Ve Alimentos Macsol SAS.
Mientras la Fiscalía sigue robusteciendo su investigación con nuevas pruebas e indicios de que la carne de burro y caballo se vendió a otros proveedores, diferentes a los operadores del PAE, la Contraloría va a pedir que sea considerada víctima de la estafa de Fernando Trujillo. Él se declaró inocente de los delitos de corrupción de alimentos, falsedad de documento privado y fraude procesal. La indignación que causó el hecho de que estudiantes de Santander terminaran consumiendo este tipo de carne animal empieza a tomar nuevos rumbos, pues las pesquisas de las autoridades están evidenciando que hasta la Alcaldía de Bucaramanga compró este producto. El escándalo apenas comienza.
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Nota de la editora: en la primera versión de este artículo, se hizo referencia a que los operadores habrían comprado la carne adulterada a través de un intermediario, Global Trade Solutions. La frase se modificó para dejar claro que los detalles de ese negocio todavía hacen parte de la investigación de la Fiscalía, que ya tiene claro quiénes fueron los compradores.
Después de que la Fiscalía revelara que el comerciante Fernando Trujillo vendía carne de burro y caballo a operadores del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en Bucaramanga y Santander, con químicos y documentación falsa, se desató la indignación de la comunidad. Padres de familia e incluso operadores solicitaron que se hicieran públicos los nombres de las empresas involucradas, para establecer qué colegios recibieron esta carne entre mayo de 2018 y septiembre de 2019. Los contratos fueron adjudicados durante la administración del gobernador Didier Tavera, quien está siendo investigado por una supuesta estafa al PAE en 2016, y sus adjudicatarios son unos viejos conocidos en el negocio de la alimentación escolar en este departamento.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, lo que logró hacer Fernando Trujillo fue todo un entramado que involucró papeles falsos, stickers para vender un producto que no era el original y, además, una sofisticada logística para transportar a los animales desde la Costa Atlántica hasta una planta de sacrificio en Santander. La fórmula para que Trujillo se quedara con más de $500 millones estuvo bajo la lupa del ente investigador, que logró evidenciar el paso a paso de las andanzas de este comerciante santandereano que, al parecer, les vendió la carne de burro y caballo no solo a los operadores del PAE, sino también a carnicerías del departamento. El Espectador conoció detalles de estas pesquisas que hasta ahora comienzan.
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Trujillo, aparentemente, compraba caballos y burros, muchos enfermos o muertos, en La Guajira, Córdoba y Cesar. De allí los trasladaba a Bucaramanga sin papeles o documentación falsa y los sacrificaba en la planta de sacrificio equino de Villa Rosa (Piedecuesta). Según la Fiscalía, este lugar es el único autorizado en Santander para sacrificar caballos y la comercialización solo se puede hacer siempre y cuando los consumidores sepan qué están comprando. Los cálculos del ente investigador estiman que alias el Padrino o el Gemelo, como es conocido Trujillo, vendió semanalmente entre 2.000 y 2.500 kilogramos de esta carne a operadores del PAE, y una fuente de la Fiscalía le aseguró a este diario que quienes la compraron fueron: Nutrimos y la unión temporal Siempre Adelante.
Al parecer, lo hicieron a través de un intermediario: Global Trade Solutions. Aunque la Fiscalía no ha llamado a ningún representante de estas empresas, los investigadores quieren establecer si estos contratistas sabían realmente qué estaban comprando. Sin embargo, durante la audiencia de imputación de cargos en contra de Trujillo, la fiscal del caso aclaró que el Padrino se quedó con semejante negocio a punta de engaños al intermediario. Según la Contraloría, nadie diferente al Invima y la Sijín podrían establecer qué tipo de carne estaban recibiendo los operadores, que lo único que hicieron fue distribuir en varios colegios del departamento. Trujillo se aseguró que esa detección no fuera fácil, pues se valió de químicos para ablandar la carne.
En varias de las interceptaciones que logró hacer la Fiscalía quedó clara la trampa. La orden de Trujillo era que usaran citrosán y bifulsito de sodio para ablandar la carne y no hubiera duda de que era de res. El primero de ellos es un químico que usualmente se usa como desinfectante, fungicida y bactericida. Y el segundo es otro químico, también conocido como sal monosódica, utilizado por la industria alimentaria como conservante. La Fiscalía reveló que Trujillo comercializó la carne adulterada en varios establecimientos de expendio de carne de ganado vacuno en Bucaramanga: Carfrisan, de propiedad de Orlando Lizcano y Javier Lizcano, y Carnes Zeus, de Deisy Galvis y Franklin Leguizamón. Según la investigación, ambas sabían qué carne estaban vendiendo.
Además de ablandar la carne, estos dos químicos hacían que la carne tuviera un color rojizo. Como si no fuera poco, el Padrino comercializó este alimento, ya adulterado, en empaques al vacío para que sus compradores no pudieran inspeccionar la textura real del producto. Y, para rematar, les ponía stickers de empresas que solo comercializan carne de res proveniente de los frigoríficos Río Frío y Vijagual. El ente investigador calcula que Trujillo sacrificó semanalmente 30 caballos y que los empleados de uno de los expendios de carne le habrían ayudado en su entramado criminal. Aunque ni Siempre Adelante ni Nutrimos son responsables del PAE en la capital de Santander, la Fiscalía asegura que al colegio Santo Ángel de Bucaramanga también llegó este alimento.
En diálogo con El Espectador, Blanca Patricia Mantilla, directora del Instituto Proinapsa de la Universidad Industrial de Santander, responsable de la interventoría del PAE de Bucaramanga desde 2019, afirmó que no tienen registros de compras al señor Fernando Trujillo. Y que además realizaron estudios que le permiten afirmar que los alimentos estaban aptos para consumo humano. Al margen de esta interventoría, la Fiscalía tiene pruebas de que en marzo de 2019 existió un negocio entre Trujillo y los propietarios de Carnes Zeus para la venta de 1.200 kilos de carne de burro y caballo. El comprador fue una persona sin identificar y la Alcaldía de Bucaramanga, lo que implicaría que Trujillo no solo estafó al PAE, sino también a la autoridad municipal.
Los viejos conocidos del PAE
Los “duros” del PAE en Santander han sido, desde 2017, los empresarios detrás de la unión temporal Siempre Adelante, la misma que, según la Fiscalía, habría distribuido la carne de burro y caballo. Para 2019 estaba conformada por Eco Servir SAS, Eco Catering SAS y Le & Ve Alimentos Macsol SAS. Eco Servir fue fundada en 2010 y se ha convertido en una de las empresas más poderosas en suministro de comida y aseo en centros de salud, con varios contratos en el sector público. Desde 2017 empezó a figurar en los PAE de varios municipios de Santander. De hecho, el año pasado, Eco Servir SAS también participó en la unión temporal Alianza Girón, que llamó la atención del Comité Transparencia por Santander (CTS), que realiza veeduría del programa.
El CTS encontró presuntas irregularidades en este consorcio que también estaba integrado por la empresa Logística Institucional Ultramatic Limitada, que ofrece un servicio de lavandería y tintorería. En ese momento, la veeduría denunció que no era claro por qué una empresa dedicada a estos servicios de limpieza se dedicara a distribuir los alimentos escolares. Y que, además, Eco Servir, que también tenía como misión realizar servicios de limpieza y desinfección en hospitales, estuviera en la misma unión temporal con negocios con el PAE. Eduardo Duarte, representante de este consorcio y de otros, le aclaró a este diario que esa sospecha no tiene fundamento.
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Para Duarte es claro que Logística Institucional Ultramatic Limitada tiene conocimiento de servicios de logística y que Eco Servir tenía experiencia en la manipulación de alimentos en hospitales. Para el vocero de esta unión, que también actúa como representante de Siempre Adelante, el consorcio no tiene nada que ver con la entrega de carne de burro y caballo, pues han sido rigurosos en los procesos de compra e incluso presentaron un derecho de petición solicitando que se revelara el nombre de los involucrados para evitar generalizaciones. Además de ser los “duros” en los negocios del PAE, quienes están detrás de estas empresas se estrenaron en el mundo de la política en las elecciones regionales del año pasado con éxito.
Eco Servir es propiedad de los esposos Carlos Duarte Valenzuela y Natalia Badillo Navarro, quienes habrían apoyado -aunque no de frente- a los candidatos del colectivo Gente Valiente: Rubiela Acevedo Monsalve, que participó por el partido Conservador y no ganó, pero obtuvo 9 mil votos, y a Carlos Barajas, de la Alianza Verde, que sí llegó al Concejo de Bucaramanga. Una fuente del gremio de la alimentación escolar le dijo a La Silla Vacía que los empresarios aseguraron que podían poner entre 10 mil y 15 mil votos. Incluso, explicó la investigación periodística, durante la campaña del alcalde electo, Juan Carlos Cárdenas, Carlos Duarte habría organizado más de 40 reuniones, pero Cárdenas no asistió a la mayoría. Esto enojó a Duarte, que amenazó con irse con sus 10 mil votos.
Una vez electo Cárdenas, Natalia Badillo participó de la comisión de empalme, como lo relató La Silla Vacía, que además estableció que Badillo y Duarte son también fundadores de Eco Catering (ahora Superlogistica Bga SAS,) junto a Sergio Delgado, quien habría sido socio de Germán Trujillo, condenado por estafa al PAE en 2016. Con alcalde a bordo, la pareja apoyó al candidato electo a la Gobernación, Mauricio Aguilar, quien en marzo pasado les adjudicó un contrato de alimentación escolar por más de $26 millones. El dueño de ese negocio es la unión temporal Siempre Adelante S3, compuesta por la empresa de Duarte y Badillo, Eco Servir SAS, y por MCD Y CIA SAS y Le & Ve Alimentos Macsol SAS.
Mientras la Fiscalía sigue robusteciendo su investigación con nuevas pruebas e indicios de que la carne de burro y caballo se vendió a otros proveedores, diferentes a los operadores del PAE, la Contraloría va a pedir que sea considerada víctima de la estafa de Fernando Trujillo. Él se declaró inocente de los delitos de corrupción de alimentos, falsedad de documento privado y fraude procesal. La indignación que causó el hecho de que estudiantes de Santander terminaran consumiendo este tipo de carne animal empieza a tomar nuevos rumbos, pues las pesquisas de las autoridades están evidenciando que hasta la Alcaldía de Bucaramanga compró este producto. El escándalo apenas comienza.
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Nota de la editora: en la primera versión de este artículo, se hizo referencia a que los operadores habrían comprado la carne adulterada a través de un intermediario, Global Trade Solutions. La frase se modificó para dejar claro que los detalles de ese negocio todavía hacen parte de la investigación de la Fiscalía, que ya tiene claro quiénes fueron los compradores.