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El peso del expediente que la justicia colombiana estructuró contra el prófugo empresario barranquillero Alex Saab es el análisis financiero sobre la forma como logró lavar $25.000 millones, entre 2004 y 2011, con operaciones ficticias de comercio exterior por medio de su sociedad Shatex S.A. El resultado es una radiografía de su entramado financiero para mimetizar dineros como supuestos pagos de importaciones y exportaciones, que revela cómo Shatex recibió giros no reportados desde Venezuela y luego los envió a cuentas en Estados Unidos, Israel y Panamá, entre otros destinos. Autoridades de esos países ya siguen la pista de esos movimientos.
El informe contable concluye que el 82 % de los ingresos de Shatex en los siete años evaluados, cerca de $62.000 millones, fueron producto de exportaciones cuyo principal destino fue el mercado venezolano. Algunos de sus clientes fueron Distribuidora El Imperio de Cindy, Corporación Brissca, Distimodas, Regalitos, Metriven, Inagrinca, Alitos, Ganimides 2000, Yumah y Tropics Center. En su mayoría empresas pequeñas que recibían dólares con cambio preferencial. Los investigadores detectaron que en esa época Shatex reportó 81 pagos desde el exterior por $33.500 millones, dinero en su mayoría canalizado por medio del Banco Bicentenario del Pueblo de la Clase Obrera, Mujer y Comunas en Venezuela, que enviaba la plata a la mesa de dinero de un banco en Colombia.
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La evaluación de 18 de esas operaciones de comercio exterior con diez clientes venezolanos permitió a los peritos de la Dijín y la Fiscalía concluir que únicamente seis de ellas, que se concretaron con la Corporación Brissca, fueron declaradas oficialmente ante las autoridades. Las otras 12, con nueve clientes venezolanos, nunca fueron reportadas. Es decir, se desconoce qué tipo de relación comercial internacional pudo tener la empresa Shatex, de Alex Saab, con esas sociedades venezolanas, que pueda explicar además por qué se hicieron esos pagos por unas exportaciones que realmente no existieron y que, se cree, pudieron ser dineros lavados producto de la corrupción.
Algo similar sucede con las importaciones. Según la Fiscalía, estas sirvieron para que Alex Saab sacara plata del país sin declarar, maquillándola con operaciones ficticias. El análisis contable de las autoridades estableció que Shatex realizó 236 operaciones cambiarias por algo más de $35.000 millones. Sin embargo, en sus declaraciones ante la DIAN solo reportó la salida del país de cerca de $9.900 millones. Para la Fiscalía, esto demuestra que, entre 2004 y 2011, se habrían lavado activos por más de $25.000 millones con importaciones fingidas. Uno de los propósitos ahora es establecer el paradero de ese dinero, que pasó por diversos bancos de Panamá, Estados Unidos, Suiza e Israel.
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Los investigadores rastrearon aleatoriamente 88 pagos en el exterior de Shatex por concepto de “giro por importaciones de bienes ya embarcados en un plazo igual o inferior a un mes” y por “pago anticipado de futuras importaciones de bienes efectuados con recursos propios”. Los beneficiarios son empresas constituidas en Baréin, Brasil, China, Ecuador, Hong Kong, India, Corea del Norte, Panamá, Pakistán, Taiwán y Estados Unidos. Algunas de papel. Al revisar cuentas bancarias que aparecían como destino de las operaciones cambiarias, aparecieron el Citibank, el Royal Bank y el HSBC de Panamá; otras sucursales del Citibank, Bank of India, Bank of America y JP Morgan Chase Bank, en Nueva York; el Bank of New Scotia, el Washington Mutual Bank y el Bank Leumi Le, en Israel.
“Shatex sacó del país $25.304 millones por concepto de pago de importaciones anticipadas, para dar apariencia de legalidad a la operación cambiaria, teniendo en cuenta que dichas compras nunca ingresaron por las aduanas. Al rastrear los pagos internacionales, se observó que la mayoría de los beneficiarios de los giros enviados al exterior no se cruzan con los que aparecen en las Declaraciones de Importaciones”, precisa el informe contable de la Policía Judicial.
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El principal objetivo de las autoridades colombianas es establecer el paradero de Alex Saab, sus hermanos Amir y Luis Alberto, y su exesposa Cynthia Certain, quienes están prófugos de la justicia desde que Eddie Pinto, un patrullero de la Dijín, filtrara información sobre el operativo en el que los iban a capturar. Todos ellos, junto a otras personas cercanas del grupo Saab, están siendo investigados por lavado de activos, enriquecimiento ilícito de particulares, exportación o importación ficticia y concierto para delinquir. A su vez, en México les siguen los pasos a sus negocios de abastecimiento de alimentos en Venezuela en los denominados CLAP. Y en Estados Unidos e Israel tienen activadas las alarmas, pues sospechan que también lavaron activos en sus sistemas financieros.