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Se acerca el 29 de noviembre y Marisol Montaño Moreno solo piensa en que su hija ese día cumpliría 24 años. Laura Melissa Caballero Montaño fue encontrada muerta hace casi tres meses en un apartamento del barrio El Laguito en Cartagena y la primera versión que se manejó desde la escena, transmitida en algunos medios de comunicación, fue que se trataba de una prostituta que se suicidó en la vivienda de uno de sus clientes. La familia de la víctima aclara que el hombre estadounidense con el que Laura se encontraba no era ningún cliente ni ella era prostituta. Que Christopher Condon era un compañero de trabajo del hermano de Laura Melissa. Según la familia de la joven fallecida, él la había asediado y fue intoxicada antes de ser asesinada.
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Los padres de Laura Caballero insisten en que se trata de un feminicidio, no de un suicidio. La primera en hablar es Marisol Montaño, la madre, quien cuenta que ella vivía con su hija en un municipio del Valle del Cauca, pero que su hija Laura Melissa viajó el pasado julio a Cartagena a visitar a su hermano. Durante su estadía en la ciudad heroica, conoció a Christopher Condon, un ciudadano estadounidense, cuyo paradero es un misterio. “Yo me di cuenta de que él la asediaba. Estuve unos días en Cartagena y mi hija me mostraba conversaciones en las que ella le decía: ‘Por favor, déjame en paz. Yo no estoy interesada en una relación’. Pero él llegaba siempre adonde estábamos y era compañero de trabajo de mi hijo mayor. Lo vi cuatro veces”, aseguró Marisol Montaño a este diario. (Monómeros: entre una “toma hostil” y la lupa de Supersociedades)
El 14 de agosto de 2021, Laura ingresó al apartamento de Condon con la promesa de aprender sobre el manejo de la moneda bitcóin en la bolsa. Horas después, la mujer fue encontrada sin vida y, de acuerdo con versiones de dos testigos, el ciudadano extranjero aseguró inicialmente a las autoridades que ella era una prostituta que se había suicidado con una toalla en el baño. Según la mamá de víctima, cuatro policías que atendieron inicialmente la escena recibieron dinero del sujeto y, tras ingresar al lugar, desaparecieron pertenencias de la joven, incluyendo $250.000 en efectivo, un reloj, su pasaporte, una pulsera y un par de tenis. El Espectador consultó a la Policía para conocer su versión de los hechos, pero no recibió respuesta.
Por su parte, los padres de la joven aseguran que les fue entregado un dictamen de Medicina Legal de manera verbal, por parte de un auxiliar. La madre de la joven explica que el examen de toxicología encontró en el cuerpo escopolamina y altas dosis de clonazepam. Por su parte, el padre, Daniel Caballero Ruiz, dice que en la Fiscalía “el caso cambió el estado de suicidio a homicidio y luego a feminicidio”. En el sistema de denuncias de la entidad se observa que el caso está activo y en el registro de defunción quedó consignada que la posible manera de muerte fue “violenta”. Sin embargo, Montaño y Caballero reiteran que son los únicos datos de la investigación que conocen y que el ente investigador no responde sus solicitudes de información. (¿Qué son los Pandora Papers? ABC de una de las mayores filtraciones de documentos)
Por eso, el pasado 13 de octubre, radicaron un derecho de petición en trámite. La solicitud está en el despacho del fiscal 19 de la Unidad de Vida en Cartagena. “Con el fin de propender porque se esclarezcan los hechos que rodearon la muerte de mi hija y, de ser el caso, contar con una representación legal en mi calidad de víctima en un eventual proceso judicial, requiero conocer el contenido del expediente. Cuando me acerqué a las oficinas de la Fiscalía y de la SIJIN en la ciudad de Cartagena, Bolívar, el 17 de agosto de 2021, para obtener información sobre los resultados de la necropsia y el estado de la investigación, se me indicó que debía solicitar tal información por medio de un derecho de petición, requerimiento que cumplo por medio del presente”, se lee en el documento firmado por el padre de la joven, Daniel Caballero.
Además, pidió copia del expediente, incluyendo los resultados de la necropsia y los elementos probatorios que se hayan podido recopilar hasta el momento. Así mismo, solicitó conocer el estado de la investigación, relacionando expresamente qué gestiones se han realizado. También pidió informar el contenido de la declaración de Christopher Condon, la única persona que estaba en el lugar cuando ocurrieron los hechos. El Espectador consultó a la Fiscalía por el estado de la investigación y la situación actual del ciudadano estadounidense , pero la entidad tampoco respondió y sostuvo que requería más tiempo para tramitar la solicitud. (Las verdades de la responsabilidad del Estado en el conflicto armado)
“Nos sentimos abandonados, y no nos dan respuestas. Hemos intentado buscar asesoría jurídica y los abogados nos han intentado cobrar $120 millones por representarnos en el proceso”, cuenta la desolada madre, Marisol Montaño. En la misma línea, Daniel Caballero pide que las autoridades esclarezcan la muerte de su hija y sean investigadas las personas involucradas. “Yo he recibido seis llamadas amenazándome de muerte; pero no me quedo callado ni dejo el caso así. No voy a guardar silencio. Seguiré clamando que se haga justicia sin importar que sea un norteamericano”, añade.
Laura Caballero cumpliría 24 años el próximo 29 de noviembre. Su mamá recuerda que nació por cesárea y midió 45 centímetros. Está desempleada y trata de lidiar con el duelo que la obligó a renunciar a su cargo como jefa de enfermeras. “Estoy muerta en vida”, recalca Marisol Montaño. A este clamor se suma Daniel Caballero: “Ya nada tiene sentido, mi hija era todo para mí. Mucha soledad, nostalgia y tristeza invaden mi alma. Solo quiero que se haga justicia. Me duele el nivel de corrupción de algunos funcionarios y la injusticia que existe”, expresa.
Marisol Montaño aporta una reflexión final acerca del estigma con el que algunos medios de comunicación reportaron en primer momento la muerte de su hija: “No sabían quién era Laura Melissa Caballero y tampoco preguntaron. Se obsesionaron con que usaba vestido de baño y estaba en Cartagena. Con un criterio prejuicioso, que parte de creer que la gente en Cartagena es prostituta, busca marido o vende drogas. Esa es la mentalidad. Por eso, salimos a hablar. Por la reputación de mi hija, porque su papá y su mamá hablaremos por ella. Mi hija no era una prostituta, aunque tampoco es relevante que lo fuera. Igual merece justicia y eso es lo que no se ha hecho”. (Diez claves para entender quién es Alex Saab y por qué fue extraditado a EE.UU.)