Un año del paro nacional en Cali, las voces de los protagonistas
Voces de una ciudad que se convirtió en el epicentro de la protesta social durante el estallido social que sacudió a Colombia hace un año.
Sebastián Vargas, estudiante de la Universidad del Valle
“Hoy Cali está tratando de revertir más que los daños a los edificios, a las estructuras que son solo bloques de cemento, a las vidas, a las madres que perdieron a sus hijos, a las abuelas que perdieron a sus nietos. Estamos en un proceso de reconciliación.
Esta lucha que se dio no es solo por los que están, sino por los que se fueron y por los que vienen. El estallido sirvió porque Colombia necesitaba manifestarse pese al sacrificio de muchas vidas. Hoy somos miles y vamos a ser millones”.
El Espectador presenta “Cali, la ciudad de la furia”, un documental en el que se hace la radiografía un año después del estallido social más grande de la historia reciente del país:
Laura Guerrero, mamá de Nicolás García Guerrero, joven asesinado durante el paro
“Es muy difícil sobrellevar la vida así, sin un hijo. Sin alguien que albergaste en tu ser nueve meses y luego lo pusiste en una sociedad que no te ha dado nada, porque aquí todo ha sido peleado. Luchado. Muchas de las que nos ha tocado solas, como en mi caso, que quedé viuda muy joven con dos niños pequeños, y a mí el Gobierno no me dio nada”.
La Ratona, integrante de la Primera Línea en el Puente de los Mil Días
“Aunque estamos generando confianza con los empresarios y la Alcaldía, la capucha no la he botado. Uno nunca sabe cuándo pueda volver a usarla. Eso sí, seguimos esperando a que se haga justicia por los compañeros que mataron durante el paro”.
Iván Duque, Presidente de la República
“Tenemos que tener cero tolerancia con cualquier conducta contraria a la Constitución y la ley de cualquier miembro de la Fuerza Pública, pero también cero tolerancia con cualquier conducta contraria a la Constitución y la ley de cualquier ciudadano, porque nadie puede pisotear los derechos de otro. Nadie”. Diciembre de 2021
“Nos duelen todas las vidas de aquellos que han sido víctimas de la violencia de estos días. Todos los colombianos rechazamos sin ambivalencia los ataques de violencia, los ataques a la infraestructura, los bloqueos a las vías que piden el abastecimiento de alimentos y que lleguen los alimentos al hogar de la familia colombiana”.
Steven Ospina, líder social en Siloé
“El estallido social nos hizo ver que todo es político, querás o no. El hecho de que vos estés parado en una esquina es consecuencia de la política. Y que esa política te puede afectar si no te genera oportunidades para ir a la universidad, para terminar el bachillerato, para gestionarte un trabajo. El paro despertó una nueva ola de liderazgo, despertó una nueva sensación de posibilidades de transformar el país”.
Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali
“De alguna manera el estallido social le habla a la arrogancia de sus gobernantes. En el marco de esa indignación sale la ciudad de la furia y en el marco de la ciudad de la furia lo importante era no dejar que el fuego se convirtiera en una guerra que podría arrasar con toda la nación colombiana. Cali estuvo al borde de la guerra civil.
En el estallido social estuvo el líder comunitario, el bailarín de salsa, el soldado retirado, el habitante de calle, el consumidor de drogas, el obrero de la construcción, la ama de casa, pero.
también estuvo el miembro de la oficina, el miembro del escuadrón insurgente, el paramilitar. El estallido es la representación de una sociedad en su conjunto.
Cali se convirtió en el epicentro del estallido porque es una ciudad cuna de grandes contradicciones, con una élite de extrema resentida que le es difícil comprender la elección popular de alcaldes.
Cali, además, está cerca de los mayores cultivos de hoja de coca del mundo. Ochenta mil hectáreas de cultivos de hoja de coca, Cali cerca al principal puerto sobre el Pacífico, por donde se adelantan embarques de cocaína hacia Centroamérica y los Estados Unidos, y muy cerca de yacimientos de amplias zonas de minería ilegal”.
José Alberto Tejada, exdirector de Canal 2 y representante a la Cámara
“Le digo a la clase política, le digo a la clase dirigente de este país: tengámonos duro, porque a esta muchachada no la podemos engañar. Y sería muy triste que los muchachos hayan puesto tantos muertos, tantos mutilados, tantos desaparecidos, tantos capturados para que nos volvamos a burlar de su esperanza.
El 28 de abril, y esos tres meses siguientes, cambiaron definitivamente a Colombia. Ese día se dio la segunda revolución de los comuneros. En 1780, hace 240 años, un grupo de jóvenes artesanos, campesinos y estudiantes de la época se rebotaron porque se sentían excluidos. Y ahora un grupo de muchachos de todas partes del país explotaron.
La gran diferencia que tuvo esta explosión de protesta social de 2021, con las que yo viví cuando era muchacho, es que las que se hacían antes eran protestas ordenadas por los partidos, por las centrales obreras, por los sindicatos. Ahora no. Esto fue espontáneo. Fueron los muchachos y muchachas que dijeron: ‘Estamos hasta aquí. No hay educación, no hay trabajo, hay hambre, se roban el país’.
Ellos decían: ‘No nos representa nadie. Nosotros nos representamos a nosotros mismos’. Uno preguntaba: ¿Quién es aquí el líder, el jefe? ‘Aquí no hay líderes ni jefes, aquí hay voceros y los cambiamos cada semana’, decían ellos.
María Isabel Ulloa. directora general de Propacífico
“Los empresarios recuerdan que el estallido social tuvo un impacto más grande que el que tuvo la pandemia, eso demuestra la magnitud de lo que pasó. Muchas pequeñas empresas se quebraron porque no podían traer insumos, muchas empresas con plantas que nunca apagaron, les tocó apagar en esos días.
Los empresarios se dieron cuenta de que ellos tenían una forma muy rápida de poder ser parte de la solución, entendiendo que aunque la solución definitiva no la vamos a tener a través del programa de ‘Compromiso Valle’, es el Estado el que tiene que proveer muchas de esas necesidades de alimentación, de oportunidades de empleabilidad, de emprendimiento, de liderazgo que estaban pidiendo las comunidades, pero somos conscientes de que sí podemos ser parte de la solución”.
Oliver Medina, coordinador de información de precios y mercados de la Central de Abastos del Valle del Cauca (Cavassa)
“Casi que se paraliza la central durante un mes por completo. Estamos hablando del mes de mayo, después de iniciado el paro nacional, en donde la central de abastos logró comercializar solo cinco mil toneladas de las treinta y tres mil que veníamos comercializando en promedio mensual.
Esto ocasionó incrementos considerables en los precios de los productos. El plátano, por ejemplo, incrementó su precio hasta en un 1.200 %.
La central de abastos venía comercializando entre 32.500 y 35.000 toneladas mensuales de alimento. En el primer mes de paro bajamos la comercialización a 5.000 toneladas. Es una baja histórica”.
Joaquín Losada, Presiente de Fanalca S. A.
“Gracias al estallido social se dio el acercamiento con los jóvenes que participaron en las protestas. Seguramente no se hubiera dado si no hubiera habido un estallido social, y eso nos ha permitido generar confianza y trabajar directamente con ellos. Y es importante que pase, porque nosotros tenemos que ser conscientes de que una empresa no puede ser exitosa si la comunidad donde opera tiene los problemas que tiene Cali”.
En cifras
25 homicidios con presunta autoría de la Fuerza Pública se cometieron entre el 28 de abril y el 15 de julio de 2021, según Indepaz.
2 oficiales irán a juicio por los homicidios en Cali. La Fiscalía llamará a juicio a quien fuera el comandante operativo de la Policía en la capital del Valle, el coronel Édgar Vega, y el comandante de operaciones especiales, el teniente Néstor Mancilla.
33 mil millones de pesos comercializó la Central de Abastos del Valle del Cauca (Cavassa) durante el mes del paro. Antes de ese evento se venían comercializando en promedio $130 mil millones.
200 millones de dólares en pérdidas de comercio exterior para el Valle del Cauca se registraron por cuenta del paro, según la Cámara de Comercio de Cali.
145 semáforos fueron destruidos durante las protestas. Para recuperarlos se destinaron unos $16 mil millones.
80 % de la infraestructura del sistema Masivo Integrado de Occidente (MIO) fue vandalizada. Su reconstrucción costó $38 mil millones.
Sebastián Vargas, estudiante de la Universidad del Valle
“Hoy Cali está tratando de revertir más que los daños a los edificios, a las estructuras que son solo bloques de cemento, a las vidas, a las madres que perdieron a sus hijos, a las abuelas que perdieron a sus nietos. Estamos en un proceso de reconciliación.
Esta lucha que se dio no es solo por los que están, sino por los que se fueron y por los que vienen. El estallido sirvió porque Colombia necesitaba manifestarse pese al sacrificio de muchas vidas. Hoy somos miles y vamos a ser millones”.
El Espectador presenta “Cali, la ciudad de la furia”, un documental en el que se hace la radiografía un año después del estallido social más grande de la historia reciente del país:
Laura Guerrero, mamá de Nicolás García Guerrero, joven asesinado durante el paro
“Es muy difícil sobrellevar la vida así, sin un hijo. Sin alguien que albergaste en tu ser nueve meses y luego lo pusiste en una sociedad que no te ha dado nada, porque aquí todo ha sido peleado. Luchado. Muchas de las que nos ha tocado solas, como en mi caso, que quedé viuda muy joven con dos niños pequeños, y a mí el Gobierno no me dio nada”.
La Ratona, integrante de la Primera Línea en el Puente de los Mil Días
“Aunque estamos generando confianza con los empresarios y la Alcaldía, la capucha no la he botado. Uno nunca sabe cuándo pueda volver a usarla. Eso sí, seguimos esperando a que se haga justicia por los compañeros que mataron durante el paro”.
Iván Duque, Presidente de la República
“Tenemos que tener cero tolerancia con cualquier conducta contraria a la Constitución y la ley de cualquier miembro de la Fuerza Pública, pero también cero tolerancia con cualquier conducta contraria a la Constitución y la ley de cualquier ciudadano, porque nadie puede pisotear los derechos de otro. Nadie”. Diciembre de 2021
“Nos duelen todas las vidas de aquellos que han sido víctimas de la violencia de estos días. Todos los colombianos rechazamos sin ambivalencia los ataques de violencia, los ataques a la infraestructura, los bloqueos a las vías que piden el abastecimiento de alimentos y que lleguen los alimentos al hogar de la familia colombiana”.
Steven Ospina, líder social en Siloé
“El estallido social nos hizo ver que todo es político, querás o no. El hecho de que vos estés parado en una esquina es consecuencia de la política. Y que esa política te puede afectar si no te genera oportunidades para ir a la universidad, para terminar el bachillerato, para gestionarte un trabajo. El paro despertó una nueva ola de liderazgo, despertó una nueva sensación de posibilidades de transformar el país”.
Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali
“De alguna manera el estallido social le habla a la arrogancia de sus gobernantes. En el marco de esa indignación sale la ciudad de la furia y en el marco de la ciudad de la furia lo importante era no dejar que el fuego se convirtiera en una guerra que podría arrasar con toda la nación colombiana. Cali estuvo al borde de la guerra civil.
En el estallido social estuvo el líder comunitario, el bailarín de salsa, el soldado retirado, el habitante de calle, el consumidor de drogas, el obrero de la construcción, la ama de casa, pero.
también estuvo el miembro de la oficina, el miembro del escuadrón insurgente, el paramilitar. El estallido es la representación de una sociedad en su conjunto.
Cali se convirtió en el epicentro del estallido porque es una ciudad cuna de grandes contradicciones, con una élite de extrema resentida que le es difícil comprender la elección popular de alcaldes.
Cali, además, está cerca de los mayores cultivos de hoja de coca del mundo. Ochenta mil hectáreas de cultivos de hoja de coca, Cali cerca al principal puerto sobre el Pacífico, por donde se adelantan embarques de cocaína hacia Centroamérica y los Estados Unidos, y muy cerca de yacimientos de amplias zonas de minería ilegal”.
José Alberto Tejada, exdirector de Canal 2 y representante a la Cámara
“Le digo a la clase política, le digo a la clase dirigente de este país: tengámonos duro, porque a esta muchachada no la podemos engañar. Y sería muy triste que los muchachos hayan puesto tantos muertos, tantos mutilados, tantos desaparecidos, tantos capturados para que nos volvamos a burlar de su esperanza.
El 28 de abril, y esos tres meses siguientes, cambiaron definitivamente a Colombia. Ese día se dio la segunda revolución de los comuneros. En 1780, hace 240 años, un grupo de jóvenes artesanos, campesinos y estudiantes de la época se rebotaron porque se sentían excluidos. Y ahora un grupo de muchachos de todas partes del país explotaron.
La gran diferencia que tuvo esta explosión de protesta social de 2021, con las que yo viví cuando era muchacho, es que las que se hacían antes eran protestas ordenadas por los partidos, por las centrales obreras, por los sindicatos. Ahora no. Esto fue espontáneo. Fueron los muchachos y muchachas que dijeron: ‘Estamos hasta aquí. No hay educación, no hay trabajo, hay hambre, se roban el país’.
Ellos decían: ‘No nos representa nadie. Nosotros nos representamos a nosotros mismos’. Uno preguntaba: ¿Quién es aquí el líder, el jefe? ‘Aquí no hay líderes ni jefes, aquí hay voceros y los cambiamos cada semana’, decían ellos.
María Isabel Ulloa. directora general de Propacífico
“Los empresarios recuerdan que el estallido social tuvo un impacto más grande que el que tuvo la pandemia, eso demuestra la magnitud de lo que pasó. Muchas pequeñas empresas se quebraron porque no podían traer insumos, muchas empresas con plantas que nunca apagaron, les tocó apagar en esos días.
Los empresarios se dieron cuenta de que ellos tenían una forma muy rápida de poder ser parte de la solución, entendiendo que aunque la solución definitiva no la vamos a tener a través del programa de ‘Compromiso Valle’, es el Estado el que tiene que proveer muchas de esas necesidades de alimentación, de oportunidades de empleabilidad, de emprendimiento, de liderazgo que estaban pidiendo las comunidades, pero somos conscientes de que sí podemos ser parte de la solución”.
Oliver Medina, coordinador de información de precios y mercados de la Central de Abastos del Valle del Cauca (Cavassa)
“Casi que se paraliza la central durante un mes por completo. Estamos hablando del mes de mayo, después de iniciado el paro nacional, en donde la central de abastos logró comercializar solo cinco mil toneladas de las treinta y tres mil que veníamos comercializando en promedio mensual.
Esto ocasionó incrementos considerables en los precios de los productos. El plátano, por ejemplo, incrementó su precio hasta en un 1.200 %.
La central de abastos venía comercializando entre 32.500 y 35.000 toneladas mensuales de alimento. En el primer mes de paro bajamos la comercialización a 5.000 toneladas. Es una baja histórica”.
Joaquín Losada, Presiente de Fanalca S. A.
“Gracias al estallido social se dio el acercamiento con los jóvenes que participaron en las protestas. Seguramente no se hubiera dado si no hubiera habido un estallido social, y eso nos ha permitido generar confianza y trabajar directamente con ellos. Y es importante que pase, porque nosotros tenemos que ser conscientes de que una empresa no puede ser exitosa si la comunidad donde opera tiene los problemas que tiene Cali”.
En cifras
25 homicidios con presunta autoría de la Fuerza Pública se cometieron entre el 28 de abril y el 15 de julio de 2021, según Indepaz.
2 oficiales irán a juicio por los homicidios en Cali. La Fiscalía llamará a juicio a quien fuera el comandante operativo de la Policía en la capital del Valle, el coronel Édgar Vega, y el comandante de operaciones especiales, el teniente Néstor Mancilla.
33 mil millones de pesos comercializó la Central de Abastos del Valle del Cauca (Cavassa) durante el mes del paro. Antes de ese evento se venían comercializando en promedio $130 mil millones.
200 millones de dólares en pérdidas de comercio exterior para el Valle del Cauca se registraron por cuenta del paro, según la Cámara de Comercio de Cali.
145 semáforos fueron destruidos durante las protestas. Para recuperarlos se destinaron unos $16 mil millones.
80 % de la infraestructura del sistema Masivo Integrado de Occidente (MIO) fue vandalizada. Su reconstrucción costó $38 mil millones.