Una bebida que enreda a Robayo

“Hola amigos de Zrii, les habla un socio más de Zrii, de la empresa que les va a cambiar sus vidas y su salud, tomen decisiones inteligentes, inviertan y seamos socios de Zrii”. Con este mensaje, divulgado en el portal de internet Youtube, mediante un video de 21 segundos de duración, el capitán e ídolo del equipo de fútbol Millonarios Rafael Robayo promociona una bebida energizante. Sin embargo, la empresa que comercializa el producto en Colombia es objeto de investigación por parte de la Superintendencia de Sociedades desde junio del año pasado, tras recibir 69 quejas y peticiones de información durante varios meses. Por eso, la entidad de control indaga una posible captación ilegal de dineros de los clientes.

El Zrii es una bebida que apareció en el mundo en 2008. Surgió en Estados Unidos como una idea del empresario William Farley para comercializar a través del sistema multinivel una bebida elaborada con base en amalaki, una fruta originaria de India, cerca del Himalaya. Una aventura comercial que terminó en la quiebra por pérdidas millonarias luego de un comienzo exitoso. En el caso de Colombia apareció en el mercado el año pasado mediante la conformación de la firma Zrii Llc Sucursal Colombia. Y desde entonces empezó a causar furor entre los consumidores.

Mediante el voz a voz, la comercialización del producto gana adeptos, con un sugestivo discurso. Tiene la aprobación del rey de la vida sana Deepak Chopra y del millonario emprendedor, conferencista y filántropo estadounidense Chris Gardner. También dicen que tiene beneficios para la salud y lo que más interés genera en la gente, si se obtienen nuevos clientes, se puede recuperar la inversión casi de inmediato.

El esquema ya es conocido por muchos. Los promotores de la iniciativa, identificados como Diamante o Zafiro por el nivel de ventas, se convierten en la cabeza del negocio. Ofrecen kits entre 17 productos derivados del Zrii. La inversión va desde los $300.000 a los $3 millones. Pero el beneficio mayor se obtiene si el promotor trae nuevos clientes. Una usuaria del negocio lo explicó. Al nuevo afiliado se le crean dos brazos. Uno derecho y otro izquierdo. Al primero se le incorporan clientes por los que se les paga hasta $600.000 y así sucesivamente. Cuando se trata del izquierdo se les paga la mitad, porque son clientes que son referenciados por otros usuarios, que permiten adherir y equilibrar el brazo del usuario. “Mientras más clientes traigas más arriba estás y puedes entrar para ser zafiro o diamante, y más dinero ganarás”, le comentó a El Espectador una cliente del negocio.

La actividad crece. En los últimos días, en varias casas de Bogotá, las reuniones son casi a diario. Por ejemplo, la semana pasada en una casa ubicada en la calle 137 con carrera 17, al norte de la capital. Esa noche estaban reunidas cerca de 150 personas. Diego Alfaro, un zafiro del Zrii, hizo su presentación con las bondades y cifras del producto. Acto seguido y en medio el júbilo de los asistentes se presentó el símbolo de Millonarios, el capitán Rafael Robayo.

Su testimonio emocionó y convenció al auditorio. El futbolista dio testimonio de las bondades del producto. Indicó que al comienzo no le tenía fe. Pero dijo que varias personas lo convencieron de que siguiera consumiendo. Y pronto vio los resultados. Explicó que los entrenamientos del equipo empezaron a ser extremos y notó que con el Zrii se recuperaba más rápido que sus compañeros. Una experiencia de la que, según él, se contagió su familia. Y en medio de la admiración, los aplausos, las risas y las fotografías, comentó que recomendaría el Zrii a sus compañeros de equipo, recuerda uno de los asistentes a la reunión. Desde ese día hay un brazo para captar nuevos inversionistas, al que bautizaron Rafael Robayo.

El asunto genera emoción entre los inversionistas. El Invima ya conceptuó que los productos derivados del Zrii no tienen beneficios para la salud. La Superintendencia de Sociedades sigue investigando con el fin de tomar decisiones. Directivos de Millonarios son enfáticos en indicar que se trata de una actividad individual del futbolista que no representa al club en este caso. El futbolista Rafael Robayo, a través de su abogado, dice que simplemente es un consumidor del producto.

En la última década en Colombia se han descubierto más de 100 pirámides y luego del caso de DMG, que conmocionó al país, en 2008 se doblaron las penas, hasta veinte años de prisión para quienes hagan captación ilegal de dineros del público. Representantes de la empresa Zrii Llc Sucursal Colombia insisten ante las autoridades en la legalidad de su negocio.

La defensa de Rafael Robayo

El Espectador se comunicó telefónicamente con el jugador Rafael Robayo para conocer su punto de vista frente al tema: “Tengo instrucciones de mi abogado de no pronunciarme sobre este tema”, señaló el deportista considerado por la afición como el símbolo del equipo por su entrega en la cancha, el amor por la institución y su buen desempeño en la mayoría de los partidos. Sin embargo, su abogado Luis Carlos Serrano indicó que: “Rafael no está promocionando el producto, ni siquiera en redes sociales. Él simplemente lo consume y se afilió como cualquier persona. Es un programa como Herbalife y él no recibe ninguna remuneración. No hemos recibido notificación de investigación, pero si nos requieren responderemos”.

En líos por publicidad engañosa

La Cruz de Gólgota

El técnico del DIM, Leonel Álvarez, dijo que el crucifijo hacía milagros. La adquirieron más de 130.000 personas. En julio de 2012, la Superindustria y Comercio (SIC), sancionó a la empresa productora por publicidad engañosa.

El Revertrex

Para la diva Amparo Grisales este producto contenía el secreto para mantenerse joven. Como era evidente, no resultó cierto y en marzo de 2012 la SIC sancionó con multa al fabricante y ordenó retirar de los medios la publicidad.

Redu fat fast

El exfutbolista Carlos el Pibe Valderrama decía que “todo bien” al producto que publicitaba como el ideal para rebajar de peso. Jorge Hané, su creador y dueño, fue multado por la SIC en febrero de 2016 por publicidad engañosa.

“Hola amigos de Zrii, les habla un socio más de Zrii, de la empresa que les va a cambiar sus vidas y su salud, tomen decisiones inteligentes, inviertan y seamos socios de Zrii”. Con este mensaje, divulgado en el portal de internet Youtube, mediante un video de 21 segundos de duración, el capitán e ídolo del equipo de fútbol Millonarios Rafael Robayo promociona una bebida energizante. Sin embargo, la empresa que comercializa el producto en Colombia es objeto de investigación por parte de la Superintendencia de Sociedades desde junio del año pasado, tras recibir 69 quejas y peticiones de información durante varios meses. Por eso, la entidad de control indaga una posible captación ilegal de dineros de los clientes.

El Zrii es una bebida que apareció en el mundo en 2008. Surgió en Estados Unidos como una idea del empresario William Farley para comercializar a través del sistema multinivel una bebida elaborada con base en amalaki, una fruta originaria de India, cerca del Himalaya. Una aventura comercial que terminó en la quiebra por pérdidas millonarias luego de un comienzo exitoso. En el caso de Colombia apareció en el mercado el año pasado mediante la conformación de la firma Zrii Llc Sucursal Colombia. Y desde entonces empezó a causar furor entre los consumidores.

Mediante el voz a voz, la comercialización del producto gana adeptos, con un sugestivo discurso. Tiene la aprobación del rey de la vida sana Deepak Chopra y del millonario emprendedor, conferencista y filántropo estadounidense Chris Gardner. También dicen que tiene beneficios para la salud y lo que más interés genera en la gente, si se obtienen nuevos clientes, se puede recuperar la inversión casi de inmediato.

El esquema ya es conocido por muchos. Los promotores de la iniciativa, identificados como Diamante o Zafiro por el nivel de ventas, se convierten en la cabeza del negocio. Ofrecen kits entre 17 productos derivados del Zrii. La inversión va desde los $300.000 a los $3 millones. Pero el beneficio mayor se obtiene si el promotor trae nuevos clientes. Una usuaria del negocio lo explicó. Al nuevo afiliado se le crean dos brazos. Uno derecho y otro izquierdo. Al primero se le incorporan clientes por los que se les paga hasta $600.000 y así sucesivamente. Cuando se trata del izquierdo se les paga la mitad, porque son clientes que son referenciados por otros usuarios, que permiten adherir y equilibrar el brazo del usuario. “Mientras más clientes traigas más arriba estás y puedes entrar para ser zafiro o diamante, y más dinero ganarás”, le comentó a El Espectador una cliente del negocio.

La actividad crece. En los últimos días, en varias casas de Bogotá, las reuniones son casi a diario. Por ejemplo, la semana pasada en una casa ubicada en la calle 137 con carrera 17, al norte de la capital. Esa noche estaban reunidas cerca de 150 personas. Diego Alfaro, un zafiro del Zrii, hizo su presentación con las bondades y cifras del producto. Acto seguido y en medio el júbilo de los asistentes se presentó el símbolo de Millonarios, el capitán Rafael Robayo.

Su testimonio emocionó y convenció al auditorio. El futbolista dio testimonio de las bondades del producto. Indicó que al comienzo no le tenía fe. Pero dijo que varias personas lo convencieron de que siguiera consumiendo. Y pronto vio los resultados. Explicó que los entrenamientos del equipo empezaron a ser extremos y notó que con el Zrii se recuperaba más rápido que sus compañeros. Una experiencia de la que, según él, se contagió su familia. Y en medio de la admiración, los aplausos, las risas y las fotografías, comentó que recomendaría el Zrii a sus compañeros de equipo, recuerda uno de los asistentes a la reunión. Desde ese día hay un brazo para captar nuevos inversionistas, al que bautizaron Rafael Robayo.

El asunto genera emoción entre los inversionistas. El Invima ya conceptuó que los productos derivados del Zrii no tienen beneficios para la salud. La Superintendencia de Sociedades sigue investigando con el fin de tomar decisiones. Directivos de Millonarios son enfáticos en indicar que se trata de una actividad individual del futbolista que no representa al club en este caso. El futbolista Rafael Robayo, a través de su abogado, dice que simplemente es un consumidor del producto.

En la última década en Colombia se han descubierto más de 100 pirámides y luego del caso de DMG, que conmocionó al país, en 2008 se doblaron las penas, hasta veinte años de prisión para quienes hagan captación ilegal de dineros del público. Representantes de la empresa Zrii Llc Sucursal Colombia insisten ante las autoridades en la legalidad de su negocio.

La defensa de Rafael Robayo

El Espectador se comunicó telefónicamente con el jugador Rafael Robayo para conocer su punto de vista frente al tema: “Tengo instrucciones de mi abogado de no pronunciarme sobre este tema”, señaló el deportista considerado por la afición como el símbolo del equipo por su entrega en la cancha, el amor por la institución y su buen desempeño en la mayoría de los partidos. Sin embargo, su abogado Luis Carlos Serrano indicó que: “Rafael no está promocionando el producto, ni siquiera en redes sociales. Él simplemente lo consume y se afilió como cualquier persona. Es un programa como Herbalife y él no recibe ninguna remuneración. No hemos recibido notificación de investigación, pero si nos requieren responderemos”.

En líos por publicidad engañosa

La Cruz de Gólgota

El técnico del DIM, Leonel Álvarez, dijo que el crucifijo hacía milagros. La adquirieron más de 130.000 personas. En julio de 2012, la Superindustria y Comercio (SIC), sancionó a la empresa productora por publicidad engañosa.

El Revertrex

Para la diva Amparo Grisales este producto contenía el secreto para mantenerse joven. Como era evidente, no resultó cierto y en marzo de 2012 la SIC sancionó con multa al fabricante y ordenó retirar de los medios la publicidad.

Redu fat fast

El exfutbolista Carlos el Pibe Valderrama decía que “todo bien” al producto que publicitaba como el ideal para rebajar de peso. Jorge Hané, su creador y dueño, fue multado por la SIC en febrero de 2016 por publicidad engañosa.