Vuelo fatal de Curazao a Bogotá
Una pasajera que venía de Curazao en un vuelo de la aerolínea Avianca falleció en su regresó a Bogotá. Otra venía con problemas de salud. Familiares reclaman y la compañía dice que cumplió con el protocolo.
Norbey Quevedo Hernández
Hace un mes y dos días se presentó una situación inédita en un vuelo internacional de la aerolínea Avianca que aterrizó en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Esa noche la pasajera Érika Solange Contreras requirió atención médica por presentar problemas de salud. Mientras los auxiliares se aprestaban a afrontar la emergencia, fueron advertidos de que la viajera Inge Beeck se desplomó dentro del bus de la aerolínea y minutos después falleció en una clínica. Hoy, los familiares de la víctima siguen buscando explicaciones, porque tienen versiones contradictorias sobre lo que sucedió esa fatal noche.
Fue el 22 de mayo pasado. En el vuelo Avianca 093, que despegó de Curazao con destino a Bogotá. A las 6:51 p.m. habían ocupado sus asientos las pasajeras Érika Solange y la ciudadana alemana Inge Beeck de Riveros. En cuanto a la primera, las auxiliares fueron advertidas por la compañía aseguradora que tenía condiciones especiales de salud y, por lo tanto, había sospecha que tendría que requerir atención médica cuando el avión aterrizara en Bogotá.
Con respecto a la pasajera Beeck de Riveros, se trataba de una mujer alemana de 67 años, quien hace cerca de medio siglo llegó a Colombia y ejerció como docente de un prestigioso colegio del norte de Bogotá. Contrajo nupcias con el maestro Jorge Riveros, hoy con 79 años de edad, y de esa unión nacieron cuatro hijos. Justamente, en los últimos días Inge Beeck había tomado unas cortas vacaciones en Lima y Curazao, en donde visitó a sus dos hijos que viven allí.
En el aeropuerto El Dorado la esperaban sus otros dos hijos, Sebastián y Kathy, quienes viven en Colombia. Llegaron temprano, a las 8: 26 de la noche. La información de los tableros señalaba que el vuelo había llegado cerca de 20 minutos antes. Pero comenzó la agonía. Todos los pasajeros del vuelo de Curazao empezaron a saludar a sus familiares menos los de Inge Beeck. Su maleta sí apareció y empezó a dar vueltas. Cuenta su hija Kathy Riveros que hacia las 9:10 p.m. advirtió de la ausencia a funcionarios de Avianca, quienes le señalaron que aún había pasajeros en Inmigración.
La angustia se acrecentó en la familia. A las 9:18 p.m. su hija marcó al teléfono celular de la pasajera sin respuesta. A los dos minutos Kathy Riveros recibió una llamada de una funcionaria de Avianca, quien le indicó que su madre Inge Beeck se sintió indispuesta durante el vuelo y había sido trasladada a la Clínica Colombia, ubicada en el sector de Ciudad Salitre. “Cuando les dijimos a los de la compañía que nos teníamos que ir de urgencia a la clínica, nos pidieron las tirillas del equipaje y que esperaramos otros 20 minutos más para recibir las maletas, a lo que claramente hicimos caso omiso y nos dirigimos a la clínica”, relató Riveros.
En la Clínica Colombia los recibió el cuerpo médico y les dieron la fatal noticia. Inge Beeck presentó un paro cardiorrespiratorio y después de un intento de reanimación, que duró entre 45 y 60 minutos, falleció. El registro de defunción señala que la hora del deceso fue a las 9:20 p.m. Dice Riveros que esa fue la misma hora en que la funcionaria de la aerolínea los llamó para informar que la pasajera estaba siendo trasladada a la clínica. Esa noche, los hermanos Riveros permanecieron en la clínica hasta las 3 a.m. Allí, los empleados les sugirieron que no era necesario hacer una necropsia, porque se trató de una muerte por infarto y la fallecida tenía antecedentes de tensión alta.
Las exequias fueron el 23 de mayo. Al día siguiente, el sábado 24, fue la cremación en Jardines de Paz. Pasó el fin de semana y la familia no recibió ningún reporte oficial de la aerolínea ni de la Aeronáutica Civil sobre lo sucedido. Entre el dolor y la incertidumbre, el lunes 26 de mayo, la hija Kathy Riveros trinó en su cuenta de Twitter: “Srs @Avianca mi mamá fue la que se murió bajando del avión. Por qué han pasado 3 días y no se han contactado para explicarnos qué pasó? Varios seguidores comentaron y replicaron el trino. Hacia las 5:10 p.m. de ese día apareció una funcionaria de servicio al cliente de Avianca y trató de explicar lo que había sucedido.
Comentó que la pasajera se sentía bien. Que según los auxiliares de vuelo se despidió amablemente. Que bajó las escaleras del avión por su propia cuenta y que cuando se dirigía hacia el bus que iba a transportar a los pasajeros a la terminal se desmayó. De inmediato llegaron los paramédicos de Sanidad Aeroportuaria que esperaban a la viajera Érika Solange. Según los paramédicos, ya no tenía signos vitales, le practicaron maniobras de reanimación y la trasladaron a la clínica donde falleció.
Luego de las explicaciones, los funcionarios de servicio al cliente de la aerolínea se comprometieron de inmediato a entregar los reportes oficiales del caso expedidos por la Aerocivil y Avianca. Pasaron varios días y la información no llegó. Por eso los familiares no tuvieron más remedio que volver a trinar: “Por falta de info de @Avianca sobre muerte de mi mamá busco info x parte de pasajeros q hayan estado en vuelo Curazao-Bta el 22.05 AV93 18: 51”.
De nuevo aparecieron los comentarios y las réplicas del caso en la red social. Y otra vez surgió la funcionaria de servicio al cliente, quien se comprometió a enviar los reportes de Avianca y de Sanidad Aeroportuaria. A las pocas horas, solamente llegó el segundo. Dicho reporte señala: “Auxiliar de vuelo solicita atención médica a pasajera que cae de su propia altura dentro del bus de Avianca, auxiliares de enfermería valoran paciente encontrándola en el piso, boca arriba, sin signos vitales, e inconsciente. Se inicia reanimación y se solicita apoyo de médico mediante llamado a Regulación. El tiempo de respuesta fue inmediato.
El Espectador se comunicó con voceros de Avianca, quienes expresaron que la paciente no murió en el vuelo y que se cumplieron con los protocolos, por lo cual no existe responsabilidad alguna. Kathy Riveros, la hija de la fallecida, indicó que no busca culpables, sino a quién le precise por qué hay contradicciones horarias en los conceptos de Sanidad Aeroportuaria, Avianca y la clínica. Destacó que es importante suministrar información a tiempo y pide mejorar el área de servicio al cliente de la aerolínea. De la evolución de la salud de la otra pasajera, Érika Solange, la aerolínea no tiene conocimiento.
Hace un mes y dos días se presentó una situación inédita en un vuelo internacional de la aerolínea Avianca que aterrizó en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Esa noche la pasajera Érika Solange Contreras requirió atención médica por presentar problemas de salud. Mientras los auxiliares se aprestaban a afrontar la emergencia, fueron advertidos de que la viajera Inge Beeck se desplomó dentro del bus de la aerolínea y minutos después falleció en una clínica. Hoy, los familiares de la víctima siguen buscando explicaciones, porque tienen versiones contradictorias sobre lo que sucedió esa fatal noche.
Fue el 22 de mayo pasado. En el vuelo Avianca 093, que despegó de Curazao con destino a Bogotá. A las 6:51 p.m. habían ocupado sus asientos las pasajeras Érika Solange y la ciudadana alemana Inge Beeck de Riveros. En cuanto a la primera, las auxiliares fueron advertidas por la compañía aseguradora que tenía condiciones especiales de salud y, por lo tanto, había sospecha que tendría que requerir atención médica cuando el avión aterrizara en Bogotá.
Con respecto a la pasajera Beeck de Riveros, se trataba de una mujer alemana de 67 años, quien hace cerca de medio siglo llegó a Colombia y ejerció como docente de un prestigioso colegio del norte de Bogotá. Contrajo nupcias con el maestro Jorge Riveros, hoy con 79 años de edad, y de esa unión nacieron cuatro hijos. Justamente, en los últimos días Inge Beeck había tomado unas cortas vacaciones en Lima y Curazao, en donde visitó a sus dos hijos que viven allí.
En el aeropuerto El Dorado la esperaban sus otros dos hijos, Sebastián y Kathy, quienes viven en Colombia. Llegaron temprano, a las 8: 26 de la noche. La información de los tableros señalaba que el vuelo había llegado cerca de 20 minutos antes. Pero comenzó la agonía. Todos los pasajeros del vuelo de Curazao empezaron a saludar a sus familiares menos los de Inge Beeck. Su maleta sí apareció y empezó a dar vueltas. Cuenta su hija Kathy Riveros que hacia las 9:10 p.m. advirtió de la ausencia a funcionarios de Avianca, quienes le señalaron que aún había pasajeros en Inmigración.
La angustia se acrecentó en la familia. A las 9:18 p.m. su hija marcó al teléfono celular de la pasajera sin respuesta. A los dos minutos Kathy Riveros recibió una llamada de una funcionaria de Avianca, quien le indicó que su madre Inge Beeck se sintió indispuesta durante el vuelo y había sido trasladada a la Clínica Colombia, ubicada en el sector de Ciudad Salitre. “Cuando les dijimos a los de la compañía que nos teníamos que ir de urgencia a la clínica, nos pidieron las tirillas del equipaje y que esperaramos otros 20 minutos más para recibir las maletas, a lo que claramente hicimos caso omiso y nos dirigimos a la clínica”, relató Riveros.
En la Clínica Colombia los recibió el cuerpo médico y les dieron la fatal noticia. Inge Beeck presentó un paro cardiorrespiratorio y después de un intento de reanimación, que duró entre 45 y 60 minutos, falleció. El registro de defunción señala que la hora del deceso fue a las 9:20 p.m. Dice Riveros que esa fue la misma hora en que la funcionaria de la aerolínea los llamó para informar que la pasajera estaba siendo trasladada a la clínica. Esa noche, los hermanos Riveros permanecieron en la clínica hasta las 3 a.m. Allí, los empleados les sugirieron que no era necesario hacer una necropsia, porque se trató de una muerte por infarto y la fallecida tenía antecedentes de tensión alta.
Las exequias fueron el 23 de mayo. Al día siguiente, el sábado 24, fue la cremación en Jardines de Paz. Pasó el fin de semana y la familia no recibió ningún reporte oficial de la aerolínea ni de la Aeronáutica Civil sobre lo sucedido. Entre el dolor y la incertidumbre, el lunes 26 de mayo, la hija Kathy Riveros trinó en su cuenta de Twitter: “Srs @Avianca mi mamá fue la que se murió bajando del avión. Por qué han pasado 3 días y no se han contactado para explicarnos qué pasó? Varios seguidores comentaron y replicaron el trino. Hacia las 5:10 p.m. de ese día apareció una funcionaria de servicio al cliente de Avianca y trató de explicar lo que había sucedido.
Comentó que la pasajera se sentía bien. Que según los auxiliares de vuelo se despidió amablemente. Que bajó las escaleras del avión por su propia cuenta y que cuando se dirigía hacia el bus que iba a transportar a los pasajeros a la terminal se desmayó. De inmediato llegaron los paramédicos de Sanidad Aeroportuaria que esperaban a la viajera Érika Solange. Según los paramédicos, ya no tenía signos vitales, le practicaron maniobras de reanimación y la trasladaron a la clínica donde falleció.
Luego de las explicaciones, los funcionarios de servicio al cliente de la aerolínea se comprometieron de inmediato a entregar los reportes oficiales del caso expedidos por la Aerocivil y Avianca. Pasaron varios días y la información no llegó. Por eso los familiares no tuvieron más remedio que volver a trinar: “Por falta de info de @Avianca sobre muerte de mi mamá busco info x parte de pasajeros q hayan estado en vuelo Curazao-Bta el 22.05 AV93 18: 51”.
De nuevo aparecieron los comentarios y las réplicas del caso en la red social. Y otra vez surgió la funcionaria de servicio al cliente, quien se comprometió a enviar los reportes de Avianca y de Sanidad Aeroportuaria. A las pocas horas, solamente llegó el segundo. Dicho reporte señala: “Auxiliar de vuelo solicita atención médica a pasajera que cae de su propia altura dentro del bus de Avianca, auxiliares de enfermería valoran paciente encontrándola en el piso, boca arriba, sin signos vitales, e inconsciente. Se inicia reanimación y se solicita apoyo de médico mediante llamado a Regulación. El tiempo de respuesta fue inmediato.
El Espectador se comunicó con voceros de Avianca, quienes expresaron que la paciente no murió en el vuelo y que se cumplieron con los protocolos, por lo cual no existe responsabilidad alguna. Kathy Riveros, la hija de la fallecida, indicó que no busca culpables, sino a quién le precise por qué hay contradicciones horarias en los conceptos de Sanidad Aeroportuaria, Avianca y la clínica. Destacó que es importante suministrar información a tiempo y pide mejorar el área de servicio al cliente de la aerolínea. De la evolución de la salud de la otra pasajera, Érika Solange, la aerolínea no tiene conocimiento.