La Sociedad de Agricultores de Colombia, de la cual Lara Borrero había sido presidente, exigió de inmediato su liberación. El presidente conservador Guillermo León Valencia ordenó la creación de la Comisión Nacional de Investigación de Secuestros.
Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano: durante un año no se conoció novedad alguna del paradero del industrial, y cerca de siete meses más tarde, su cadáver fue hallado. Pero el drama del secuestro continuó en el seno de esta familia.
Su hija, Gloria Lara de Echeverri, fue tomada como rehén por la Organización Revolucionaria del Pueblo (ORP) en julio de 1982, y su cadáver fue encontrado en un barrio de Bogotá el 28 de noviembre del mismo año.
Por El Espectador
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