La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés) acaba de lanzar su informe mundial de drogas, en el que hace una extensa descripción del panorama de la producción y consumo de sustancias psicoactivas alrededor del globo. Entre las principales conclusiones está que, a corte de 2022, se calcula que 292 millones de seres humanos consumen drogas, lo que representa un crecimiento del 20% en los últimos diez años.
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Los datos muestran que la droga más consumida en el mundo es el cannabis con 228 millones de personas. Le siguen los opioides, como el fentanilo, y luego las anfetaminas, la cocaína y el éxtasis, en ese orden. Desde 2018, hay un crecimiento del 3% en el consumo problemático de drogas, que ronda el número de 64 millones de personas en el mundo. No obstante, solo una de cada 11 personas con problemas relacionados con las drogas está en tratamiento. Se estima que 13,9 millones de seres humanos se inyectan drogas.
En relación con Colombia, las cifras de cultivo y producción de coca y cocaína, respectivamente, dan cuenta de que Colombia es el país donde más se tienen cultivos de la planta por octavo año consecutivo. Las hectáreas están a punto de llegar a las 235.000, casi triplicando a Perú, que es el segundo país que más tuene cultivos. El tercero en la lista es Bolivia, con 29.000 hectáreas, a corte de 2022.
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“Las consecuencias del tráfico de cocaína son visibles en países como el Ecuador, donde en los últimos años el aumento de dicho tráfico desde Colombia ha provocado una ola de violencia letal. Situación vinculada a grupos delictivos locales y transnacionales, debido a lo cual, entre 2019 y 2022, se quintuplicaron las incautaciones de cocaína y las tasas de homicidio”, se lee en el informe mundial.
Colombia, como principal productor de cocaína del mundo, tendría gran responsabilidad en las demás variables del informe. Por ejemplo, la oferta de cocaína alcanzó una cifra récord, con la fabricación de más de 2.700 toneladas en 2022, lo cual representa un 20% más que el año anterior y el triple de la cantidad fabricada en 2014.
Según el informe, los mercados se están expandiendo en Europa Central y Occidental, y se registra un mayor tráfico de cocaína hacia esas subregiones a través de los puertos del mar del Norte continental. Los principales flujos de tráfico de cocaína siguen circulando desde la región andina de América del Sur hacia otros países de América y Europa Central y Occidental.
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Leonardo Correa, coordinador de Área de Análisis de la Unodc para la Región Andina y el Cono Sur, precisa que “si bien el área de cultivos ha venido incrementándose y la productividad de esos cultivos también ha aumentado, hay algunas noticias que son bastante preocupantes. En particular el hecho de que la transformación de la base de cocaína y el clorhidrato de cocaína está sucediendo en muchos otros países, ya esto no está restringido a la región andina, a los países en donde están los cultivos, sino que comenzamos a ver cada vez más países involucrados en esa fase de transformación”.
Y agrega: “inclusive, en la fase de cultivos encontramos evidencias de que hay cultivos de coca en países diferentes a los más tradicionales. Y en la fase de tráfico, pues hay una búsqueda por nuevas rutas para llegar a los mercados en donde los precios de la cocaína son más atractivos para los traficantes. Entonces lo que tenemos en este momento es una fase expansiva desde el lado de la oferta que involucra cada vez a más países del mundo”.
En cuanto a los demás hallazgos del informe, Correa explica que hay que prestarle atención a algunos datos que son delicados para la ONU. Por ejemplo, aunque ya es alarmante que 1 de cada 18 personas en el mundo consuma drogas, se hace más complejo cuando se ve que solo una de cada 11 personas accede a tratamientos asociados a consumos problemáticos.
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