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El narcotraficante y exjefe paramilitar Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, fue extraditado a Estados Unidos este lunes 23 de abril. A esta hora, en el aeropuerto internacional El Dorado, en Bogotá, autoridades colombianas y estadounidenses, en cabeza de la DEA y el cuerpo de alguaciles, culminan los trámites de identificación del narcotraficante y exjefe paramilitar.
El camino de Rendón Herrera para ser enviado a suelo estadounidense no fue fácil. La primera solicitud llegó en el 2006 tras su desmovilización. Aunque pasó a la clandestinidad con el Clan del Golfo y fue capturado, consiguió ser postulado a Justicia y Paz. Haber creado ese grupo ilegal, no obstahte, fue justo lo que causó su expulsión en 2013 por parte del Tribunal de Bogotá. (Le podría interesar: “Don Mario” regresa a la cárcel la Picota)
Su proceso volvió a la justicia ordinaria y la Corte del Distrito Sur de Nueva York pidió su extradición por los delitos de “conspiración para proveer apoyo material a una organización terrorista extranjera” y “conspiración para importación de narcóticos”. Pero este primer intento de la justicia estadounidense para llevárselo fracasó, pues la Corte Suprema condicionó su envío hasta que reparara a las víctimas, contara la verdad y respondiera por los hechos por los que era acusado en Colombia.
La segunda petición llegó después de haber sido retirado de Justicia y Paz y, a pesar de que esta vez la Corte Suprema emitió un concepto favorable, el Gobierno lo impidió al señalar que sólo podían extraditar a Don Mario cuando saldara sus cuentas pendientes con la justicia por más de 4.700 crímenes —por algunos ya ha sido condenado—. (Le puede interesar: Corte Suprema de Justicia avala extradición de “Don Mario” a Estados Unidos)
En 2016 llegó el último pedido de extradición, esta vez en relación con su responsabilidad sobre el clan del Golfo, cuyos principales líderes también son requeridos por la justicia de Estados Unidos. Rendón Herrera fue uno de los hombres que más gozaban de la confianza de Vicente Castaño Gil —promotor de los grupos paramilitares junto con sus hermanos Carlos y Fidel—. Por órdenes suyas fue que Rendón Herrera resultó comandante del bloque Centauros, cuyo origen simbólico fue la masacre de Mapiripán (Meta) en 1997.