Alias “Lucas” es acusado de homicidio por la masacre de Juradó (Chocó)
La Fiscalía acusó de homicidio al señalado jefe financiero de los hermanos Castaño, alias Lucas, por su participación en la masacre de Juradó (Chocó) en 1996 en la que fueron asesinadas ocho personas.
Por su participación en la logística de la masacre de Juradó (Chocó), la Fiscalía acusó de homicidio al señalado jefe financiero de los hermanos Castaño, Jacinto Alberto Soto Toro, alias Lucas. Este antiguo miembro de las AUC habría dispuesto los recursos y el transporte aéreo y terrestre para que miembros de este grupo paramilitar ejecutaran este hecho en 1996.
En contexto: Alias “Lucas”, exjefe de finanzas de las Auc, vinculado a expediente por masacre
Según la Fiscalía, Lucas coordinó el desplazamiento de varios hombres armados desde Turbo a Santa Fe de Antioquia. Allí, puso a disposición de estos hombres un helicóptero para que los llevara al caserío de Coredó, en Juradó, donde sucedió la masacre. Los hombres pertenecientes a este grupo paramilitar retuvieron a nueve personas de la comunidad, los llevaron a la playa y les dispararon a quemarropa.
Lucas es señalado por varios testimonios de haber el encargado de coordinar esta masacre que terminó con la vida de ocho jóvenes chocoanos y dejó a un menor de edad herido. Después de que los miembros de las AUC cometieran la masacre, se montaron en una lancha dispuesta por Soto y escaparon por el Pacífico.
Lea aquí: Parqueadero Padilla, el gran hallazgo sobre los “paras” que quedó reducido a nada
La investigación de la Fiscalía señala que las víctimas hacían parte de la población civil de este caserío. Además, el ente investigador asegura que las AUC cometieron este acto criminal, supuestamente, para demostrar su capacidad operativa, su control sobre otras estructuras criminales de la región y para causar zozobra en la población.
Por estos hechos, la Fiscalía acusó a Lucas por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado y tentativa de homicidio. Soto fue recapturado en abril de 2021 por su posible participación en la muerte de tres agentes del CTI a finales de los 90 en Medellín. Estos, al parecer, fueron asesinados por sus averiguaciones sobre el paramilitarismo en Antioquia.
Lucas es un hombre conocido por su participación clave en el caso del Parqueadero Padilla en Medellín, un lugar que sirvió de fachada para la contabilidad de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, que eran lideradas por los hermanos Castaño. En 1998, un grupo del CTI y la Fiscalía encontró varios documentos que mostraban la financiación de este grupo paramilitar por parte de varias empresas privadas.
Lea también:Recapturan a “Lucas”, conocedor de los secretos de las finanzas de los Castaño
Por estos hechos, Lucas ya había sido capturado ese mismo año, cuando las autoridades descubrieron este parqueadero. En el parqueadero había extractos bancarios, comunicaciones militares, disquetes, computadores, cheques y dinero en efectivo.
Aunque este caso no ha sido aclarado, el Tribunal Superior de Medellín, en 2015, recordó que allí se encontró información de 496 cuentas bancarias de varias empresas como Comfenalco, Coltejer, Leonisa, Empresas Varias de Medellín, Tennis y Transportes Botero Soto, entre muchas otras, cuyos vínculos con los paramilitares aún no se han esclarecido.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Por su participación en la logística de la masacre de Juradó (Chocó), la Fiscalía acusó de homicidio al señalado jefe financiero de los hermanos Castaño, Jacinto Alberto Soto Toro, alias Lucas. Este antiguo miembro de las AUC habría dispuesto los recursos y el transporte aéreo y terrestre para que miembros de este grupo paramilitar ejecutaran este hecho en 1996.
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Según la Fiscalía, Lucas coordinó el desplazamiento de varios hombres armados desde Turbo a Santa Fe de Antioquia. Allí, puso a disposición de estos hombres un helicóptero para que los llevara al caserío de Coredó, en Juradó, donde sucedió la masacre. Los hombres pertenecientes a este grupo paramilitar retuvieron a nueve personas de la comunidad, los llevaron a la playa y les dispararon a quemarropa.
Lucas es señalado por varios testimonios de haber el encargado de coordinar esta masacre que terminó con la vida de ocho jóvenes chocoanos y dejó a un menor de edad herido. Después de que los miembros de las AUC cometieran la masacre, se montaron en una lancha dispuesta por Soto y escaparon por el Pacífico.
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La investigación de la Fiscalía señala que las víctimas hacían parte de la población civil de este caserío. Además, el ente investigador asegura que las AUC cometieron este acto criminal, supuestamente, para demostrar su capacidad operativa, su control sobre otras estructuras criminales de la región y para causar zozobra en la población.
Por estos hechos, la Fiscalía acusó a Lucas por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado y tentativa de homicidio. Soto fue recapturado en abril de 2021 por su posible participación en la muerte de tres agentes del CTI a finales de los 90 en Medellín. Estos, al parecer, fueron asesinados por sus averiguaciones sobre el paramilitarismo en Antioquia.
Lucas es un hombre conocido por su participación clave en el caso del Parqueadero Padilla en Medellín, un lugar que sirvió de fachada para la contabilidad de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, que eran lideradas por los hermanos Castaño. En 1998, un grupo del CTI y la Fiscalía encontró varios documentos que mostraban la financiación de este grupo paramilitar por parte de varias empresas privadas.
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Por estos hechos, Lucas ya había sido capturado ese mismo año, cuando las autoridades descubrieron este parqueadero. En el parqueadero había extractos bancarios, comunicaciones militares, disquetes, computadores, cheques y dinero en efectivo.
Aunque este caso no ha sido aclarado, el Tribunal Superior de Medellín, en 2015, recordó que allí se encontró información de 496 cuentas bancarias de varias empresas como Comfenalco, Coltejer, Leonisa, Empresas Varias de Medellín, Tennis y Transportes Botero Soto, entre muchas otras, cuyos vínculos con los paramilitares aún no se han esclarecido.
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