En medio de una rueda de prensa en Montería y con la presencia del ministro de Defensa, Diego Molano, el director de la Policía, general Jorge Luís Vargas, se volvió a referir a la operación Agamenón, la cual desde 2015 pretende dar con la captura de alias Otoniel, líder del Clan del Golfo y el hombre más buscado por las autoridades. Durante ese pronunciamiento, el alto oficial señaló que Otoniel está “arrinconado y pasando hambre” y que se bloqueó la ruta de escape de alias Chiquito Malo, uno de los hombres que podrían suceder al jefe del grupo armado organizado y que tiene grandes vínculos con el narcotráfico a nivel internacional.
“De manera sostenida en los últimos días se han dado unos resultados en la zona de Acandí (Chocó) contra la subestructura central. Tenemos con el general del Ejército Juvenal Díaz Mateus (comandante de la Séptima División del Ejército) un permanente esfuerzo en la zona del Nudo de Paramillo, que es donde el se encuentra. Hay capturados que nos están dando información muy importante sobre estos delincuentes. Sabemos que está aguantando hambre y que las comunidades que le estaban colaborando ahora se están apartando”, aseguró el alto oficial, quien remarcó que se entregarán 17.000 millones de pesos a quién entregue a Otoniel a las autoridades.
Otoniel comenzó en la guerrilla del Epl, en los años noventa. Se desmovilizó, pero luego pasó a las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá (Accu), donde conoció a Don Mario y a otros exjefes paramilitares que pasaron a conformar el Bloque Centauros. A quienes hasta hace poco integraban su círculo de confianza los conoció en esos años. Tras la dejación de armas de las autodefensas entró a liderar el grupo que las autoridades bautizaron los Urabeños, luego Clan Úsuga y ahora Clan del Golfo. Una estructura piramidal en cuya cúspide se encuentran los miembros de su familia: primos, hermanos y cuñados de Otoniel, que son los jefes, dicen fuentes de la Fiscalía.
Lea: Alias “Platino”, el narco de “Otoniel” que fue extraditado a EE.UU. con los secretos del Clan del Golfo
Uno de sus bastiones es el Nudo de Paramillo, zona con una fuerte influencia paramilitar. En especial, ejerce su poderío en los municipios de Tierralta, Puerto Libertador, San José de Uré y Montelíbano. También, aunque con menor intensidad, en la región de Turbo, Carepa y Apartadó. En esta zona hace las veces de Robin Hood para ganarse la confianza de la comunidad y comprar apoyos. Pero el Clan del Golfo también ha sido responsable allí de varios desplazamientos forzados, confinamientos, masacres y asesinatos de líderes. “Él tiene anillos fuertes de información que se llaman ‘puntos’, quienes le hacen saber en qué momento hay extraños”, dijo a este diario la exfiscal Claudia Carrasquilla.
Según la última declaración del general Vargas, en el último tiempo, muchos de esos puntos pasaron hacer fuentes de la Fuerza Pública. El fin de semana pasado, la Policía capturó a 14 personas en varias zonas de influencia del Clan del Golfo y que forman parte del grupo criminal. La Policía aseguró que en una de las operaciones llevada a cabo en la vereda Chidimade, del municipio de Acandí (Chocó), fueron capturadas cuatro personas que protegían a alias el Negro Perea, que sería un posible sucesor de Otoniel.
También fue detenido alias Tierra Fría, quien era el encargado de coordinar y controlar las actividades narcotraficantes de esta subestructura, la cual tiene como principal eje de movilidad el puerto de Zungo, ubicado en el municipio de Carepa (Antioquia). El pasado 18 de junio, en el corregimiento de Titumate, municipio de Unguía (Chocó), fue capturado otro hombre de confianza del Negro Perea. Se trata de alias Chamizo, un narcotraficante que se encargaba de coordinar envíos de cocaína a Centroamérica y Europa.