Amelia Pérez renunció a la terna para ser fiscal general
La abogada envió una carta a la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, justo cuando los magistrados se alistaban para votar nuevamente por las tres candidatas ternadas por el presidente Gustavo Petro. Ahora, los magistrados se reúnen para establecer si pueden votar por las dos candidatas que quedan o si, por el contrario, el presidente Petro tiene que completar la terna para poder seguir con el proceso.
La abogada Amelia Pérez, quien hasta hace una semana estuvo punteando las votaciones para ser elegida como fiscal general, renunció a la terna que envió el presidente Gustavo Petro para reemplazar a Francisco Barbosa en el ente investigador.
La noticia se conoció en la mañana de este martes 12 de marzo, justo cuando los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se alistaban para realizar una nueva votación, en una sala extraordinaria convocada hace una semana por el alto tribunal.
La ahora excandidata señaló que su renuncia es de carácter irrevocable y que responde a varios episodios que, según ella misma, han interferido en la elección de quién será la nueva fiscal general. De entrada, Pérez mencionó el episodio sobre viejos trinos de su pareja, el exfuncionario del CTI, Gregorio Oviedo, quien hace un tiempo escribió mensajes en su cuenta personal de Twitter criticando al exfiscal Barbosa, a la Corte Suprema y a varios periodistas.
En contexto: Corte Suprema de Justicia vota por cuarta vez, pero no elige fiscal general
“La decisión tomada, honorables magistradas y magistrados, obedece al surgimiento e interferencia de factores extraños a una tranquila y pacífica elección, los cuales han sido atravesados por episodios perturbadores, como, por ejemplo, el cuestionamiento a opiniones ajenas a la suscrita difundidas en las llamadas redes sociales, pero que, absurdamente, han sido a mí atribuidas sin fundamento alguno, en una anormal postura de querer aplicar el inexistente ‘delito de opinión’”, expresó Pérez.
Esta es la carta completa:
La excandidata continuó su carta señalando que existe un agravante: “Tales opiniones son elaboración exclusiva, y excluyente, de un tercero, pero que sus consecuencias, increíblemente, deben ser asumidas por persona distinta a quien las emitió, en un claro desconocimiento del principio universal del derecho penal, según el cual, la responsabilidad es estrictamente individual y/o personal”.
En contexto: Las visitas que marcarían la diferencia en la elección de fiscal general
Como segundo episodio, la excandidata a la Fiscalía señaló: “Los inéditos episodios emergidos en este proceso de elección han tocado las puertas de la quizá principalísima virtud de todo ser humano, bien igualmente personalísimo, como es LA DIGNIDAD, injustamente ultrajada y vituperadas por circunstancias completamente ajenas a quien adquirió la condición de sujeto pasivo de tales despropósitos, ello sin dejar de lado que, al parecer asistimos, la suscrita y todo mi entorno familiar, a una revictimización que parece no tener fin, aparte de la violencia de género fundamentada en trinos cuyo autoría es completamente ajena a la suscrita”.
En tercer, lugar, Amelia Pérez le explicó a la Corte Suprema de Justicia que su renuncia también obedecía a “la imperativa necesidad y obligación de dejar a salvo de todo riesgo y peligro, a lo más preciado que existencialmente tengo: mis hijos Manuel Antonio y Nicolás Gregorio, mi compañero permanente de vida y mi familia en general”.
En contexto: Así se vivió la votación que acerca a Amelia Pérez a la Fiscalía
La carta de la excandidata remata diciendo: “Lo único que me guio desde el momento de la deferencia y el honor y honra de los que me hizo objeto el señor Presidente de la República, fue, aparte de tratar mi experiencia y conocimiento en el campo de la investigación criminal, escenario natural de la competencia de la Fiscalía, fue el de contribuir a la consecución, o al menos tratar de morigerar sus causas, de esos bienes supremos que nuestra Carta Política, consagra y protege, como son la justicia social y una paz duradera para todo nuestro pueblo”.
Con la renuncia de Pérez, no es claro lo que se viene en el proceso de elección. Aunque no hay una regla clara que marque el ritmo de la votación, la pelota está en el campo de la Sala Plena de la Corte Suprema, que se encuentra reunida en este momento en el Palacio de Justicia. Solo allí se definirá si los magistrados pueden votar por las dos candidatas que quedan: Luz Adriana Camargo y Ángela María Buitrago. O si, por el contrario, el presidente tiene que completar la terna para que pueda continuar la elección.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
La abogada Amelia Pérez, quien hasta hace una semana estuvo punteando las votaciones para ser elegida como fiscal general, renunció a la terna que envió el presidente Gustavo Petro para reemplazar a Francisco Barbosa en el ente investigador.
La noticia se conoció en la mañana de este martes 12 de marzo, justo cuando los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se alistaban para realizar una nueva votación, en una sala extraordinaria convocada hace una semana por el alto tribunal.
La ahora excandidata señaló que su renuncia es de carácter irrevocable y que responde a varios episodios que, según ella misma, han interferido en la elección de quién será la nueva fiscal general. De entrada, Pérez mencionó el episodio sobre viejos trinos de su pareja, el exfuncionario del CTI, Gregorio Oviedo, quien hace un tiempo escribió mensajes en su cuenta personal de Twitter criticando al exfiscal Barbosa, a la Corte Suprema y a varios periodistas.
En contexto: Corte Suprema de Justicia vota por cuarta vez, pero no elige fiscal general
“La decisión tomada, honorables magistradas y magistrados, obedece al surgimiento e interferencia de factores extraños a una tranquila y pacífica elección, los cuales han sido atravesados por episodios perturbadores, como, por ejemplo, el cuestionamiento a opiniones ajenas a la suscrita difundidas en las llamadas redes sociales, pero que, absurdamente, han sido a mí atribuidas sin fundamento alguno, en una anormal postura de querer aplicar el inexistente ‘delito de opinión’”, expresó Pérez.
Esta es la carta completa:
La excandidata continuó su carta señalando que existe un agravante: “Tales opiniones son elaboración exclusiva, y excluyente, de un tercero, pero que sus consecuencias, increíblemente, deben ser asumidas por persona distinta a quien las emitió, en un claro desconocimiento del principio universal del derecho penal, según el cual, la responsabilidad es estrictamente individual y/o personal”.
En contexto: Las visitas que marcarían la diferencia en la elección de fiscal general
Como segundo episodio, la excandidata a la Fiscalía señaló: “Los inéditos episodios emergidos en este proceso de elección han tocado las puertas de la quizá principalísima virtud de todo ser humano, bien igualmente personalísimo, como es LA DIGNIDAD, injustamente ultrajada y vituperadas por circunstancias completamente ajenas a quien adquirió la condición de sujeto pasivo de tales despropósitos, ello sin dejar de lado que, al parecer asistimos, la suscrita y todo mi entorno familiar, a una revictimización que parece no tener fin, aparte de la violencia de género fundamentada en trinos cuyo autoría es completamente ajena a la suscrita”.
En tercer, lugar, Amelia Pérez le explicó a la Corte Suprema de Justicia que su renuncia también obedecía a “la imperativa necesidad y obligación de dejar a salvo de todo riesgo y peligro, a lo más preciado que existencialmente tengo: mis hijos Manuel Antonio y Nicolás Gregorio, mi compañero permanente de vida y mi familia en general”.
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La carta de la excandidata remata diciendo: “Lo único que me guio desde el momento de la deferencia y el honor y honra de los que me hizo objeto el señor Presidente de la República, fue, aparte de tratar mi experiencia y conocimiento en el campo de la investigación criminal, escenario natural de la competencia de la Fiscalía, fue el de contribuir a la consecución, o al menos tratar de morigerar sus causas, de esos bienes supremos que nuestra Carta Política, consagra y protege, como son la justicia social y una paz duradera para todo nuestro pueblo”.
Con la renuncia de Pérez, no es claro lo que se viene en el proceso de elección. Aunque no hay una regla clara que marque el ritmo de la votación, la pelota está en el campo de la Sala Plena de la Corte Suprema, que se encuentra reunida en este momento en el Palacio de Justicia. Solo allí se definirá si los magistrados pueden votar por las dos candidatas que quedan: Luz Adriana Camargo y Ángela María Buitrago. O si, por el contrario, el presidente tiene que completar la terna para que pueda continuar la elección.
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