Año decisivo para la familia Mahecha Casas por escándalo de estafa en Miami
El presidente Gustavo Petro avaló la extradición del médico Carlos Mahecha Díaz a Estados Unidos, por delitos de fraude vinculado con un lujoso proyecto inmobiliario llamado Quarzo Bal Harbour. Mientras este proceso penal se define, el proceso civil contra él y su familia está a punto de arrancar.
En los últimos días del 2022, el presidente Gustavo Petro firmó el decreto que avala la extradición a Estados Unidos del médico y empresario Carlos Mahecha Díaz. El pasado 6 de diciembre, la Corte Suprema de Justicia le dio el visto bueno a esa petición del país norteamericano y a los 10 días, a las oficinas del ministro de Justicia, Néstor Osuna, llegó el asunto. Las autoridades norteamericanas quieren ver a Mahecha ante los estrados judiciales, pues se le señala de ser la cabeza de un fraude de millones de dólares de un proyecto inmobiliario en una exclusiva zona de Miami (en el estado de Florida). Entretanto, aunque la familia había negado cualquier ilegalidad, uno de los hijos acaba de negociar con sus demandantes.
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En los últimos días del 2022, el presidente Gustavo Petro firmó el decreto que avala la extradición a Estados Unidos del médico y empresario Carlos Mahecha Díaz. El pasado 6 de diciembre, la Corte Suprema de Justicia le dio el visto bueno a esa petición del país norteamericano y a los 10 días, a las oficinas del ministro de Justicia, Néstor Osuna, llegó el asunto. Las autoridades norteamericanas quieren ver a Mahecha ante los estrados judiciales, pues se le señala de ser la cabeza de un fraude de millones de dólares de un proyecto inmobiliario en una exclusiva zona de Miami (en el estado de Florida). Entretanto, aunque la familia había negado cualquier ilegalidad, uno de los hijos acaba de negociar con sus demandantes.
(Lea también: El fraude con cara de pirámide por el que Carlos Mahecha podría ser extraditado)
La investigación en su contra señala que Mahecha habría cometido los delitos de fraude por medios electrónicos y conspiración desde 2007, cuando él y sus socios sacaron al mercado el proyecto residencial que se llamaría Quarzo, en Bal Harbour (Miami, Florida). Lo que dice la acusación en su contra es que Mahecha habría “reclutado” a inversionistas para poder comprar tres predios y, de esa manera, construir los inmuebles, por un valor de más de US$22 millones. A cambio, a los inversores les reintegrarían el dinero pagado, más intereses de entre el 12 y 18 %, en un plazo máximo de un año y medio. Sin embargo, la acusación en contra del médico asegura que todo terminó siendo un fraude, con tintes de pirámide.
En ese negocio también participó Juan Arcila, socio de Mahecha, quien ya aceptó todos los cargos en Estados Unidos en un proceso civil, y toda la familia del médico: su esposa María Anastasia Casas, y sus hijos Felipe y Camilo Mahecha Casas. Los cuatro integrantes de la familia están vinculados al mismo proceso civil, cuyo juicio está prevista arrancar a finales de enero de 2023, después de unas demoras causadas por el paso del huracán Ian en la Florida. Mientras eso sucede, el cronograma del proceso tiene previsto que Carlos Mahecha sea extraditado antes para comparecer ante el juez que lleva su caso penal, por los delitos de fraude y conspiración.
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En una reciente entrevista que Mahecha concedió desde la cárcel al periódico El Tiempo, el empresario negó todos los cargos. Aseguró que no entiende por qué lo acusan de fraude si todo el proyecto estaba en orden financieramente. “Yo era de los mayores inversionistas, los que más metimos capital, incluso arriesgando nuestro patrimonio. Desconocen el tema, siempre estuvimos asesorados por una firma de abogados y todo estuvo muy bien hecho. Ellos (inversionistas) lo que hacen, con un grupo de abogados en Estados Unidos, es instaurar una ley de quiebra, que en ese momento no procedía, porque ya estaba el proyecto al otro lado, en el sentido económico”, explicó.
Y agregó: “Estaba garantizado que el proyecto se iba a culminar, reservando un 45 por ciento de las utilidades, una vez se liquidara, para la sociedad Bal Harbour Quarzo. Los inversionistas estaban con un mínimo asegurado de entre US$28 millones de dólares hasta US$38 millones de dólares. Nosotros no entendemos cómo nos acusan de una estafa o cómo me acusan de una estafa, siendo que era el mayor perjudicado. Quiero saber en qué momento dicen que yo hice eso”. Por eso, concluye Mahecha desde la cárcel, no le teme a la extradición, pues tiene todos los documentos para demostrar “que hicimos las cosas como corresponde (…) No le tengo miedo a lo que venga porque tengo las cosas claras. Duermo tranquilo”.
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En contraste, en Estados Unidos están puestas todas las cartas sobre la mesa para resolver, tanto el proceso penal (donde solo está procesado Carlos Mahecha), como el civil (donde está vinculada la familia). Lo que reposa en documentos de las cortes norteamericanas es que el proyecto resultó teniendo cara de una pirámide, pues el dinero que entraba al proyecto por parte de los inversionistas se habría destinado a otras cuentas pendientes y gastos personales de los Mahecha Casas. Según documentos que reposan en la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Florida, cuando entraba plata de inversores nuevos, los socios procedían a pagarle a otras personas que ya habían puesto dinero en otros proyectos de la familia.
El expediente tiene cientos de pruebas de cómo se habría triangulado el dinero para defraudar a los inversionistas del proyecto en Miami, cuadrar cuentas externas y, al parecer, en la compra de lujos que, sin esas inversiones, la familia Mahecha no se habría podido costear. Además, las autoridades estadounidenses dicen tener en su poder evidencia que apuntaría a que Carlos Mahecha nunca le informó a los inversionistas que iba reclutando que tenía toda clase de problemas financieros: no estaba pagando una hipoteca de los terrenos para el proyecto; tenía varias deudas pendientes por proyectos que no había podido pagar; y que también estaba gastando el dinero en temas personales.
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Además, dice el expediente, ese dinero también se destinó a mantener el apartamento de los Mahecha Casas en Florida; para pagar sus carros de alta gama y hasta para cotizar un lujoso yate. Cuando Quarzo Bal Harbour entró en bancarrota, la mayoría de estas incómodas acusaciones salieron a flote por cuenta del proceso de bancarrota que iniciaron los inversionistas que perdieron todo y que, aseguran, los Mahecha no les han pagado. Según estimaciones que se han hecho dentro del proceso, el fraude de esta familia de la élite bogotana y de su socio, Juan Arcila, habría alcanzado una cifra cercana a los US$40 millones de dólares.
Uno de los Mahecha, de hecho, ya negoció con sus demandantes. Se trata de Camilo Mahecha Casas, el hijo menor de la familia, acusado ante una la corte civil de malos manejos a transferencias de dinero que rodearon los US$108.000 dólares. Tras acudir a una conciliación, Camilo Mahecha llegó a un acuerdo a mediados de 2022 y aceptó pagarles a sus contrapartes US$100.000 dólares. Este acuerdo ya recibió el visto bueno del juez del caso, que dio tres días hábiles para que se ejecutara el pago. Sin embargo, lo conciliado solo lo involucra a él, pues incluso el documento aclara que “no impacta ninguna acusación o líneas de acción instauradas por los demandantes contra otros Mahecha”.
Así las cosas, con la firma del presidente Petro, solo resta que se finiquiten trámites logísticos para asegurar la extradición de Carlos Mahecha a Estados Unidos. Este proceso podría llevarlo a estar tras las rejas en una cárcel norteamericana, pero esa decisión está por verse. Mientras el viaje se concreta, en la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Florida se ultiman los detalles para que el juicio civil en contra de los demás miembros de la familia Mahecha inicie, este sí, de manera virtual. Mientras tanto, los inversionistas que perdieron dinero, muchos de ellos, sus ahorros de toda una vida de trabajo, esperan con ansias que el 2023 sea el año en que la justicia se asome, por fin, en este supuesto fraude con cara de pirámide.
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