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Más de una hora duró la diligencia de interrogatorio de Armando Bendetti en la Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, dentro de la investigación en su contra por los delitos de tráfico de influencias e interés indebido en la celebración de contratos. Según el alto tribunal, el político haría parte de una red de corrupción que direccionó contratos del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade) a cambio de coimas.
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A la salida de la diligencia, Benedetti aseguró que la magistrada Cristina Lombana lo cuestionó por haber solicitado el aplazamiento de la audiencia del pasado viernes. “Todo esto es una emboscada. No hay un solo testigo que declare en contra de mí. Hoy me gritó, me regañó, ella cree que esto es un colegio”, dijo Benedetti.
En horas de la mañana, el exembajador de Venezuela aseguró que asistió a la diligencia convaleciente porque la magistrada Lombana no tuvo en cuenta el estado de salud en el que se encuentra. “A mí el sábado pasado me extirparon un políporo cancerígeno de 5 centímetros. Yo le había pedido a ella que me diera un plazo porque me citó en menos de 72 horas. No lo quiso hacer, me pasó del viernes para el lunes, hoy aquí estoy convaleciente, el médico me dijo que tenía que estar 3 o 4 días acostado, no llevo ni dos y estoy aquí parado. Eso es para que usted vea el delirio furioso que tiene ella por perseguirme”, dijo Benedetti a su llegada a la Corte.
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El caso está relacionado con hechos de corrupción en el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade). Según denuncias que datan desde 2017, los contratos de esa entidad los manejaban, a cambio de coimas, Benedetti y los también exsenadores del Partido de La U Musa Besaile y Bernardo Ñoño Elías. Los dos últimos han aceptado su rol en el entramado de corrupción.
Aunque son dos entidades las encargadas de la investigación, la génesis de esta es la misma: las declaraciones de Jorge Iván Henao, quien fue asesor de la gerencia de Fonade y ya está colaborando con la Fiscalía. Al parecer, Henao movió sus hilos en la extinta entidad para que le entregaran un contrato a una compañía llamada Certicámara.
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El escrito de acusación en su contra dice que su misión comenzó tras “reunirse en 2016, en el Congreso, con el senador Armando Benedetti, reunión en la cual, por solicitud del senador, se convino buscar un contrato en Fonade, ajustado al objeto de la empresa Certicámara para que le fuera adjudicado de manera directa”.
Por estos hechos, Henao fue llamado a juicio junto a cinco personas más, entre las que hay una exasesora de la UTL de Benedetti, Elsy Mireya Pinzón. La Fiscalía sostiene en el escrito de acusación que Pinzón ingresó en repetidas ocasiones a las instalaciones de Fonade “únicamente con el fin de gestionar la adjudicación del contrato”, ya que las inusitadas visitas se dieron “de forma posterior y exclusivamente con ocasión de la reunión sostenida entre Jorge Iván Henao y su jefe, el senador Armando Benedetti”.
El pasado 23 de octubre, la Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia aceptó una de las cinco recusaciones que presentó el político en contra de la togada Lombana para que fuera alejada de las investigaciones que su despacho adelanta en su contra. El alto tribunal decidió que hay argumentos suficientes para que la magistrada Lombana se aparte del caso por enriquecimiento ilícito, pero que podrá mantener las competencias en los otros cuatro casos.
El proceso del cual tendrá que apartarse Lombana es por los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos de Benedetti. En este caso, la investigación es por la compra de un apartamento y unos giros de dinero al exterior. La Sala aceptó la recusación que presentó Benedetti el pasado 15 de agosto, porque encontró fundada la recusación debido a que, “mientras el proceso estuvo en la Fiscalía (cuando la Corte lo envió, al perder competencia por el fuero que Benedetti tenía como embajador) la magistrada emitió un concepto que sí podría comprometer su criterio e imparcialidad en el caso”.
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