“Artemisa no va a poder frenar la deforestación”: comandante fuerza de tarea Omega
Dentro de la investigación que hizo El Espectador sobre la Operación Artemisa, iniciativa del saliente Gobierno para frenar la deforestación, el general Royer Gómez Herrera, quien dirige la ofensiva en la Amazonía, habló del avance de esta y las dudas que ha generado. El uniformado respondió sobre algunos hechos que han dejado en entre dicho la efectividad de Artemisa.
Jhordan C. Rodríguez
En entrevista con El Espectador, el brigadier general Royer Gómez Herrera, comandante de la fuerza de tarea conjunta Omega, habló sobre la operación Artemisa, iniciativa del saliente Gobierno, que busca frenar la deforestación en Colombia. Según dijo el militar, la ofensiva, que ha recibido duras críticas por supuestos abusos de autoridad y presuntas irregularidades, no va a ser suficiente para frenar la deforestación, como lo plantea el Gobierno. El militar, quien lleva cuatro meses a cargo de la unidad que tiene injerencia en Meta, Guaviare y Caquetá, habló sobre los casos de presuntos abusos, los logros que han tenido y el futuro de Artemisa.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
En entrevista con El Espectador, el brigadier general Royer Gómez Herrera, comandante de la fuerza de tarea conjunta Omega, habló sobre la operación Artemisa, iniciativa del saliente Gobierno, que busca frenar la deforestación en Colombia. Según dijo el militar, la ofensiva, que ha recibido duras críticas por supuestos abusos de autoridad y presuntas irregularidades, no va a ser suficiente para frenar la deforestación, como lo plantea el Gobierno. El militar, quien lleva cuatro meses a cargo de la unidad que tiene injerencia en Meta, Guaviare y Caquetá, habló sobre los casos de presuntos abusos, los logros que han tenido y el futuro de Artemisa.
(Lea la investigación completa de este diario: Artemisa: La respuesta militar del Gobierno a un problema ambiental)
Artemisa fue lanzada en 2019, ¿cuántas fases van hasta el momento y qué se ha hecho en estas operaciones?
Llevamos 17 operaciones Artemisa. No todas las operaciones han sido en el área de Omega, hay otras zonas de parques naturales, donde otras unidades del Ejército intervienen. Las operaciones 18, 19 y 20, que son las que están planeadas hasta el momento y seguramente van a continuar porque ese es un propósito que se va a mantener debido a la deforestación que estamos enfrentando en todo el país.
Básicamente, estas operaciones se planean desde un puesto de mando unificado en el que participan todas las entidades del Estado, cada una entrega un producto para el planeamiento y una vez se tienen todos los productos y las verificaciones , se lanza la misión. Se hacen los allanamientos, se inhabilitan las vías, se captura a las personas que se encuentren en el área y se hace la extracción nuevamente de los funcionarios para devolverlos a los puestos de mando y proceder con las actividades de judicialización.
(En contexto: Las versiones sobre el líder indígena que Fiscalía señala de gran deforestador)
Hay unas zonas de parques que vienen siendo monitoreadas satelitalmente por parte del Ministerio del Medio Ambiente. En las imágenes se establecen unos núcleos de deforestación donde el ecocidio es muy alto, hay deforestaciones masivas e incendios en zonas que finalmente terminan siendo utilizadas como áreas de ganadería extensiva y zonas de cultivos ilícitos. La información que se recauda se le transmite a la Fiscalía y la fiscal especializada nos da órdenes de allanamiento para llevar a cabo inhabilitaciones de vías que se están construyendo al interior de los parques naturales, causando impactos ecológicos muy negativos.
¿Más allá de entrar a intervenir las zonas afectadas hay algún proceso de recuperación de los ecosistemas?, ¿si hay un impacto importante por su parte en esos territorios?
El plan contempla no solo la intervención para recuperar esas áreas y sacar a las personas que están invadiendo, sino que también hay un plan de reforestación, lo que pasa es que la reforestación es lenta. El año pasado nosotros, acá en la fuerza de tarea conjunta Omega, con el apoyo de Parques Nacionales Naturales y el Ministerio del Medio Ambiente, llevamos a cabo la siembra de más de 500.000 árboles, pero la siembra en áreas protegidas es muy dispendiosa y frente a la cifra de deforestación es mínima.
La deforestación tiende a volverse un delito recurrente, por lo que retornan nuevamente al área y deforestan lo que se sembró, lo hemos evidenciado en muchas áreas que estamos intentando recuperar y que después de que se hace la intervención y la siembra nuevamente de árboles nativos de la región, pues los vuelven a destruir.
La Operación Artemisa, desafortunadamente por las condiciones y por las capacidades que tenemos, no es una operación sostenida en esas áreas. Se interviene el área, se hace la inhabilitación de las construcciones y vías, se procede con capturas, pero esas tropas y esos funcionarios tienen que salir a cubrir otros sectores. Entonces, las situaciones de deforestación se hacen recurrentes. Lo que sí causa un impacto importante son las capturas, porque ya las leyes en el país se han endurecido frente al tema de los delitos ambientales.
(Lea también: Los incendios en la Amazonía, una situación que se prende cada día más)
Según lo que usted dice, la reincidencia es muy grande y hace que el trabajo de la fuerza pública se pierda de alguna manera, ¿usted si cree que Artemisa va lograr frenan la deforstación como lo prometió el Gobierno Duque?
Yo creo que el mayor reto es generar la cultura de la protección del medio ambiente. Nosotros solos no vamos a poder, la Operación Artemisa no va a poder frenar la deforestación, y no es porque de pronto estemos desmotivados o le hayamos perdido el sentido al cumplimiento de esa misión, no, creemos que por lo menos estamos haciendo algo para detenerla, pero se necesita un cambio cultural.
Comunidades indígenas y organizaciones sociales han denunciado supuestas capturas y procedimietos irregulares en el marco de Artemisa, donde no van detrás de los verdaderos deforestadores sino detrás de campesinos, ¿cuál es su versión de esos presuntos hechos?
Las órdenes de captura son emitidas por la Fiscalía especializada de derechos humanos, no hay una captura que se produzca sin una orden y un agente judiciales que la produzca, nosotros no tenemos funciones de policía judicial, nosotros solo brindamos seguridad en los puntos donde se va a desarrollar la operación. Las órdenes de captura, como por ejemplo la de los más buscados por el tema de los delitos ambientales, las emite la Fiscalía, algunas van con nombres específicos de personas que están plenamente identificadas e individualizadas y tienen procesos de judicialización. Hay otras capturas que se realizan en flagrancia y son las capturas que cuando nosotros llegamos a las áreas y a esos núcleos de deforestación encontramos a las personas que están haciendo la tala con motosierras y están llevando a cabo los incendios forestales.
(Lea también: Criar abejas para luchar contra la deforestación en Caquetá)
Algo que pasó en Artemisa 14 o en las Artemisas que hemos ejecutado, es que hay personas que ni siquiera son de la región, o sea, ahí no hay ningún tipo de arraigo. Por ejemplo, en el Parque de Chiribiquete hay personas provenientes del Cauca, de Huila, Tolima o del Valle del Cauca, se trata de familias campesinas, no son personas de la región, son personas que vinieron engañadas y que tuvieron que pagar un dinero por una hectárea o unas hectáreas de tierra que les vendieron en zonas de parque nacional natural; hay una verdadera mafia detrás de todo esto, hay personas que se están lucrando muchísimo, eso es un negocio el tema de vender esas tierras en zonas de parques.
En cuanto al tema de las familias, por ejemplo, en la última operación que hicimos en el sector del Chiribiquete se hicieron dos capturas de personas que estaban llevando a cabo deforestación e incendios, se capturaron a los dos sujetos, uno de ellos tenía su esposa y dos menores de edad. Se procede con la captura en flagrancia de estos sujetos y a la familia hay que sacarla del área porque queda sola y desamparada. Estamos hablando de zonas selváticas, entonces, estamos hablando de la señora y de los dos menores de edad y se ponen a disposición el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
De la venta de terrenos se encuentran dos modalidades: a la familia que le venden tierra para que venga y deforeste en zona de parque; pero también, el hacendado que tiene cómo pagar la deforestación y trae familias, las ponen a deforestar y las dejan casi como habitantes de esas áreas protegidas, que terminan siendo zonas de pastoreo o de cultivos ilícitos. Hay grandes capitales interesados en el tema de la deforestación, es un negocio, un verdadero negocio.
(Más sobre esta investigación: “Artemisa es una política de golpes de opinión”: Estefanía Ciro, de A la Orilla del Río)
Muchas veces estas personas quedan libres, porque en la mayoría de estos delitos ambientales la legislación no es tan fuerte realmente, muchas de las capturas en flagrancia quedan en libertad después de que se hacen las audiencias de legalización de captura y de imputación de cargos. Lo ideal es que estas personas no regresen a esas áreas, porque seguramente en las futuras operaciones vamos a tener nuevamente que hacer salgan. El protocolo que se establece es que la persona se captura pues obviamente se judicializa y las familias, y cuando hablo de familias señoras y de pronto menores de edad o adultos mayores, se le entregan a la Defensoría del Pueblo de cada Municipio y los niños en el restablecimiento de sus derechos al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
(Le puede interesar: Gobierno presentó el cartel de “los más buscados” por deforestación en Caquetá)
Organizaciones denunciaron que el pasado 5 de marzo en el Cabildo La Esperanza (Caquetá) la fuerza pública entró a llevarse a indígenas sin aparente razón, por eso uno de los soldados fue retenido unos días por la autoridad indígena, ¿qué dicen ustedes de todo esto?
Ninguna operación de Artemisa se ha hecho en zona de resguardo indígena, ninguna, todas las operaciones Artemisa son en dentro de los límites de los Parques Nacionales Naturales y están los documentos. En el último operativo es cierto que se hizo cerca del límite del Parque de Chiribiquete y hay un resguardo indígena, pero la operación nunca se llevó a cabo en zona de resguardo, jamás. De hecho, somo conocedores y respetamos el tema de la comunidad indígena y el tema de los derechos de nuestros indígenas. La operación Artemisa es muy juiciosa en ese sentido, en no salirnos de los límites del parque.
Cuando se produce el secuestro del soldado, las tropas están dentro del límite del parque que es donde estamos desarrollando la operación. Llego un grupo más o menos de 50 o 60 personas que atacan a las tropas y nos secuestran a este muchacho por cuatro o cinco días. Dice el Gobernador del resguardo indígena que el fusil y uniforme del soldado fue destruido de acuerdo con sus usos y costumbres, pero nunca entregaron una prueba de la destrucción del material, y es un área donde todos sabemos que hay presencia y hay injerencia de las disidencias de la Farc.
El soldado fue secuestrado en zona de parque y llevado a zona de resguardo, esto es mentirle a la opinión pública, no es cierto que el soldado estaba dentro del resguardo, nosotros nunca entramos al resguardo, porque allá no teníamos ninguno de los objetivos. Tenemos las coordenadas exactas de donde estaban las tropas haciendo la intervención y las coordenadas exactas donde posteriormente el soldado fue llevado secuestrado.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.