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El pasado lunes, 14 de junio, el presidente Iván Duque designó al exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón Bueno como embajador de Colombia en Washington, cargo que ya había ocupado entre 2015 y 2017 bajo la batuta del exmandatario Juan Manuel Santos. Durante el fin de semana pasado La Nueva Prensa reveló que un tío por parte de mamá, Jorge Bueno Sierra, estaba condenado por narcotráfico precisamente en Estados Unidos, caso que Pinzón confirmó esta mañana en entrevista radial.
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El Espectador conoció documentos cruciales del expediente judicial de Jorge Bueno Sierra, quien fue condenado a cadena perpetua el 27 de enero de 1995 por la Corte del Distrito Sur de Florida. Las autoridades estadounidenses le seguían el rastro desde 1993 a una organización conformada por al menos siete personas, entre ellas Bueno, quienes transportaron e intentaron distribuir una “mezcla y sustancia que contiene una cantidad detectable de cocaína” en el país norteamericano, según el indictment -escrito de acusación- firmado por esa corte.
De acuerdo con la Corte del Distrito Sur de Florida, Jorge Bueno Sierra fue acusado por cuatro cargos relacionados con narcotráfico. En el primero, conspiración para importar cocaína, se vinculó al tío de Pinzón a una investigación dado que, desde septiembre 16 de 1993 hasta noviembre 24 de ese mismo año, la organización llevó a Miami un cargamento de la droga. La corte no precisó la cantidad y desde dónde salieron los paquetes.
El segundo cargo fue conspiración para poseer e intentar distribuir cocaína, el cargo tres fue importación de cocaína, que habría ocurrido alrededor del 20 de noviembre de 1993, y el cargo cuatro fue posesión e intención de distribución de cocaína, que data del 24 de noviembre de ese año. Por cada uno de los cargos la corte puntualizó que podría haber una pena máxima de 10 años de prisión. En la acusación se menciona a Wilmer Marín García, Martha Rojas, Carlos Enrique Sánchez, Hernán Diego García, Higinio Cueli y un alias que corresponde a Carlos Rivera.
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El 27 de junio de 1995 la decisión contra Bueno Sierra fue anunciada: “El acusado se compromete por la presente a la custodia de la Oficina de Prisiones de los Estados Unidos para ser encarcelado por un término de VIDA según los cargos I, II, III y IV, que se cumplirá simultáneamente”, sentenció la Corte del Distrito Sur de Florida. Cadena perpetua, pena que fue comunicada al abogado Michael Harris Tarkoff, defensor del nacional. Para la época de los hechos, Juan Carlos Pinzón recién estaba entrando en la adultez.
Jorge Bueno Sierra, a través de su abogado, presentó un recurso para tumbar la cadena perpetua sentenciada contra él. En una nueva diligencia ante la corte, el Gobierno de Estados Unidos llamó a los investigadores Yvette Prescott y Harry Wallace, quienes tuvieron la tarea de entregar detalles de la operación de narcotráfico de la organización. Ante el estrado, los investigadores llamaron a testificar bajo juramento a Harold Joseph Wilson, agente especial de la aduana, quien llevaba 10 años trabajando en ese departamento.
Wilson, cuya declaración quedó en un documento de 225 páginas en poder de este diario, explicó que la aduana dirigió a dos informantes secretos para que se reunieran con Jorge Bueno Sierra, a finales de 1993, con el objetivo de indagar en las actividades de narcotráfico. Wilson enseñó a la corte un informe con fecha de 22 de noviembre de ese año, en el que quedó registrado un encuentro 12 días antes, el cual contó con transmisores escondidos. Los dos agentes, Bueno Sierra, Carlos Sánchez y Martha Rojas entraron a una cafetería, donde habrían revelado sus negocios.
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El agente Wilson explicó a la corte que, en otra reunión, los informantes lograron otro contacto el 15 de noviembre de 1993 en el “Shooter´s Restaurant” de Miami. Tras escarbar información de manera secreta en la organización, los agentes lograron una entrega controlada de cocaína el 24 de noviembre de 1993, es decir, compraron a la organización un cargamento de la droga para hacerlos caer en una trampa. Ese día, contenedores llegaron al puerto de Miami, en un puerto que secretamente pertenecía a la aduana de Estados Unidos.
“Allí había un total de 16 cajas. Hay 10 cajas mostradas ahí. Hay otras seis casillas además de estas que no se puede ver”, explicó el funcionario de la aduana Harold Joseph Wilson, enseñándole una foto a la corte. “El plan para ese día era entregar la cocaína al Sr. Bueno, y cualquier otra persona que se le presente, y seguirlos a donde fuera, y luego a incautar la cocaína y arrestar a todos los sospechosos”, explicó el testigo llamado por el Gobierno de los Estados Unidos. El tío del embajador Pinzón fue el segundo capturado durante la diligencia.
Ante la Corte del Distrito Sur de Florida, luego, el agente Wilson enseñó una grabación que corresponde a la entrada de los dos informantes a una de la casa de los socios de Bueno Sierra. “Estoy señalando la entrada al garaje, viendo varias cajas de cocaína, y giré a la derecha, señalando el área del comedor y la escalera que sube. Estoy entrando en el garaje. Son cajas de cocaína”, explicó uno de los investigadores. Las autoridades encontraron tres tipos de cocaína: una marcada con escorpiones, otra sin marca y la restante envuelta en paquetes amarillos.
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Tras la diligencia, la Corte del Distrito Sur de Florida tomó su decisión: “(…) por la presente se ordena, y juzgado por esta Corte, que las sentencias de condenas de dicho Juzgado de Distrito y las sentencias impuestas en estas causas sean y los mismos quedan AFIRMADOS”. Le negaron la apelación a Jorge Bueno Sierra. Pasaron años para que los jueces norteamericanos tomaran una nueva decisión en el caso, hasta que el 2 de diciembre de 2009, la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos negó un último recurso invocado por Bueno, quien seguirá en prisión hasta que su propio tiempo se agote.
En una reciente entrevista con Caracol Radio, el exministro confirmó los hechos: “Eso es un episodio de hace 30 años. Un hermano de mi madre fue capturado por temas de narcotráfico y luego condenado en los Estados Unidos. Ese caso solo lo conocía una persona a la que le informé el día que me ofreció ser viceministro de Defensa. Yo le dije que no podía aceptar por este tema, pero al contrario me dijo que por mis condiciones éticas y morales y mis logros le parecía que debería seguir adelante y hacer como correspondía mi carrera. Y así por muchos años producimos grandes resultados contra el terrorismo, contra el narcotráfico. Era Juan Manuel Santos”.