Así funciona el contrabando de cigarrillos: entre policías, clanes y narcotráfico
Las autoridades dieron los golpes más consistentes al contrabando en la historia reciente, con la captura de El Pitufo y El Bendecido. A raíz de ello, El Espectador presenta una radiografía sobre el papel del cigarrillo en esta industria delictiva.
Jhoan Sebastian Cote
En los últimos días, las autoridades dieron el golpe más duro en la historia del contrabando en Colombia, al capturar a Ricardo Orozco, alias El Bendecido, y a Diego Marín, alias Pitufo. La Policía les atribuye el 80 % del contrabando que entra al país y unas rentas por $8 billones anuales. Es decir, más de la mitad de la inversión para el tramo 1 de la primera línea del Metro de Bogotá. Según las autoridades, su red criminal tiene cooptadas autoridades aduaneras en los principales puertos, para importar ilegalmente toneladas de textiles, calzado y cigarrillos. Al tiempo, ha infiltrado a policías, quienes omiten el control de los cargamentos.
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En los últimos días, las autoridades dieron el golpe más duro en la historia del contrabando en Colombia, al capturar a Ricardo Orozco, alias El Bendecido, y a Diego Marín, alias Pitufo. La Policía les atribuye el 80 % del contrabando que entra al país y unas rentas por $8 billones anuales. Es decir, más de la mitad de la inversión para el tramo 1 de la primera línea del Metro de Bogotá. Según las autoridades, su red criminal tiene cooptadas autoridades aduaneras en los principales puertos, para importar ilegalmente toneladas de textiles, calzado y cigarrillos. Al tiempo, ha infiltrado a policías, quienes omiten el control de los cargamentos.
En medio de los dos golpes a los capos del contrabando en el país, El Espectador conoció documentos claves sobre el papel del cigarrillo en el imperio del contrabando y de cómo uniformados de la Policía de Sucre estarían involucrados en estas redes criminales. Uno de los protagonistas de este caso, es Jorge Eliécer Luna Vidal, quien, para 2021, era jefe de la Unidad de Intervención y Reacción de la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía de Sucre. Su trabajo era coordinar los servidores públicos que acudían de manera inmediata a los operativos y capturas en flagrancia por contrabando en carretera. Sin embargo, todo indica que, a pesar de su cargo, estaba comprado por una estructura contrabandista que operaba en el Urabá, Córdoba, Cartagena, Maicao, Medellín, Cali, Ipiales y en el Ecuador.
Luna Vidal estuvo en casa por cárcel duran los últimos años y sus presuntos socios contrabandistas aceptaron cargos. En junio de 2019, el entonces intendente Luna puso un puesto de control en la vía que de Cartagena conduce a Toluviejo, y que luego atraviesa el occidente del país hasta llegar a Medellín. Según la acusación en su contra, el sentenciado contrabandista Manuel José Vásquez Castaño lo llamó a su número personal solicitándole “una sola habitación” para hospedarse. Específicamente la número 290, que correspondía, en este juego para intentar despistar a las autoridades, a las placas YHK-290 de un camión con mercancía de contrabando de cigarrillos que había salido horas antes de Cartagena. Luna Vidal, entonces, habría levantado el puesto de control y, así, el camión transitó sin problema.
Ahora, Luna Vidal está en juicio por favorecimiento por servidor público en calidad de autor. El origen de este proceso judicial está en diferentes partes del mundo. El camión YHK-290 estaba transportando una cuarta parte del contrabando inyectado en Cartagena en junio de 2019 por esta estructura criminal, a través de unos contenedores descargados en plataformas ilegales. Tres de esos contenedores se pudieron incautar, los cuales habían llegado al país con 440.500 cajetillas de cigarrillos marca Reno, procedentes de Estados Unidos; 582.500 cajetillas de marca Ultima, de India; y 502.000 cajetillas marca Modern, de China. Ese golpe permitió incautar casi $2.000 millones en contrabando e identificar plenamente a una organización conformada, en principio, por 15 personas, entre ellos, Luna Vidal.
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Las cabezas de esa estructura eran los hermanos Manuel José y Jesús Adrián Vásquez Castaño. Ambos aceptaron cargos y, en agosto pasado, fueron sentenciados por preacuerdo a cuatro años de cárcel por diferentes delitos. Junto con ellos, cayeron Gustavo Aristizábal, Iván de Jesús Gómez y Rafael Alejandro Yepes, responsables de acciones de logística y escolta a toneladas de cigarrillos por los cuales el Estado no recibía un peso en impuestos. Sin embargo, además del expolicía Luna Vidal, el expediente mantiene en juicio a Fernando Grey Montiel, un longevo exfuncionario público de la DIAN de Cartagena. Su función habría sido “abordar servidores de Policía Fiscal y Aduanera para evitar acciones de control aduanero desde el 22 de junio de 2019″, a cambio de $20 millones.
La estructura de los Vásquez Castaño está mencionada en, al menos, siete hechos de contrabando entre 2018 y 2021. Entre ellos, un caso originado en el municipio de Bugalagrande (Valle), en mayo de 2020. Lograron llevar un tractocamión desde Medellín hasta ese sector, con casi $150 millones en gafas, medias, camisillas y brasieres de contrabando. Entonces, los expolicías aduaneros, Luis Guillermo Pérez Velandia y Juan David González Cárdenas , detuvieron el vehículo con mercancía que debía incautarse. Sin embargo, como establece la acusación en su contra, cada uno habría recibido $4 millones para hacerse los de la vista gorda, y dejar pasar el vehículo hacia Cali. Los dos exfuncionarios permanecen en juicio por soborno y favorecimiento por servidor público.
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La radiografía del delito
Desde el 2020, la Fiscalía ha registrado 69 capturas en flagrancia por contrabando de cigarrillos y ha logrado la incautación de 12,7 millones de cajetillas, avaluadas en más de $36.200 millones. Únicamente por operaciones relacionadas con cigarrillos, la Fiscalía ha logrado procesar a nueve funcionarios de la DIAN, a tres policías de la dirección de aduanas y a 11 policías de otras unidades, como de tránsito y transporte. Sin embargo, el delito de contrabando va mucho más allá, pues, en relación con todos los productos que llegan a Colombia sin pagar impuestos, desde 2020 se han dado 187 capturas, 288 imputaciones y 84 sentencias condenatorias. Asimismo, han sido capturados 18 funcionarios públicos y la Fiscalía ha imputado 23 veces cargos a trabajadores del Estado.
¿Por qué el cigarrillo es tan apetecido por los contrabandistas? “Es muy rápido de monetizar. Se vende en las tiendas, al menudeo y hasta uno por uno. Se recoge el dinero más fácil y, por tanto, es una forma sencilla de lavar dinero. Nadie que traiga importados $200 millones tiene la necesidad de evadir a la DIAN, sabiendo que tiene dinero legal. Sobre todo porque el IVA que pagan en los puertos es el mismo que devuelve el usuario final en las tiendas. Los fumadores pagan el IVA que están evadiendo los contrabandistas”, le dijo a El Espectador una alta fuente de inteligencia, quien pidió la reserva de su nombre por seguridad. Además, está el factor demanda: según el DANE, un tercio de los colombianos ha probado estos productos al menos una vez en su vida. Es decir, más de 17 millones.
Las fuentes consultadas para la elaboración de este reportaje explicaron que las autoridades han evidenciado una nueva modalidad de pago de dineros del narcotráfico, a través del contrabando. Estructuras como la de alias Pitufo y El Bendecido estarían recibiendo mercancía en containers, como moneda de cambio por envíos de cocaína. De esa manera, logran lavar dinero producto de distintos negocios ilegales utilizando la demanda de los colombianos por productos más baratos. “La cocaína que es exportada se convierte en pesos colombianos y es a través, fundamentalmente, del contrabando. Entra por puertos, casi que con sello oficial”, señaló el presidente Gustavo Petro, el pasado 5 de abril, cuando oficializó la captura de Pitufo.
Según los casos adelantados por la Fiscalía, uno de los principales centros de abastecimiento de cigarrillos estaría en la ciudad de Colón, en Panamá. Allí llegarían millones de cajetillas, principalmente de Uruguay, Paraguay, Corea del Sur, China e India, y en menor medida de Suiza, Chipre, Vietnam y Estados Unidos. Una vez se junta el producto en conteiners, es traído en embarcaciones hacia puertos legales e ilegales en Cartagena, Santa Marta, Coveñas, Maicao y el Urabá Antioqueño. Cuando llegan a puertos legales, como demuestra el caso de los hermanos Vásquez Castaño, los primeros funcionarios seducidos por millonarios sobornos son los de la DIAN. El cigarrillo se distribuye por todo el país para recuperar las ganancias, con la ayuda de los policías de carretera.
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Los casos permiten sostener que, en Bogotá, uno de los lugares predilectos por los contrabandistas para esconder la mercancía es la zona industrial de Fontibón, en las bodegas de la calle 13. Asimismo, Ipiales, (Nariño), es otro de los puntos de máximo interés para las autoridades, pues allí están concentrándose el cigarrillo de contrabando que luego se monetizará en dólares, al ser distribuido a Ecuador. Una de las claves, para el gobierno colombiano, está en las labores de interdicción marítima y por ello se han intensificado esfuerzos para atajar el contrabando antes de que toque tierra. De hecho, el pasado 29 de marzo, se frenó una embarcación que traía $12.000 millones en cigarrillos y cuya mercancía “constituía el pago final derivado del delito del narcotráfico”, señaló la Armada.
El último informe de “Incidencia de cigarrillos ilegales en Colombia”, de 2023, realizado por la Federación Nacional de Departamentos, responde a por qué es tan rentable el contrabando de cigarrillos: mientras, en 2023 una cajetilla promedio de 20 cigarrillos legales costó $9.747, al consumidor final le costaba $4.208 una cajetilla promedio de 20 cigarrillos ilegales. Es decir, en Colombia consumir un cigarrillo de contrabando cuesta la mitad que uno legal. Además, este tipo de cigarrillos son fácil de conseguir, pues el 88% de las compras se hacen en tiendas de barrio y en minimercados. Solo en 2023, el contrabando de cigarrillos le costó un billón de pesos a los departamentos en pérdidas de recaudo.
Las principales marcas de cigarrillos de contrabando en Colombia, según la Federación de Departamentos, son Rumba, Carnival, Marshal, Real y Ultima. Sin embargo, también es probable que tengan un origen delictivo las marcas Time, D&J, Elegance, Gold Seal, Win, Ibiza, Marine, Nashville, Empire, Real y Gold Lions. Su entrada al país le está costando al Estado miles de millones en impuestos y su demanda le estaría permitiendo a narcotraficantes lavar su dinero de forma exprés. Además, las organizaciones de contrabando han logrado corromper a los funcionarios públicos, quienes por una porción del pastel están dispuestos a arriesgar su libertad. Todo ello está sucediendo al tiempo, como síntomas de un cáncer poco visible, pero innegable.
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jcote@elespectador.com
@SebasCote95
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