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Profesionales en química, inversionistas, un equipo logístico que acondicionaba laboratorios y enlaces encargados de establecer las rutas para la salida de los productos, hacen parte de una organización ilegal encargada de camuflar cocaína en comida para perros y gatos. 18 personas fueron capturadas por las autoridades en operativos simultáneos en Bogotá, Santa Marta, Villavicencio, Medellín y Barranquilla.
Luego de la incautación de tres toneladas del alcaloide en los últimos tres años, las autoridades encontraron esta nueva modalidad para esconder la sustancia en la que, además de comida para animales, también utilizaban arena y fertilizantes. El objetivo de este engranaje ilegal era que la droga llegara a distintos países de Europa.
Entre los captados está un británico identificado como Andrew Mark Deamer, conocido como El Mono o Marcos. Al percatarse de la presencia de miembros del CTI de la Fiscalía, así como uniformados de la Armada y el Ejército, corrió hasta un closet de madera y se ocultó en una caleta cuyo acceso era en la parte superior del mueble. Al verificar el sistema de seguridad, las autoridades establecieron el lugar donde estaba escondido el extranjero.
Andrew Mark Deamer, según el organismo investigativo, sería el jefe de esta red quien mantenía contacto con el grupo de químicos que desarrollaba el proceso de transformación. Al parecer, se encargaba de buscar personas que financiaran la producción de cocaína y como fachada tenía a su favor una sociedad exportadora con sede en Barranquilla (Atlántico) que facilitaba la salida de los cargamentos.
Fue capturado en una casa de campo en Rionegro (Antioquia) junto a su compañera sentimental quien, supuestamente, manejaba el dinero que recibían por la droga. En la vivienda, los investigadores incautaron de $128 millones en efectivo. Ahora Migración Colombia busca establecer la forma en la que Andrew Mark Deamer entró al país, pues no portaba pasaporte ni documentos de identificación, aunque registra visitas al país desde 2010.
Las autoridades también capturaron a Darling de Jesús Gómez, alias El Doc, señalado de dirigir y dar instrucciones a proyectos de transformación del alcaloide a los productos de perros y gatos. “De acuerdo a las evidencias recopiladas, (Gómez) trabajaría en el laboratorio clínico de un reconocido centro asistencial de Medellín y viajaba permanentemente a zona rural para vigilar los procesos químicos".
El organismo investigativo dice que a cargo de El Doc estaría Guillermo o Memo, un experto manejo de elementos químicos, quien diseñaba máquinas e instalaba laboratorios clandestinos para el procesamiento y transformación del estupefaciente. Las autoridades indagan el desplazamiento de Guillermo a Panamá, donde también fueron adecuados laboratorios para la producción. Otros dos presuntos integrantes del equipo de químicos capturados son conocidos como Tavo o El Flaco y El Gordo.
Según la Fiscalía, los inversionistas eran personas que se sumaban al proyecto ilícito de transformación química de estupefacientes y financiaban el andamiaje de producción. Entre los inversionistas capturados están Carlos Aguirre Babtiva, alias Colgate, capturado en el norte de Bogotá; Jesús Alberto Ríos Mazo; Gustavo de Jesús Tamayo López, alias Mosquito; Boris Olarte Morales, alias Boris; José Ramón Díaz Jiménez, alias José.
El grupo logístico, por su parte, sería el responsable del transporte de maquinaria, insumos y elementos necesarios para avanzar en el procesamiento. Además, controlaría la salida de la droga hacia los puertos donde la droga era embarcada.
La nueva modalidad
La Fiscalía estableció que la organización instalaba laboratorios en zona rural, muchos de ellos en fincas ubicadas en municipios de Antioquia. Hasta allí llegaba un grupo encargado de adaptación de maquinaria artesanal, transporte de insumos y elementos necesarios para el procesamiento del alcaloide.
“El equipo químico ingresaba al área, ponía en marcha la transformación de la cocaína en productos veterinarios y agropecuarios, y en dos días salía del lugar. En incautaciones y controles técnicos se detectó la elaboraron de concentrado para perros, arena sanitaria para gatos, fertilizantes, polvo palmito y cocaína líquida; y la utilización de múltiples sustancias controladas, esencias y colorantes para lograr que el estupefaciente tuviera similitud en forma, olor, textura y apariencia a los productos lícitos”, detalló el organismo investigativo.
Luego de la transformación, al parecer, movían el estupefaciente hasta Barranquilla y a través de la empresa exportadora ponían los cargamentos en países de Europa. Cuando la cocaína era recibida, diversos integrantes de la organización, en específico los químicos, debían viajar a dichos destinos para revertir el proceso para, así, extraer el estupefaciente para su comercialización.
Los procesados fueron trasladados a Medellín donde la Fiscalía les imputará cargos por concierto para delinquir agravado y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.