Así operan las disidencias de las Farc que azotan a las comunidades de Putumayo
Tras el cuestionado operativo del Ejército del pasado 28 de marzo, en el que murieron 11 personas y ha dejado versiones encontradas entre la fuerza pública y la población de Puerto Leguízamo, quedó en evidencia que las comunidades de ese municipio, y otros aledaños, viven desde hace al menos tres años en medio de la disputa de dos facciones de las disidencias de las Farc por el narcotráfico. Ambos grupos tienen conexiones con las carteles mexicanos y de los Balcanes.
Las versiones encontradas del Ejército y de las comunidades de Puerto Leguízamo sobre la cuestionada operación militar que dejó 11 personas muertas en la vereda Alto Remanso, dejan sobre la mesa, de nuevo, una realidad que viven desde hace décadas varias poblaciones colombianas en medio del conflicto armado: que están a la merced de las disputas criminales entre los grupos armados y, a su vez, de los enfrentamientos que sostienen con la Fuerza Pública que las combaten.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
En el caso de Putumayo, más específicamente los municipios de Orito, Valle del Guamuez, Puerto Asís, Puerto Caicedo, San Miguel y Puerto Leguízamo, desde hace al menos tres años viven en medio de los enfrentamientos que sostienen el Frente Carolina Ramírez aliados del Bloque Suroriental de alias Gentil Duarte y los autodenominados Comandos de la Frontera, que hacen parte de la Segunda Marquetalia de Iván Márquez y, a su vez es integrado por algunos residuos de la banda narcoparamilitar La Constru.
Lea: Lo que ha dicho el Ejército sobre la cuestionada operación de Putumayo
Según la información de la Fuerza Pública, ambas facciones criminales tienen contactos con poderosos carteles narcotraficantes, entre ellos, mexicanos y de los Balcanes. En octubre pasado, el director de la Policía, general Jorge Luís Vargas, informó que existe ha un pacto de colaboración entre los carteles de los Balcanes y los mexicanos para sacar droga de Colombia con destino a Europa y Centroamérica. El principal de sus aliados, según fuentes policiales, son los mismos Comandos de la Frontera.
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Esta organización criminal, que opera entre el Putumayo y la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, envía los alijos de cocaína a territorio ecuatoriano a los enlaces de los Balcanes, quienes desde hace ya una década ha dejado una oleada de violencia en el vecino país. A su vez, reportes de las policías de ambos lados de la frontera dan cuenta que los Comandos de la Frontera también están aliadas en esta zona con dos peligrosos carteles brasileros: El Primer Comando de la Capital (PCC) y el comando Vermelho.
Estas dos organizaciones controlan las rutas de tráfico de drogas en Brasil y el sur del Atlántico, que a su vez los conectan con Europa y Asia. Además, según los reportes de las policías colombianas y ecuatorianas, la presencia de los brasileros no ha sido bien vista por los carteles mexicanos asociados tanto con los Comandos de la Frontera como con el Frente Carolina Ramírez de las disidencias de las Farc. Según la información policial, los mexicanos no quieren que los brasileros se expandan y terminen también sacando cocaína por el Océano Pacífico.
En cuanto al Frente Carolina Ramírez, de acuerdo con un informe de Indepaz, este grupo también tienen control sobre gran parte del departamento de Putumayo hasta el Amazonas en la frontera con Brasil y Perú. La comandancia de este grupo está en manos de Ebimilec Eregua Torres, alias Alonso 45, quien conforma un suerte de Secretariado de las disidencias de las Farc desde 2021 junto a Gentil Duarte, Iván Mordisco y Mayimbú. Otra de las cabezas del Carolina Ramírez es alias Danilo Alvizú, quien comanda una unidad y se encarga tanto de las comunicaciones como de confrontar a los Comandos de la Frontera.
Así como el estado venezolano de Apure es clave en la frontera con ese país para el negocio del narcotráfico, Puerto Leguízamo también lo es para el frente Carolina Ramírez y los Comandos de la Frontera. Ambos tienen como objetivo quedarse con este corredor en donde se ubican gran parte de los laboratorios de procesamiento de cocaína. Este municipio como la subregión del Bajo Putumayo también es usada como retaguardia pues se caracteriza por tener grandes extensiones de bosques y cercanos a territorio de frontera, en donde las autoridades colombianas no pueden ingresar.
A este departamento, dicen las autoridades policiales, llegan los emisarios de los carteles para, además de organizar los envíos de cocaína, constatar que la calidad del producto. Fuentes de la Policía indican que estos enlaces de los carteles de los Balcanes pueden tener reuniones en hoteles cinco estrellas y luego pasar días internados en la selva para reunirse con líderes de grupos criminales colombianos. “Muchos de ellos (los emisarios de los carteles de los Balcanes) tuvieron formación militar y en sus países también pudieron pertenecer a grupos paramilitares u organismos de inteligencia”, dijo un investigador de la Policía.
Las versiones encontradas del Ejército y de las comunidades de Puerto Leguízamo sobre la cuestionada operación militar que dejó 11 personas muertas en la vereda Alto Remanso, dejan sobre la mesa, de nuevo, una realidad que viven desde hace décadas varias poblaciones colombianas en medio del conflicto armado: que están a la merced de las disputas criminales entre los grupos armados y, a su vez, de los enfrentamientos que sostienen con la Fuerza Pública que las combaten.
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En el caso de Putumayo, más específicamente los municipios de Orito, Valle del Guamuez, Puerto Asís, Puerto Caicedo, San Miguel y Puerto Leguízamo, desde hace al menos tres años viven en medio de los enfrentamientos que sostienen el Frente Carolina Ramírez aliados del Bloque Suroriental de alias Gentil Duarte y los autodenominados Comandos de la Frontera, que hacen parte de la Segunda Marquetalia de Iván Márquez y, a su vez es integrado por algunos residuos de la banda narcoparamilitar La Constru.
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Según la información de la Fuerza Pública, ambas facciones criminales tienen contactos con poderosos carteles narcotraficantes, entre ellos, mexicanos y de los Balcanes. En octubre pasado, el director de la Policía, general Jorge Luís Vargas, informó que existe ha un pacto de colaboración entre los carteles de los Balcanes y los mexicanos para sacar droga de Colombia con destino a Europa y Centroamérica. El principal de sus aliados, según fuentes policiales, son los mismos Comandos de la Frontera.
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Esta organización criminal, que opera entre el Putumayo y la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, envía los alijos de cocaína a territorio ecuatoriano a los enlaces de los Balcanes, quienes desde hace ya una década ha dejado una oleada de violencia en el vecino país. A su vez, reportes de las policías de ambos lados de la frontera dan cuenta que los Comandos de la Frontera también están aliadas en esta zona con dos peligrosos carteles brasileros: El Primer Comando de la Capital (PCC) y el comando Vermelho.
Estas dos organizaciones controlan las rutas de tráfico de drogas en Brasil y el sur del Atlántico, que a su vez los conectan con Europa y Asia. Además, según los reportes de las policías colombianas y ecuatorianas, la presencia de los brasileros no ha sido bien vista por los carteles mexicanos asociados tanto con los Comandos de la Frontera como con el Frente Carolina Ramírez de las disidencias de las Farc. Según la información policial, los mexicanos no quieren que los brasileros se expandan y terminen también sacando cocaína por el Océano Pacífico.
En cuanto al Frente Carolina Ramírez, de acuerdo con un informe de Indepaz, este grupo también tienen control sobre gran parte del departamento de Putumayo hasta el Amazonas en la frontera con Brasil y Perú. La comandancia de este grupo está en manos de Ebimilec Eregua Torres, alias Alonso 45, quien conforma un suerte de Secretariado de las disidencias de las Farc desde 2021 junto a Gentil Duarte, Iván Mordisco y Mayimbú. Otra de las cabezas del Carolina Ramírez es alias Danilo Alvizú, quien comanda una unidad y se encarga tanto de las comunicaciones como de confrontar a los Comandos de la Frontera.
Así como el estado venezolano de Apure es clave en la frontera con ese país para el negocio del narcotráfico, Puerto Leguízamo también lo es para el frente Carolina Ramírez y los Comandos de la Frontera. Ambos tienen como objetivo quedarse con este corredor en donde se ubican gran parte de los laboratorios de procesamiento de cocaína. Este municipio como la subregión del Bajo Putumayo también es usada como retaguardia pues se caracteriza por tener grandes extensiones de bosques y cercanos a territorio de frontera, en donde las autoridades colombianas no pueden ingresar.
A este departamento, dicen las autoridades policiales, llegan los emisarios de los carteles para, además de organizar los envíos de cocaína, constatar que la calidad del producto. Fuentes de la Policía indican que estos enlaces de los carteles de los Balcanes pueden tener reuniones en hoteles cinco estrellas y luego pasar días internados en la selva para reunirse con líderes de grupos criminales colombianos. “Muchos de ellos (los emisarios de los carteles de los Balcanes) tuvieron formación militar y en sus países también pudieron pertenecer a grupos paramilitares u organismos de inteligencia”, dijo un investigador de la Policía.