Así se vive la crisis del fentanilo en Estados Unidos: ¿qué puede hacer Colombia?

Fentanilo. Ese es el nombre de la droga cuyo uso ilegal tiene hace casi una década en crisis a las autoridades sanitarias estadounidenses, debido a lo mortífera que puede resultar en dosis altas. El último estudio del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de ese país sostiene que, para 2021, más de 106.000 estadounidenses fallecieron por sobredosis y que 80.000 de ellos fueron víctimas del abuso de sintéticos como los opioides, en su gran mayoría por fentanilo. Aunque el fentanilo es una droga ampliamente utilizada en la medicina para frenar el dolor, y hasta puede ser un elemento básico para cirugías, su uso sin prescripción médica puede ser mortal.

Fentanilo. Ese es el nombre de la droga cuyo uso ilegal tiene hace casi una década en crisis a las autoridades sanitarias estadounidenses, debido a lo mortífera que puede resultar en dosis altas. El último estudio del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de ese país sostiene que, para 2021, más de 106.000 estadounidenses fallecieron por sobredosis y que 80.000 de ellos fueron víctimas del abuso de sintéticos como los opioides, en su gran mayoría por fentanilo. Aunque el fentanilo es una droga ampliamente utilizada en la medicina para frenar el dolor, y hasta puede ser un elemento básico para cirugías, su uso sin prescripción médica puede ser mortal.

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Este año, la Policía Antinarcóticos ha presentado como resultados la incautación de unidades de fentanilo que, en lo que va corrido de 2023, ya superan las 1.300 transportadas irregularmente. “Van creciendo los lugares donde se encuentra estas sustancias”, ha respondido el mayor de la Policía Andrés Marín, asegurando que traficantes lo están “vendido como cualquier droga”. Yarelix Estrada, investigadora y técnica principal de análisis de sustancias del Departamento de Salud de Nueva York, habló con El Espectador sobre cómo se vive la crisis en su país y respondió a preguntas el colombiano podría hacer con respecto a esta droga emergente.

¿Por qué está muriendo la gente por sobredosis de fentanilo?

La mayoría de las veces por las que tenemos muertes o complicaciones con fentanilo en nuestro mercado es porque hay variación en la concentración del fentanilo. Por ejemplo, si alguien sabe que en una bolsa de fentanilo siempre hay por decir 5%, ellos pueden aprender cómo dosificar eso, de una forma que trabaje bien con su cuerpo. Pero si un día se consume el 5%, al otro día el 15%, y al otro 20%, no hay consistencia. Ahí empiezan los problemas de salud. Claro que las personas tienen su tolerancia, pero si alguien la tiene baja y un día usa una bolsa que tiene el 20% de concentración, sin saberlo, pues va a morir porque es muy fuerte. La razón principal es que las personas no saben lo que está en el mercado, lo que les están vendiendo, y por ello mueren por sobredosis.

En Colombia se habla de que los consumidores estadounidenses están reemplazando la cocaína con fentanilo ¿Eso es cierto?

Esa pregunta es muy interesante porque, realmente, es la primera vez que escucho de eso. He trabajado con usuarios drogas y en reducción de daños asociados por mucho tiempo, y las personas generalmente cuando usan drogas tienen sus preferencias. Hemos visto personas que usan cocaína y también a veces usan metanfetaminas, pero normalmente no cambian esa forma de uso. También, los que usan opioides les gusta sentirse de cierta manera (cesa el dolor) y tienen esa dependencia, entonces no cambian de droga. Lo que sí vemos es la mezcla. Muchas personas en Nueva York usan combinaciones de cocaína y fentanilo, pero no es que cambian una por la otra. Y menos una persona que usa solamente cocaína, no vemos ninguna transición de una droga a otra.

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¿Por qué no se ve esa transición?

Porque el consumo ya está arraigado socialmente. En Nueva York tenemos una población bien grande de personas que son de Puerto Rico, que replican lo que culturalmente es normal. Es decir, usar cocaína y opioides como la heroína y el fentanilo. Pero, nosotros tenemos un punto de toma de muestras, en un área donde históricamente hay muchos afroamericanos, y ellos suelen usar más crac con cocaína. No lo cambian.

Es decir, no hay una cocaína derrotada frente al fentanilo…

Para nada. Sigue siendo una droga bien popular. Sobre todo, en personas que van a fiestas. Otros para estar más despiertos. Otros para trabajar. Eso no está cambiando.

¿Qué buscan quienes solo consumen únicamente fentanilo?

Hay que revisar como entró el fentanilo al universo de las drogas. Tenemos que aclarar que hay un fentanilo que viene de farmacias, que no es fácil de obtener vía prescripción médica. Es potente y resulta difícil morir por sobredosis porque son unos parches que se ponen en el cuerpo y salen en 24 horas. Es diferente al fentanilo que es en polvo, que es bien poderoso y que puede matar a alguien en solo un minuto. Depende, eso sí, de la tolerancia de la persona.

También en la historia del fentanilo hay punto muy importante y es cuando muchos doctores estaban dando prescripciones de pastillas como oxicodona (para contrarrestar el dolor) y después el Gobierno decidió restringir eso, como en 2013, a causa de una crisis por adicciones. Las personas que tenían problemas de dolor no pudieron continuar con su tratamiento y empezaron a comprarla de la calle, pero en el mismo tiempo que eso estaba pasando, la heroína de la calle empezó a cortarse con fentanilo. Entonces, las personas comenzaron a comprar lo que pensaban que era heroína y era algo mucho más fuerte: fentanilo. Y ni siquiera sabían la cantidad.

Desde 2016 hasta ahora, el mercado está cambiando de heroína, después mezcla de heroína y fentanilo, hasta ahora que es solo fentanilo. Solo hasta ahora los usuarios están solicitando únicamente fentanilo. En mi programa de análisis de sustancias, yo puedo concluir que entre el 90% y 95% de las muestras que nosotros analizamos que son opioides, contienen fentanilo. Los consumidores no tienen muchas opciones. Si van a comprar algo, nueve de cada diez bolsas tienen fentanilo. Y no lo saben. Tantas personas han usado fentanilo por tanto tiempo, que ya ni saben cómo se siente la heroína.

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Y otra parte del problema es que la tolerancia al fentanilo es mucho más alta que la heroína. Y ya no consumen nada más que fentanilo porque ni siquiera lo van a sentir. Por eso la gente está buscando directamente el fentanilo. Lo que nosotros podemos ofrecer, con el análisis de sustancias, es saber qué tanto pueden tolerar para que puedan recibir lo que ellos quieren para que no sientan dolor. Unas personas usan 10 bolsas al día, otras personas usan una bolsa.

Los efectos de la cocaína son ampliamente conocidos. El fentanilo, como medicamento, cesa el dolor. ¿Qué pasa cuando se mezclan ambas?

Depende de cómo la persona lo prepara. Algunos usuarios de drogas los mezclan porque cuando se inyectan cocaína resulta muy fuerte, entonces ponen un poquito de opioides. Antes era con heroína, pero las cosas han cambiado mucho. El fentanilo no entró al mercado porque las personas lo querían, es solo porque las personas que lo vendían empezaron a añadir fentanilo al mercado y no les decían a las personas que eso estaba pasando. Los usuarios sienten, al final, que hay más balance en los efectos que sienten. Pueden que no se sientan tan dormidos, ni tampoco tan despiertos. Depende de las personas.

Pero entonces, ¿también podría darse que la dosis de fentanilo supere el de la cocaína?

Sí. Pero la parte difícil es que las personas difícilmente saben qué tan fuerte va a estar el fentanilo. Es ahí donde radica el verdadero problema del fentanilo. Hay mucha variación en el mercado. Entonces, los consumidores pueden medirlo como ellos creen que puede ser, pero cada vez que lo hacen puede ser diferentes porcentajes de concentración.

No hay información clara, factual o basada en reducción de daños. Si las personas supieran los riesgos, como deben usar las drogas y como es la dosificación, yo siento que las personas pueden tener más control sobre el uso. Pero casi nadie sabe. Solo escucharon ese histórico mensaje de “no uses drogas”, pero ya cuando lo empezaron a hacer, no sabían cómo. Y todo se descontroló. Pero con mis participantes, cuando tienen la información, empiezan a entender lo que necesitan y encontramos resultados como que la gente sabe controlar qué tanto fentanilo quiere o si realmente prefieren no usarla.

¿Hay personas que tengan sobredosis de fentanilo a pesar de conocer los riesgos y saber qué es lo que consumen?

No creo que haya dependencia o adicción. Yo siento que es más que la persona no sabe qué está en su droga. Es como comprar una pastilla en la farmacia: yo sé que, si me tomo la mitad de esa pastilla todos los días, voy a estar bien, porque la dosis es la misma. Pero los usuarios de fentanilo no saben si la mitad de la bolsa es lo que pueden usar para estar seguro, porque la mitad de la bolsa un día puede ser 5% y al otro día un 20%. No han podido dosificar de una forma apropiada para no tener sobredosis. Otro problema es que si alguien usa mucho y se pasan en una sobredosis y no están con alguien, se mueren porque no hay alguien con un medicamento que los puedan revivir. Por eso nosotros tenemos las únicas dos salas de consumo, apoyadas por el gobierno local, donde las personas pueden usar y si tienen sobredosis, alguien está ahí para revivirlos.

A nosotros nos llegan imágenes muy difíciles de personas perdidas en las calles estadounidenses, con su conciencia alterada, y se cree que es por fentanilo. ¿Puede llegar a ser tan peligrosos como lo que vemos?

Esas imágenes son difíciles porque hay muchas cosas que están pasando al tiempo en esos videos. Normalmente son videos de localizaciones en los Estados Unidos donde se está lidiando con una droga llamada “Anestesia de Caballo”, que está siendo mezclada con el fentanilo y es un sedante. Entonces las personas están tiradas en el piso. Pero está pasando lo mismo que con el fentanilo, no sabrán que estaba ahí y los efectos pasan. El problema es que, sin tener legalización y regulación de drogas, para que las personas puedan saber lo que tienen sus drogas, las personas van a tener ese riesgo, van a consumir diferentes cosas que tienen efectos distintos.

Pero también tengo personas que utilizan mis servicios que son maestros y tienen trabajos prestigiosos, y usan fentanilo, pero lo usan de una forma que no interviene mucho con su vida. Yo siento que muchas de las personas que estaban en esos videos no tienen casas, no tienen apoyo familiar, no tienen ayuda médica. Una persona con todo ello, trabajo y familia, pueden usar fentanilo y a lo mejor no correr peligro. Esos videos son síntomas de cómo ha fracasado el sistema en dar apoyo a personas que están en esa situación.

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¿Cómo llegan al fentanilo las personas que no usaban drogas?

La narrativa más común es que había alguien que estaba usando opioides con prescripción y después era bien difícil continuar usándolo porque el doctor dijo ya no más, por eso empezaron a salir a la calle para comprar pastillas, las cuales pueden costar US$80 dólares cada una, pero una bolsa de fentanilo puede costar US$4 dólares. Por dinero cambian a usar las bolsas, que las venden como heroína, pero que realmente ahora es fentanilo. Lo que a veces pasa es que personas que no tienen amistades, o pasan tiempos bien difíciles, pierden trabajos o donde vivir, pasan tiempo con personas que usan drogas y les dan de probar, entran en el sistema. La adicción empieza porque no hay apoyo familiar o comunitaria. Porque no tienen ayuda con salud mental.

¿Qué les recomendaría a las instituciones de Colombia?

Si hay forma de comenzar a hacer más análisis de sustancias. Se rumorea en Estados Unidos que hay fentanilo en todas las drogas, pero la realidad, gracias a lo que se ha descubierto en análisis, es que la mayoría está mezclado con opioides. También es necesario analizar sustancias para dar más información a las personas que son usuarios. También hay que implementar más educación basada en la realidad, para que los usuarios sepan como las drogas trabajan o como pueden afectar a las personas.

Hay personas que usan drogas de manera recreativa, quienes deben usar drogas de una forma más segura, silo quieren. También si hay personas que usan opioides, ayudaría tener más salas de consumo para que no mueran y les ayudaría a las autoridades a saber si hay cambios en el mercado. Por ejemplo, si hay transición de heroína a fentanilo.

Con eso quiere decir que la estrategia del prohibicionismo no funciona…

Cuando yo comencé a hacer trabajo de reducción de daños, hacia 2015, había alrededor de 50.000 personas que se murieron en un año de sobredosis. El año pasado, se habían muerto más 106.000 personas, y cada año sube y sube. La idea de que vamos a poner las personas en la cárcel o de hacer las drogas ilegales, no está trabajando. Ahora el Gobierno Federal está dando fondos para el análisis de sustancias, porque saben que la estrategia del prohibicionismo no está funcionando. La mejor cosa sería la regulación de todas las drogas, para que las personas sepan que tienen. Eso no va a causar a una persona que no quiera usar drogas, quiera hacerlo. Eso no pasa. Es más salud pública, que puede salvar las vidas de muchas personas.

Cuéntenos del programa de análisis de sustancias que usted integra en cinco puntos en Nueva York

Tenemos el programa más grande del país de análisis de sustancias, tenemos cinco sitios donde cientos de personas pueden hacer análisis de sus drogas en máquinas. A todas las ayudamos. Son lugares donde van personas y pueden recibir jeringuillas, naloxona (contrarresta el efecto del fentanilo), a veces hay trabajadores sociales, a veces hay solo espacio para que las personas puedan descansar.

En dos de los sitios donde hacemos análisis de sustancias, hay salas de consumos. En esos sitios hay personas que están usando las drogas y me las traen después porque tienen una reacción fuerte o que no les gustó. También hay personas que hacen el análisis antes de consumir y deciden si usarla dependiendo de los resultados. Y también hay personas que tienen sobredosis a las cuales hay que hacerles intervención y nos dejan la muestra. Atendemos personas que usan todas las drogas: cocaína, psicodélicos. No son solo personas pobres o sin casa, son todos los que quieren saber qué están consumiendo y esto reduce significativamente los daños.

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