Autodefensas compraron armamento de forma legal en EE. UU.: Jorge 40 ante la JEP
Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, en la segunda sesión de audiencia única de verdad ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) dijo que en 1997 viajó a Estados Unidos con el también exjefe paramilitar Salvatore Mancuso para comprar dispositivos de comunicación y armamento.
En 1997, Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, pisó territorio estadounidense por orden del exjefe paramilitar Carlos Castaño. La misión que estaba encomendada al también excomandante de las autodefensas Salvatore Mancuso, era comprar dispositivos de comunicación, pero además de eso, también terminó en una compra masiva de armamento. Así lo relato Jorge 40 ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en medio de la segunda sesión de audiencia única de verdad. Esa, que se convirtió en una oportunidad para que se someta en la justicia transicional.
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Jorge 40 también viajó a Miami, Estados Unidos, con Darío Laino, un supuesto colaborador de la organización. Cuando estuvieron en territorio extranjero, Mancuso se empezó a mover para conseguir los dispositivos de comunicación, pero también sostuvo reuniones con personas a quienes le comprarían armas. No obstante, les generó desconfianza y, días después, terminaron en un “supermercado” de armamento. “Había todo tipo de armas que yo ni siquiera conocía”, resaltó en medio de la diligencia.
Una vez en el lugar indagaron sobre los requisitos para comprar un arma. Les dijeron que solo necesitaban dinero y una licencia de conducción norteamericana, y como ni Mancuso, ni Laino, ni Jorge 40 portaban una, hicieron el trámite. Según lo que dijo Jorge 40 a la JEP es que, empezaron con una compra pequeña que les fue aceptada a los tres días. Luego pidieron municiones de fusil AK-47 y 556, armas calibre 38 y calibre 9mm, una máquina para calzar munición, cajas de ojiva, cajas de vainilla y tanques de pólvora. “Eso se facturó legalmente”, dijo Rodrigo Tovar.
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Además de eso, compraron los dispositivos de comunicación, desde un escáner para rastrear llamadas hasta radios tipo HF. Ese material se empacó normal y se envió a Colombia, pero el armamento tuvieron que enviarlo camuflado. Según Jorge 40, compraron cajas metálicas de galletas y en ello empacaban las ojivas y las vainillas. Cuando todo estaba preparado para regresar a territorio nacional, antes del despegue del avión, Tovar fue requerido por las autoridades porque no canceló un impuesto adicional por la compra de un arma personal.
El mismo llamado lo tuvieron Mancuso y Laino, quienes terminaron perdiendo el vuelo. Tuvieron que explicarle a las autoridades, según el dicho de Jorge 40, el motivo por el cual compraban armas para llevar a Colombia, pues a modo personal cada uno portaba una. Mancuso los envolvió diciendo que eran ganaderos y que debían cuidar sus tierras de las “narcoguerrillas”. Los agentes en Estados Unidos los retuvieron por un par de horas les dijeron que no era necesario abrir una investigación por ello, pero que debían dejar un número de teléfono para contactarlos y decirles cuál sería el futuro de las armas. (Si decidían o no enviarlas a territorio colombiano).
Al día siguiente, Jorge 40, según él, temeroso por lo que había pasado con las autoridades norteamericanas que ya los tenían en el radar, no dudó en conseguir un vuelo a Colombia para los tres y, al día siguiente, a las 11:00am estaban arribando en Cartagena. Lo que le dijo a la magistratura de la JEP es que no tiene claro si ese material llegó completo a Colombia, pero días más tarde si evidenció que uno de los subalternos de Castaño tenía la misma máquina para calzar munición que vio y compró en Estados Unidos.
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Sobre el pago del armamento, Jorge 40 no dio muchos detalles. Dijo que Mancuso tenía en su poder una tarjeta de crédito que le entregó Carlos Castaño y con eso se hizo el pago de los equipos de comunicación y de las armas. Sobre su vinculo con Castaño, dijo que se concretó solo hasta octubre de 1996 en medio de una reunión a la que asistió alias Gonzalo, un excomandante del EPL, Mancuso parcialmente porque iba y venía en el encuentro, entre otras persona.
“Me voy al punto de encuentro en un corregimiento llamado Volador a orillas del río Sinú. Había un quiosco y había solo un señor que estaba en uniforme. Me sorprendió por su estatura y su voz. Era Carlos Castaño. Había dos personas que lo acompañaban con acento paisa. En ese encuentro, en medio de sus posiciones, él se refiere a la necesidad que hay en el país de la refundación de la patria (...) Él decía que contaba con la participación de todos los colombianos, incluso, sus enemigos, para volver a poner un estado social de derecho”, le dijo Rodrigo Tovar a la JEP.
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En medio de la charla, según Jorge 40, abordaron temas como la omisión del Estado en algunas situaciones donde era necesaria su presencia, y trajo a colación algunos aparte de lo que dijo Carlos Castaño: “La omisión de ese estado social de derecho es la gran responsable de esta tragedia nacional. La omisión llevó a que se crearan repúblicas independientes y es ante ese estado de cosas es el que convoca a la otra Colombia a alzarse en armas”, explicó.
Rodrigo Tovar, durante su segunda sesión se sintió cohibido para abordar algunos temas, pues, junto con su equipo de abogados consideró que son puntos neurálgicos porque aún se adelantan investigaciones en su contra por los más de 700 hechos de violencia por los que se le acusa tras su paso por las Auc. La magistrada Sandra Castro, quien en más de una ocasión le llamó la atención por el lenguaje que usó en su discurso, dijo que la defensa de Tovar debía hacer un listado sobre los temas que deben abordar de manera reservada y sobre cuáles puede hablar abiertamente.
Lea aquí: “Jorge 40″, la verdad de la guerra que conocerá la JEP en enero de 2023
La diligencia de este viernes se suspendió sin una fecha definida para que el exjefe paramilitar vuelva a intervenir, sin embargo, desde la magistratura aclararon que el plazo máximo para su próxima comparecencia es antes del 20 de febrero. El ultimátum se lo dio la justicia transicional porque es la única oportunidad que Tovar tiene para contar verdad sobre los hechos ocurridos en el marco del conflicto armado y convencer a la JEP de que su aporte puede ayudar a esclarecer muchos actos violentos que fueron cometidos por la organización a la que perteneció en conjunto con la fuerza pública.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
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Jorge 40 también viajó a Miami, Estados Unidos, con Darío Laino, un supuesto colaborador de la organización. Cuando estuvieron en territorio extranjero, Mancuso se empezó a mover para conseguir los dispositivos de comunicación, pero también sostuvo reuniones con personas a quienes le comprarían armas. No obstante, les generó desconfianza y, días después, terminaron en un “supermercado” de armamento. “Había todo tipo de armas que yo ni siquiera conocía”, resaltó en medio de la diligencia.
Una vez en el lugar indagaron sobre los requisitos para comprar un arma. Les dijeron que solo necesitaban dinero y una licencia de conducción norteamericana, y como ni Mancuso, ni Laino, ni Jorge 40 portaban una, hicieron el trámite. Según lo que dijo Jorge 40 a la JEP es que, empezaron con una compra pequeña que les fue aceptada a los tres días. Luego pidieron municiones de fusil AK-47 y 556, armas calibre 38 y calibre 9mm, una máquina para calzar munición, cajas de ojiva, cajas de vainilla y tanques de pólvora. “Eso se facturó legalmente”, dijo Rodrigo Tovar.
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Además de eso, compraron los dispositivos de comunicación, desde un escáner para rastrear llamadas hasta radios tipo HF. Ese material se empacó normal y se envió a Colombia, pero el armamento tuvieron que enviarlo camuflado. Según Jorge 40, compraron cajas metálicas de galletas y en ello empacaban las ojivas y las vainillas. Cuando todo estaba preparado para regresar a territorio nacional, antes del despegue del avión, Tovar fue requerido por las autoridades porque no canceló un impuesto adicional por la compra de un arma personal.
El mismo llamado lo tuvieron Mancuso y Laino, quienes terminaron perdiendo el vuelo. Tuvieron que explicarle a las autoridades, según el dicho de Jorge 40, el motivo por el cual compraban armas para llevar a Colombia, pues a modo personal cada uno portaba una. Mancuso los envolvió diciendo que eran ganaderos y que debían cuidar sus tierras de las “narcoguerrillas”. Los agentes en Estados Unidos los retuvieron por un par de horas les dijeron que no era necesario abrir una investigación por ello, pero que debían dejar un número de teléfono para contactarlos y decirles cuál sería el futuro de las armas. (Si decidían o no enviarlas a territorio colombiano).
Al día siguiente, Jorge 40, según él, temeroso por lo que había pasado con las autoridades norteamericanas que ya los tenían en el radar, no dudó en conseguir un vuelo a Colombia para los tres y, al día siguiente, a las 11:00am estaban arribando en Cartagena. Lo que le dijo a la magistratura de la JEP es que no tiene claro si ese material llegó completo a Colombia, pero días más tarde si evidenció que uno de los subalternos de Castaño tenía la misma máquina para calzar munición que vio y compró en Estados Unidos.
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“Me voy al punto de encuentro en un corregimiento llamado Volador a orillas del río Sinú. Había un quiosco y había solo un señor que estaba en uniforme. Me sorprendió por su estatura y su voz. Era Carlos Castaño. Había dos personas que lo acompañaban con acento paisa. En ese encuentro, en medio de sus posiciones, él se refiere a la necesidad que hay en el país de la refundación de la patria (...) Él decía que contaba con la participación de todos los colombianos, incluso, sus enemigos, para volver a poner un estado social de derecho”, le dijo Rodrigo Tovar a la JEP.
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En medio de la charla, según Jorge 40, abordaron temas como la omisión del Estado en algunas situaciones donde era necesaria su presencia, y trajo a colación algunos aparte de lo que dijo Carlos Castaño: “La omisión de ese estado social de derecho es la gran responsable de esta tragedia nacional. La omisión llevó a que se crearan repúblicas independientes y es ante ese estado de cosas es el que convoca a la otra Colombia a alzarse en armas”, explicó.
Rodrigo Tovar, durante su segunda sesión se sintió cohibido para abordar algunos temas, pues, junto con su equipo de abogados consideró que son puntos neurálgicos porque aún se adelantan investigaciones en su contra por los más de 700 hechos de violencia por los que se le acusa tras su paso por las Auc. La magistrada Sandra Castro, quien en más de una ocasión le llamó la atención por el lenguaje que usó en su discurso, dijo que la defensa de Tovar debía hacer un listado sobre los temas que deben abordar de manera reservada y sobre cuáles puede hablar abiertamente.
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