Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“El 30 de diciembre -de 2020- llegaron al sector en horas de la noche varios hombres armados, los cuales iban encapuchados y con armas, ingresaron al sector por la parte de atrás de mi casa, imagino por el estero que tiene salida al mar abierto. Esa gente mató a dos muchachos al parecer de otra banda. Los días siguientes al ataque esa gente volvió y algunos se metieron a varias casas del sector y amenazaron a los habitantes para que no fuéramos a decir nada, se adueñaron del barrio y amenazaron con matar a quien dijera algo, entonces decidimos salir de allí”.
En contexto: La Local, una banda armada que impone el silencio en Buenaventura.
Ese es el crudo relato de un desplazado de Buenaventura, quien el 12 de enero rindió declaración en la personería de Tuluá (Valle del Cauca). La víctima se refiere a las nuevas dinámicas de conflicto armado en la ciudad que tuvo que abandonar, tras la ruptura interna del grupo armado organizado La Local. Ahora, de acuerdo con la última alerta temprana de la Defensoría del Pueblo, Los Shotas y Los Espartanos se están disputando el control de cuatro comunas y un corregimiento de Buenaventura, donde al menos 170 mil habitantes están en medio de fuego cruzado.
La Local es un grupo armado organizado que está en el radar de las autoridades de Buenaventura desde 2016. Meses antes de terminarse el 2020, líderes de tal organización llevaron a cabo una reunión internar en un barrio de la Comuna 11 de la ciudad, en la cual se establecieron pactos de no agresión entre ellos mismos, sobre los barrios donde se desarrollarían los crímenes. Sin embargo, en diciembre del año pasado una de las facciones atentó contra un jefe de La Local, lo que produjo una retaliación que dejó como resultado siete homicidios con arma de fuego. La tregua se rompió.
“Esta disputa se fue extendiendo por diferentes barrios de las cuatro comunas identificadas, conllevando una serie de afectaciones directas para los habitantes, quienes en no pocas ocasiones han quedado inmersos entre los recurrentes cruces de disparos donde han sido usadas armas cortas, subametralladoras y fusiles. El uso de este tipo de armamento da cuenta de la capacidad armada y de vulneración a los derechos de la población civil con que cuentan los grupos en pugna”, agrega la Defensoría en un documento conocido por El Espectador.
Asimismo, tanto Los Shotas como Los Espartanos han incrementado sus presiones para que niños, niñas y adolescentes se unan a cada una de las organizaciones criminales. Serían los dueños de prácticamente 40 barrios y nueve veredas, donde ingresan a casas sin mediar palabra para esconder sus militantes, utilizan las calles para enviar mensajes a través de homicidios selectivos y, además, como lo explica la Defensoría, se tienen registros de ataques basados en género.
Otro de los gremios que viene sufriendo en medio de la disputa es el comercio formal, ya perjudicado por las medidas de restricción adoptadas como medida para atenuar los efectos de la pandemia por COVID-19. Al órgano de control han llegado denuncias en las cuales los comerciantes aseguran que deben pagar “vacunas” a una de las bandas delincuenciales, para poder trabajar sin temor a un atentado. Sin embargo, la banda enemiga estaría verificando quien paga los sobornos, para tildarlos de colaboradores y, así, cortar el grifo y amenazar a la persona que es extorsionada tanto por Los Shotas como Los Espartanos.
“La disputa entre los antiguos miembros de La Local ha traído como consecuencia casos de desplazamientos forzados masivos o individuales e intraurbanos, por parte de familias que sacan a sus hijos de la ciudad, a fin de salvaguardar su vida e integridad, mientras los adultos se quedan en los barrios, buscando proteger sus viviendas o pertenecías que son saqueadas en las casas abandonadas”, asegura la Defensoría. Así quedó registrado el número de desplazamientos forzados a corte de 29 de enero de 2021:
Lea también: Amazonas: peligro por disputas entre disidencias de las Farc y Comandos de la Frontera.
La situación en Buenaventura representa un estado de alerta máxima para la Defensoría. Los habitantes de la ciudad están a la merced de las disputas por el territorio, que registran episodios nefastos como el asesinato de Cristian Estrella, quien murió luego de un enfrentamiento armado en cercanías del Consejo Comunitario de Sabaletas en Buenaventura. Esa madrugada, del 3 de enero de 2021, resultaron además tres motos quemadas y un carro baleado. Sumado a eso, las autoridades conocen sobre la presencia de guerrilleros del Eln y disidencias de las Farc, los cuales también están en guerra por las rutas de narcotráfico en el puerto más importante de Colombia.