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El presidente Iván Duque anunció desde Carepa (Antioquia), en el corazón de la subregión de Urabá, un refuerzo a las operaciones militares y policiales que buscan desmantelar al Clan del Golfo. Ese mismo municipio fue uno de los más afectados por el paro armado que emprendió la organización criminal desde el viernes 6 de mayo en retaliación por la extradición a Estados Unidos de su máximo líder, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel.
(Lea también: Le explicamos qué pasó en el paro armado del Clan del Golfo en seis preguntas)
Según cifras oficiales del Ministerio de Defensa, en el marco del paro armado murieron seis personas, se bloquearon al menos cuatro vías y hubo 187 vehículos quemados o vandalizados. Para el presidente Duque, estas acciones “son una actitud desesperada y cobarde” ante la extradición de su líder, que solo puede enfrentarse capturando a los máximos líderes del Clan del Golfo, reforzando las operaciones con más uniformados, así como con una persecución mayor de sus formas de financiación.
De hecho, el presidente dejó entrever que la paralización de varias ciudades en al menos 11 departamentos no lo hizo repensar su estrategia de haber extraditado al máximo líder del Clan Del Golfo. “Vendrán otras extradiciones y caerán, en muy corto plazo, Gonzalito, Siopas y Chiquito Malo”, anunció Duque, hablándoles directamente a los tres hombres que, al parecer, han asumido el liderazgo del grupo criminal tras la captura de Otoniel en octubre de 2021.
(En contexto: Clan del Golfo anuncia fin del paro armado tras cuatro días de miedo y violencia)
🎥 #EnVivo | Presentación del Bloque de Búsqueda contra reductos del “Clan del Golfo”. https://t.co/hdR6xhmFIs
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) May 9, 2022
“Ellos han estado interesados en generar zozobra mediática, para tratar de buscar algún tipo de aproximación, de negociación, aprovechando el certamen electoral”, dijo Duque, en referencia a supuestos acercamientos del Clan del Golfo para negociar alguna forma de sometimiento, que él rechazó de plano. “Serán siempre enfrentados y derrotados, como ya lo hemos hecho”, añadió.
En ese sentido, el presidente anunció que se impulsará la labor de la operación Cóndor, que busca acabar con lo que las autoridades han llamado “reductos” del Clan del Golfo. Según Duque, llegarán 700 policías más y 720 militares a apoyar las labores de esta estrategia que pretende desmantelar la organización. Asimismo, ya la Fiscalía envió a 15 fiscales al territorio “para garantizar que haya una rápida judicialización de los criminales que sean capturados bajo las prácticas recompensa, de delación y también para agilizar la extinción de dominio de los bienes de esta estructura”.
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“El comienzo del fin del Clan del Golfo se dio con la captura de Otoniel y ahora le vamos a dar el golpe final”, dijo el presidente, volviendo sobre las palabras que él mismo pronunció desde Urabá en octubre, cuando fue capturado el jefe criminal. Aunque voces autorizadas le han pasado factura por haber dicho que la captura le ponía fin a la organización delincuencial, Duque salió a defender sus logros: en estos siete meses han capturado a 300 hombres del grupo, 110 de ellos cabecillas y se han incautado más de 60 toneladas de cocaína que serían enviadas al exterior.
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