Cae presunta red de caza ilegal de chigüiro que vendía su carne en malas condiciones
Un juez envió a prisión domiciliaria a tres miembros de una presunta red de caza ilegal de chigüiro, que al parecer vendía la carne en pésimas condiciones en Bogotá, Santander y la Costa Atlántica. El roedor es una especie silvestre protegida, que solo puede cazarse bajo licencia.
La Fiscalía y la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía (Dipro) descubrieron y desarticularon una presunta red que al parecer cazaba indiscriminadamente el chigüiro en las sabanas y los cuerpos de agua de Casanare, para luego venderlo en malas condiciones en Bogotá, Santander, Norte de Santander y la Costa Atlántica. Si bien la carne del roedor se puede comercializar en asaderos, para su caza se necesitan permisos del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
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Cinco presuntos integrantes fueron capturados y presentados ante un juez de garantías, entre ellos los hermanos Yeison Javier y Juan Camilo Sosa López, quienes serían los líderes y financiadores de la actividad ilegal, encargados de la captura de los chigüiros en Casanare y del sacrificio y posterior distribución de su carne. Ambos recibieron medida de aseguramiento en casa y fueron imputados por concierto para delinquir e ilícito aprovechamiento de los recursos renovables.
“De acuerdo con el material de prueba, la carne era vendida a aplazas de mercado y restaurantes. A estos puntos, al parecer, era trasladada en vehículos acondicionados para el trasporte de pescado. De esta forma intentaban evadir a las autoridades; sin embargo, hay indicios de que llegaba en mal estado y pésimas condiciones para el consumo humano”, señaló el ente investigador.
¿Cuáles serían esos indicios? De acuerdo con la Fiscalía, después de un trabajo articulado de seis meses, se incautaron cerca de cuatro toneladas de carne de chigüiro a la organización, en dos operativos llevados a cabo en Bogotá y Yopal (Casanare). En esas diligencias habría quedado en evidencia que el producto al parecer no cumplía con las normas mínimas de conservación y distribución.
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Por otro lado, Germán Rodríguez Romero, presunto miembro de la red, recibió medida de aseguramiento en casa luego de que la Fiscalía lo imputara por los mismos delitos antes referenciados. La entidad precisó que Rodríguez se encargaría de la caza del animal, el cual era distribuido en grandes cantidades en varias ciudades de Colombia. Alberto Vargas Sanabria y César Augusto Becerra, presuntos trasportadores y distribuidores, fueron cobijados con medida no privativa de la libertad, pero la Fiscalía no precisó cuál.
“En Colombia, el chigüiro es una especie silvestre protegida y catalogada como patrimonio natural, por lo que su caza está prohibida para garantizar la conservación y supervivencia. Excepcionalmente, se permite con permisos y licencias ambientales, requisitos que no reunía la estructura delincuencial afectada”, señaló el ente investigador.
De acuerdo con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, en Colombia se empezaron a imponer restricciones a la caza del chigüiro en 1964, de acuerdo con una antigua resolución del Ministerio de Agricultura. Durante años pasó por diferentes normas, que buscaron proteger su desaparición, hasta que en diciembre de 2005 el Ministerio de Ambiente reglamentó el Código Nacional de Recursos Renovables, en materia de caza comercial.
Antecedentes: Chigüiros bañados en petróleo por derrame en Puerto Boyacá
De acuerdo con Corporinoquia, la mayor cantidad de chigüiros en Colombia se encuentra en sabanas inundables. Son los roedores más grandes del planeta y el aprovechamiento sostenible de su carne se puede obtener mediante el trámite de una licencia para zoocrÍa o mediante licencia de caza comercial, ampliado en la Resolución 705 de 2015 del ICA. La persona u organización que pretenda cazar el animal, deberá presentar un estudio de impacto ambiental que incluya un cronograma de actividades, el sistema de selección, captura y obtención de los especímenes, y el sistema de sacrificio, entre otras reglas.
La Fiscalía y la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía (Dipro) descubrieron y desarticularon una presunta red que al parecer cazaba indiscriminadamente el chigüiro en las sabanas y los cuerpos de agua de Casanare, para luego venderlo en malas condiciones en Bogotá, Santander, Norte de Santander y la Costa Atlántica. Si bien la carne del roedor se puede comercializar en asaderos, para su caza se necesitan permisos del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
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Cinco presuntos integrantes fueron capturados y presentados ante un juez de garantías, entre ellos los hermanos Yeison Javier y Juan Camilo Sosa López, quienes serían los líderes y financiadores de la actividad ilegal, encargados de la captura de los chigüiros en Casanare y del sacrificio y posterior distribución de su carne. Ambos recibieron medida de aseguramiento en casa y fueron imputados por concierto para delinquir e ilícito aprovechamiento de los recursos renovables.
“De acuerdo con el material de prueba, la carne era vendida a aplazas de mercado y restaurantes. A estos puntos, al parecer, era trasladada en vehículos acondicionados para el trasporte de pescado. De esta forma intentaban evadir a las autoridades; sin embargo, hay indicios de que llegaba en mal estado y pésimas condiciones para el consumo humano”, señaló el ente investigador.
¿Cuáles serían esos indicios? De acuerdo con la Fiscalía, después de un trabajo articulado de seis meses, se incautaron cerca de cuatro toneladas de carne de chigüiro a la organización, en dos operativos llevados a cabo en Bogotá y Yopal (Casanare). En esas diligencias habría quedado en evidencia que el producto al parecer no cumplía con las normas mínimas de conservación y distribución.
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“En Colombia, el chigüiro es una especie silvestre protegida y catalogada como patrimonio natural, por lo que su caza está prohibida para garantizar la conservación y supervivencia. Excepcionalmente, se permite con permisos y licencias ambientales, requisitos que no reunía la estructura delincuencial afectada”, señaló el ente investigador.
De acuerdo con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, en Colombia se empezaron a imponer restricciones a la caza del chigüiro en 1964, de acuerdo con una antigua resolución del Ministerio de Agricultura. Durante años pasó por diferentes normas, que buscaron proteger su desaparición, hasta que en diciembre de 2005 el Ministerio de Ambiente reglamentó el Código Nacional de Recursos Renovables, en materia de caza comercial.
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