En 2001, a Priciliano Iglesia su patrón le regaló una parcela en Puerto Escondido, a cambio de 23 años de fiel trabajo como jornalero. Salvatore Mancuso lo despojó de la tierra y, ahora, la justicia la devolvió lo que nunca debió perder.
Foto: Jonathan Bejarano
Entre los miles de despojos, masacres, y desplazamientos que dejó el imperio paramilitar de Salvatore Mancuso en Córdoba, permanecía escondida, además, la historia de una promesa fallida. Se trata de la ilusión de tener una finca propia del campesino Priciliano Iglesia, a quien, en 2001, su patrón le regaló una parcela en el municipio de Puerto Escondido, a cambio de 23 años de fiel trabajo como jornalero. El sueño se desvaneció cuando hombres armados asesinaron a su patrón y se apropiaron de la finca. Después de 20 años, un juez de...
Por Jhoan Sebastian Cote
Comunicador social con énfasis en periodismo y producción radiofónica de la Pontificia Universidad Javeriana. Formación como periodista judicial, con habilidades en cultura, deportes e historia. Creador de pódcast, periodismo narrativo y actualidad noticiosa.@SebasCote95jcote@elespectador.com
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación