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Las autoridades tienen identificadas a seis personas, quienes habrían participado directamente en el atentado que dejó dos policías antiexplosivos asesinados en el aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta, el pasado 14 de diciembre. Uno de ellos es Sebastián Moreno Maya, quien tenía brazalete de vigilancia electrónica del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
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Según informó el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, y el director del Inpec, el mayor general Mariano Botero, Moreno Maya, alias Sebas, estaba bajo supervisión de la cárcel de Bellavista, en Medellín. El edificio, a propósito, este 30 de noviembre estrena 410 cupos carcelarios. Moreno Maya, investigado anteriormente por porte de armas, dependía de ese centro de reclusión desde el 20 de febrero de 2019. No obstante, en octubre pasado el procesado logró apagar su dispositivo de vigilancia.
“Es lamentable, triste, que una persona que le han dado la libertad domiciliaria bajo la modalidad de brazalete electrónico cometa este tipo de delitos. Le digo a todos los jueces que por fortuna la ley de seguridad ciudadana ya está, pronto entrará en vigor, y que apliquen con toda la rigurosidad esta ley. No permitamos que esta clase de delincuentes queden libres, porque están reincidiendo con el delito y con mayor gravedad”, agregó el ministro Ruiz.
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La Fiscalía, por los hechos en Cúcuta, ayer señaló que imputó a alias Sebas por los delitos de homicidio y tentativa de homicidio agravados; terrorismo; y fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos. Los demás procesados son Nayibe Londoño, su compañera sentimental; Adrián Kaled Guzmán, Yuly Mileidy Mazo; Diego Felipe Maya González; y un último capturado cuyo nombre se desconoce.
Según la investigación de la Fiscalía, entre octubre y noviembre de 2021, Cristian Camilo Muñoz Manjarrez (quien murió en la primera de las dos explosiones), Diego Maya y Nayibe Londoño viajaron de Medellín a Cúcuta. Al parecer, “se trasladaron a zona rural de Tibú (Norte de Santander), donde se habrían reunido con jefes de las disidencias del frente 33 de las Farc, se comprometieron a ejecutar el atentado y, supuestamente, recibieron instrucción en manejo de explosivos”.
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La Fiscalía señaló que el 5 de diciembre, estas tres personas, junto a Sebastián Moreno Maya, Adrián Kaled Guzmán y Yuly Mileidy Mazo, volvieron a movilizarse de Medellín a Cúcuta, en un bus de servicio público. “La investigación da cuenta de que se hospedaron en un hotel del centro de la ciudad y en dos casas ubicadas cerca del aeropuerto. Asimismo, se constató que, presuntamente, usaron una carreta para simular que vendían refrescos y poder acercarse a la terminal aérea para hacer vigilancias”, aseguró la Fiscalía.
De acuerdo con el ente investigador, “la noche del 13 y la madrugada del 14 de diciembre, vestidos de negro, recorrieron en varias oportunidades las inmediaciones de la pista del aeropuerto. Pasadas las 5:00 a.m., dos hombres cruzaron la reja e ingresaron”. Según el relato de la Fiscalía, a Muñoz Manjarrez se le explotó una carga y murió, mientras que el resto de explosivos estallaron después, durante la verificación de los intendentes William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez.
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