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En la noche del pasado miércoles, dos carro bombas fueron detonados en Quito, capital de Ecuador, en medio de días de zozobra por la violencia desplegada a días de las elecciones presidenciales. Por uno de estos hechos fue tenido un grupo de sospechosos, entre los que se encuentra el colombiano Antony Daniel Arenales.
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Arenales, de 25 años, registra al menos dos procesos penales en su contra. Uno de ellos por tráfico de estupefacientes desarrollado ante juzgados de Bucaramanga. Esa investigación inició con su captura en 2018, pero el Juzgado 14 penal de Garantías de la ciudad se abstuvo de imponerle medida de aseguramiento.
Ese mismo año, la Fiscalía lo llevó a juicio por tráfico de estupefacientes, sin embargo, en febrero de 2020 el Juzgado 7 Penal de Conocimiento de Bucaramanga decidió precluir la investigación y el expediente quedó archivado, según la información que reposa en la Rama Judicial.
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La investigación se le archivó a Arenales al tiempo que, como lo reveló El Tiempo, otro juzgado lo condenó a cinco años y tres meses de prisión por los delitos de hurto calificado, uso de menores para comisión de delitos y porte de armas de fuego. Ese caso sí avanzo e incluso significó privación de la libertad del ahora sospechoso por el carro bomba en Quito.
Como se evidencia en los registros de la Rama Judicial, en mayo pasado Arenales quedó libre por pena cumplida y al tiempo tramitó un habeas corpus para lograr reincorporarse a la vida civil. Sin embargo, meses después, queda de nuevo vinculado a una investigación formal. Esta vez por participar en la oleada de terrorismo en la capital ecuatoriana.
La autoridad encargada de las prisiones en Ecuador, esta semana, fue víctima de ataques con granadas y dos atentados con carro bomba. Aunque las intimidaciones armadas no dejaron víctimas, establecieron un nuevo eslabón en la reciente cadena de crimen organizado cuyo golpe más impactante fue el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, el pasado 9 de agosto.
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