Cartel de la toga: según su abogado en EE. UU., Leonardo Pinilla “no es nadie”
En la audiencia en la que fue condenado en una corte federal de la Florida la mano derecha del exfiscal Gustavo Moreno, su abogado reveló que, aunque intentó colaborar con la justicia de ese país, no sabía mayor cosa. En Colombia, su acuerdo de colaboración con la Fiscalía todavía está por definirse.
Redacción Judicial
Hace unas semanas, el Tribunal de Bogotá tumbó el acuerdo de colaboración que habían firmado la Fiscalía y uno de los protagonistas del cartel de la toga, el abogado Leonardo Pinilla, quien se había comprometido a compartir información que ayude al avance de las pesquisas. Sin embargo, ya en Estados Unidos, Pinilla había intentado hacer lo mismo y su propio abogado le dijo a la jueza de ese país que manejó su caso que, si bien su cliente intentó colaborar con las autoridades, “no sabía nada”, contrario al exjefe de la unidad anticorrupción de la Fiscalía, Gustavo Moreno.
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Hace unas semanas, el Tribunal de Bogotá tumbó el acuerdo de colaboración que habían firmado la Fiscalía y uno de los protagonistas del cartel de la toga, el abogado Leonardo Pinilla, quien se había comprometido a compartir información que ayude al avance de las pesquisas. Sin embargo, ya en Estados Unidos, Pinilla había intentado hacer lo mismo y su propio abogado le dijo a la jueza de ese país que manejó su caso que, si bien su cliente intentó colaborar con las autoridades, “no sabía nada”, contrario al exjefe de la unidad anticorrupción de la Fiscalía, Gustavo Moreno.
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En 2017, la Drug Enforcement Agency (DEA) destapó el cartel de la toga. Con más de 11 horas de grabaciones de las conversaciones entre el exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons; el abogado Leonardo Pinilla y el exfiscal Gustavo Moreno, la DEA dio cuenta de la red de sobornos que se fraguaba en la Corte Suprema de Justicia y que aún está siendo investigada por las autoridades.
El caso se remonta al 12 de mayo de 2017, cuando Lyons se puso en contacto Pinilla, quien además de ser su amigo cercano, era del círculo de confianza de Moreno. Pero Lyons ya estaba colaborando con la justicia estadounidense y todo lo que se dijeron, por los medios que fuera, se monitoreó y luego se usó para condenar a Moreno y Pinilla por lavado de activos en Estados Unidos, por exigirle un soborno de $10.000 dólares al exmandatario de Córdoba e intentar sacar el dinero de suelo norteamericano.
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Colombia avaló la extradición de Moreno y Pinilla y la Corte del Sur de Florida que llevaba el caso actuó rápido. Finalmente, fueron condenados en enero de este año el exfiscal, a 48 meses de prisión, y el abogado Pinilla a 24 meses. De ese tiempo se debía descontar el que ya habían pasado detenidos mientras estaban en juicio, con lo cual Pinilla quedó en libertad en abril de este año y de inmediato fue deportado a Colombia para ser procesado aquí.
En la audiencia de condena, Pinilla y su abogado ventilaron detalles y argumentos sobre el rol que jugó él en el complejo esquema de sobornos. Su abogado sustentó que él debería pagar menos tiempo en prisión que Moreno porque su nivel de involucramiento en el esquema de sobornos era mucho menor: “Desde el primer día, cuando llegó aquí, se reunió con los fiscales (norteamericanos) y trató de ayudar tanto como pudo. Pero no sabe nada. No es una de esas personas que ha estado involucrada durante años o lo que sea. No tiene nada de interés para ellos, afortunadamente, y tampoco para los colombianos. Ellos no tenían ningún interés en nada de lo que mi cliente tenía para decir, porque no es nadie”.
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Según el defensor de Pinilla, él entró en escena por su cercanía de toda la vida con Lyons y no viajó hasta Miami para reunirse con el exgobernador, sino para celebrarle el cumpleaños a su novia. “El señor Lyons fue amigo del señor Pinilla durante mucho tiempo. Así se conocieron, de la escuela y cosas así, y también son amigos de la familia. Y así se dio la conexión. Básicamente, Pinilla estaba haciendo un favor a un amigo y sacando algo de dinero de él, porque se acercó a él. La Fiscalía quiere dar ejemplo para que los funcionarios colombianos no vengan aquí (a EE. UU.) a negociar sobornos, pero lo irónico es que este caso nació en Colombia”.
Incluso, el mismo Pinilla, que ahora busca colaborar con la justicia colombiana para develar más secretos de este entramado de corrupción, pidió permiso para subirse al estrado y hablarle directamente a la jueza. A través de un traductor, dijo: “Alejandro me dice que hay unos testigos que van a testificar en su contra sobre cosas que no son la verdad, y que si podía pedirle a Gustavo que le diera esas declaraciones. En esencia, ese fue el papel que jugué: transmitir un mensaje de Alejandro a Gustavo y de Gustavo a Alejandro. Nunca fue el propósito, ni mi intención, sobornar a mi amigo porque, su señoría, él (Lyons) era mi amigo”.