Casa por cárcel a médico Antonio Figueredo por presunta golpiza a María P. Pizarro
El médico se encontraba en libertad tras haber sido imputado por violencia intrafamiliar agravada. Ahora, según el juez, Figueredo “constituye un peligro para la comunidad y en específico para las mujeres”.
El cardiólogo Antonio Figueredo, imputado por el delito de violencia intrafamiliar agravada, tendrá que permanecer recluido en su residencia por determinación de un juez que considera que representa un “peligro para la comunidad y en específico para las mujeres”. Esta determinación se da dentro del proceso que investiga al médico por la presunta agresión contra su expareja, la también médica María Paula Pizarro, a quien habría dado una golpiza en noviembre de 2021, razón por la cual habría terminado su relación.
Lea: Así acabó ante la justicia el reconocido cardiólogo Antonio Figueredo
De acuerdo con lo resuelto por el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Bucaramanga, el médico Figueredo tendrá que cumplir con la medida de aseguramiento privativa de la libertad en su lugar de residencia. Esto, mientras avanza la investigación en su contra por presunto acceso carnal violento en concurso heterogéneo con violencia intrafamiliar.
Según consta en el proceso, Figueredo de 54 años y Pizarro de 27 años sostuvieron una relación desde mayo del año pasado, en la que el hombre habría agredido físicamente a su hoy expareja al menos en tres ocasiones. De acuerdo con las pruebas presentadas en el caso, el cardiólogo, “usando su posición de autoridad, disponía sus turnos al igual que ella, la esperaba a la salida de los mismos e incluso utilizó la situación de la enfermedad del abuelo de Pizarro Higuera para acercársele, hasta que finalmente logró iniciar una relación con ella”.
En contexto: Médico Antonio Figueredo, imputado por golpiza de María Paula Pizarro
De acuerdo con lo consignado en el expediente al que tuvo acceso este diario, la actitud de Figueredo en la relación siempre fue de una persona celosa y posesiva, hasta escalar a la violencia física y psicológica. “Empieza a golpearla, a propinarle puños y cachetadas por razones tales como haber subido una foto en vestido de baño a la red social Instagram”, se lee en el documento del juzgado, refiriéndose a los comportamientos que tenía con Pizarro.
Dentro de lo expuesto por el juzgado, estos presuntos actos de violencia por parte del cardiólogo no serían un hecho aislado, pues, según se manifiesta en el documento, las agresiones se presentaron “no solo frente a la señora María Paula Pizarro Higuera”, sino también sobre otras dos mujeres, también exparejas del médico. Para el juez, “se observa que las mismas tienen puntos en común, en lo que respecta al comportamiento violento y celotípico” de Figueredo.
Adicionalmente, según lo expuso el juzgado de Bucaramanga, tras haber instaurado la demanda en su contra, la familia de la denunciante habría recibido amenazas del hombre, lo cual habría sido probado por el abogado de Pizarro ante el despacho. Asimismo, el juez determinó que la decisión tomada en primera instancia contra el cardiólogo en la que se le ordenaba no contactar a la médica por ningún medio no habría sido cumplida.
La medida, según el juzgado, sería “la única forma de evitar que el aquí acriminado continúe adelantado las conductas violentas y agresivas ya citadas, ya que como se reitera, dicho comportamiento se ha extendido en el tiempo y sus víctimas han sido sus colegas”. De igual manera, el despacho sostuvo que la decisión era adoptada porque el profesional de la salud “representa un peligro para la comunidad, especialmente para el género femenino y específicamente las mujeres profesionales de la salud que puedan trabajar con el citado”.
El lío jurídico con el médico inició después de que la mujer contó que él la golpeó el 12 de noviembre de 2021 cuando se disponían a ir a un motel. Le rompió el tímpano, le fracturó tres dientes y Medicina Legal le dio ocho días de incapacidad. Según dijo María Paula Pizarro en esa ocasión a un medio de comunicación, Figueredo le “quitó el celular, empezó a ver algunos mensajes de mis amigos, y me dio un puño en el ojo izquierdo. Luego me tiró al piso y me empezó a pegar patadas”.
Nota de la editora: Esta nota se modificó para respetar el derecho de privacidad de dos personas mencionadas en la decisión del juzgado.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
El cardiólogo Antonio Figueredo, imputado por el delito de violencia intrafamiliar agravada, tendrá que permanecer recluido en su residencia por determinación de un juez que considera que representa un “peligro para la comunidad y en específico para las mujeres”. Esta determinación se da dentro del proceso que investiga al médico por la presunta agresión contra su expareja, la también médica María Paula Pizarro, a quien habría dado una golpiza en noviembre de 2021, razón por la cual habría terminado su relación.
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De acuerdo con lo resuelto por el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Bucaramanga, el médico Figueredo tendrá que cumplir con la medida de aseguramiento privativa de la libertad en su lugar de residencia. Esto, mientras avanza la investigación en su contra por presunto acceso carnal violento en concurso heterogéneo con violencia intrafamiliar.
Según consta en el proceso, Figueredo de 54 años y Pizarro de 27 años sostuvieron una relación desde mayo del año pasado, en la que el hombre habría agredido físicamente a su hoy expareja al menos en tres ocasiones. De acuerdo con las pruebas presentadas en el caso, el cardiólogo, “usando su posición de autoridad, disponía sus turnos al igual que ella, la esperaba a la salida de los mismos e incluso utilizó la situación de la enfermedad del abuelo de Pizarro Higuera para acercársele, hasta que finalmente logró iniciar una relación con ella”.
En contexto: Médico Antonio Figueredo, imputado por golpiza de María Paula Pizarro
De acuerdo con lo consignado en el expediente al que tuvo acceso este diario, la actitud de Figueredo en la relación siempre fue de una persona celosa y posesiva, hasta escalar a la violencia física y psicológica. “Empieza a golpearla, a propinarle puños y cachetadas por razones tales como haber subido una foto en vestido de baño a la red social Instagram”, se lee en el documento del juzgado, refiriéndose a los comportamientos que tenía con Pizarro.
Dentro de lo expuesto por el juzgado, estos presuntos actos de violencia por parte del cardiólogo no serían un hecho aislado, pues, según se manifiesta en el documento, las agresiones se presentaron “no solo frente a la señora María Paula Pizarro Higuera”, sino también sobre otras dos mujeres, también exparejas del médico. Para el juez, “se observa que las mismas tienen puntos en común, en lo que respecta al comportamiento violento y celotípico” de Figueredo.
Adicionalmente, según lo expuso el juzgado de Bucaramanga, tras haber instaurado la demanda en su contra, la familia de la denunciante habría recibido amenazas del hombre, lo cual habría sido probado por el abogado de Pizarro ante el despacho. Asimismo, el juez determinó que la decisión tomada en primera instancia contra el cardiólogo en la que se le ordenaba no contactar a la médica por ningún medio no habría sido cumplida.
La medida, según el juzgado, sería “la única forma de evitar que el aquí acriminado continúe adelantado las conductas violentas y agresivas ya citadas, ya que como se reitera, dicho comportamiento se ha extendido en el tiempo y sus víctimas han sido sus colegas”. De igual manera, el despacho sostuvo que la decisión era adoptada porque el profesional de la salud “representa un peligro para la comunidad, especialmente para el género femenino y específicamente las mujeres profesionales de la salud que puedan trabajar con el citado”.
El lío jurídico con el médico inició después de que la mujer contó que él la golpeó el 12 de noviembre de 2021 cuando se disponían a ir a un motel. Le rompió el tímpano, le fracturó tres dientes y Medicina Legal le dio ocho días de incapacidad. Según dijo María Paula Pizarro en esa ocasión a un medio de comunicación, Figueredo le “quitó el celular, empezó a ver algunos mensajes de mis amigos, y me dio un puño en el ojo izquierdo. Luego me tiró al piso y me empezó a pegar patadas”.
Nota de la editora: Esta nota se modificó para respetar el derecho de privacidad de dos personas mencionadas en la decisión del juzgado.
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