Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Laura Moreno y Jessy Quintero acaban de ser absueltas por la muerte de Luis Andrés Colmenares. Así lo determinó la jueza 11 de conocimiento, quien este lunes en la mañana dio a conocer el sentido de su fallo, que resultó favorable para ellas, investigadas por su presunta participación en el fallecimiento del estudiante Luis Andrés Colmenares Escobar, registrada el 31 de octubre de 2010 en el parque El Virrey. (Ver: “El crimen de nuestro hijo no quedará impune”: madre de Luis Andrés Colmares)
"El sentido del fallo frente a lo que tiene que ver con Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero es absolutorio", manifestó la funcionaria judicial al inicio de la diligencia celebrada este lunes. Por motivos de seguridad, según señalaron los abogados, las dos procesadas no asistieron a la audiencia, anunciando que estarían pendientes en sus respectivos domicilios.
En la decisión se considera que no existen pruebas suficientes para evidenciar la responsabilidad de las dos jovenes procesadas por los hechos materia de investigación. Laura Moreno fue procesada por el delito de homicidio agravado en calidad de coaturía y Jessy Quintero por los delitos de homicidio agravado en calidad de encubrimiento y falso testimonio.
En este sentido aseguró que las pruebas allegadas en los cinco años de juicio no pudieron demostrar la tesis presentada por la Fiscalía General, que sustentó que se trató de la muerte fue producida por un tercero, descartando la versión de un accidente. "No existe evidencia cienfítica (de) que hubo desplazamiento y colocación en un sitiio para que fuera ubicado en la segunda búsqueda".
En el caso de Jessy Quintero se consideró que no existe prueba de que faltara a la verdad ante las autoridades cuando narró los hechos registrados en la fiesta de disfraces de la discoteca Penthouse en la Zona T, en el norte de Bogotá, y la búsqueda de Colmenares Escobar en el parque El Virrey.
Por motivos de seguridad -según señalaron sus abogados-, ni Moreno ni Quintero no asistieron a la diligencia judicial. Tras conocer el sentido del fallo Oneida Escobar, madre, y Jorge Luis Colmenares, hermano, de Luis Andrés Colmenares, salieron de la sala de audiencias del complejo judicial de Paloquemao.
La Fiscalía y la defensa de la familia Colmenares Escobar presentarán recurso de apelación que deberá ser resuelta por la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.
El inicio
En la madrugada del 31 de octubre de 2010 Oneida Escobar y Jorge Luis Colmenares Escobar llegaron al parque El Virrey en el norte de Bogotá después de recibir una llamada de Laura Moreno quien les informó que Luis Andrés había salido corriendo después de comer un perro caliente en la calle 85 con carrera 15.
En la escueta comunicación le manifestó a Jorge Luis que ‘Luigi’ –como era apodado cariñosamente- se había lanzado al canal de aguas lluvias. Inmediatamente, salieron en el carro al lugar referido en la comunicación para verificar la situación y buscar al estudiante de la Universidad de Los Andes.
Cuando llegaron al lugar se encontraron a otros jóvenes disfrazados, amigos y conocidos de Luis Andrés Colmenares, quienes lo buscaban en el caño y alrededor del parque. Laura les explicó lo que sucedió esa noche, asegurándole que por seis cuadras lo persiguió hasta que llegaron al sector. Ahí se lanzó mientras que ella solamente veía “sus pies en el aire”.
Acto seguido les impidió ingresar al canal de aguas puesto que ella ya lo había buscado y no lo vio. Por lo que el hermano menor de Luis Andrés y su madre buscaron en cercanías del lugar en compañía de los policías del CAI y de los otros compañeros y amigos de Luis Andrés Colmenares.
Un grupo de bomberos llegaron al lugar para buscar el cuerpo de Luis Andrés Colmenares. Por la descripción dada por Laura Moreno infirieron que debido al consumo de alcohol en la fiesta y la carrera que había hecho horas antes podía haberse golpeado en la cabeza y desmayado por lo que estaría inconsciente en el canal de aguas lluvias.
Sin embargo, la búsqueda fue infructuosa. Nunca se pudo obtener un rastro de su paradero, ni siquiera que estuviera en la zona. Hecho por el cual se suspendió la búsqueda. Les pidieron a los familiares de Luis Andrés Colmenares que fueran a su casa puesto que él tal vez se había salido para allá.
Debido a que el celular de Luis Andrés lo tenía Laura Moreno era imposible comunicarse con él. Al llegar a su casa verificaron que él no se encontraba allí y tampoco se había comunicado con otros familiares y amigos cercanos. Por esto tomaron la decisión de emprender una nueva búsqueda por toda la ciudad.
En la noche de ese 31 de octubre se dirigieron nuevamente al parque El Virrey en compañía de un grupo de bomberos. En el primer intento para bajar al canal de aguas notaron la presencia de un objeto en el centro del mismo. Debido al caudal y el piso mojado fue difícil el acceso.
Cerca de 15 minutos después encontraron un cuerpo. Tras retirarlo del lugar la madre y el hermano menor identificaron a Luis Andrés. El mismo se encontraba con parte del disfraz de diablo que tenía en la fiesta de disfraces, registraba golpes en su rostro, en el pecho y heridas en sus dedos.
La reapertura de la investigación
En un primer momento los familiares de Luis Andrés Colmenares creyeron la versión de Laura Moreno sobre el accidente. El cuerpo del estudiante de 22 años fue trasladado al municipio de Villanueva (La Guajira) de donde era oriundo para enterrarlo. La primera investigación concluyó sobre las causas accidentales de la muerte del joven.
Sin embargo, seis años después, Oneida Escobar tuvo un sueño en el que su hijo le pedía que “mirara su cuerpo”. Esto y las dudas que tenía en su cabeza sobre las causas que rodearon la muerte de su hijo la obligaron a pedirle a la Fiscalía General que revisara el caso, y si era necesario exhumaran el cuerpo de Luis Andrés para hacerle una nueva valoración.
Ante el silencio del ente investigador tomaron la decisión de contactar al exdirector de Medicina Legal y médico forense Máximo Duque quien realizó la respectiva exhumación en el cementerio de Villanueva. Sus conclusiones fueron la base para que el fiscal 11 de la Unidad de Vida, Antonio Luis González decidiera reabrir el caso puesto que a su juicio el documento revelaba que se trataba de un homicidio.
“Los muertos hablan”
El 7 de octubre de 2011 se ordenó la captura de Laura Moreno y Jessy Quintero por los delitos de homicidio agravado y falso testimonio. En la imputación de cargos el fiscal González aseguró que las dos estudiantes universitarias habían faltado a la verdad en la investigación que adelantó la Fiscalía General, puesto que incurrieron en contradicciones sobre el tiempo, modo y lugar de los hechos.
González sostenía que el cuerpo de Luis Andrés Colmenares “hablaba”, haciendo referencia a las muestras sobre los golpes que presentaba en su cara. En su concepto estos fueron producidos por un tercero, más específicamente tres botellazos, que le provocaron un desmayo. Luego su cuerpo fue sacado del lugar en una camioneta y al otro día lo arrojaron al canal de aguas lluvias.
De ahí que ni los policías ni los bomberos encontraran el cuerpo de Colmenares Escobar. Para el fiscal 11 de la Unidad de Vida la idea del accidente era inverosímil, hecho por el cual acusó a las dos procesadas de haber tenido conocimiento en los hechos que motivaron la agresión y de ocultar a los responsables. Fue ahí que apareció el nombre de Carlos Cárdenas, exnovio de Laura Moreno, de haber sido el encargado de golpear en repetidas oportunidades a Colmenares dejándolo en estado de indefensión.
El 5 de julio de 2011 el mismo fiscal González pidió la captura de Cárdenas Gómez –estudiante de la Universidad de Los Andes-. En la imputación de cargos por los delitos de homicidio agravado en calidad de autor y sobornos se señaló que él le propinó tres botellazos en su cabeza y luego contactó a un grupo de amigos para sacarlo del sector en una camioneta.
En ese momento se citó el testimonio de Wilmer Ayola quien aseguró que vio cómo Colmenares Escobar fue golpeado en el parque El Virrey por un grupo de jóvenes y luego subido a una camioneta. Pocas horas después, causalmente, se encontró a estas mismas personas que le dieron una alta suma de dinero con el fin que no les contará nada a las autoridades.
Los falsos testigos
En el desarrollo de la investigación el fiscal Antonio Luis González presentó la declaración de otros dos testigos que validarían su tesis del caso y comprobarían que Carlos Cárdenas fue quien atacó a Luis Andrés Colmenares Escobar aquella noche del 31 de octubre de 2010 aprovechándose de su indefensión.
Fue así como aparecieron Jonathan Martínez y Jesús Alberto Martínez Durán. Sus declaraciones coincidían en casi todo: desde la forma en como el joven de 22 años llegó al parque El Virrey, la pelea que se presentó en el lugar con otras personas y los golpes que recibió sobre su humanidad.
Las versiones de los tres testigos fueron consignadas en el escrito de acusación en contra de Carlos Cárdenas –quien estuvo privado de su libertad durante cuatro meses-. Su defensor, el exfiscal Mario Iguarán denunció que las versiones eran casi libretiadas, cuestionando así su veracidad.
Pese a lo extraño que suene, sus versiones eran muy perfectas. Recordaban todo lo ocurrido esa noche frente a la agresión pero no recordaban detalles normales: el clima, la ropa de los agresores, el lugar dónde vieron los hechos, por qué no denunciaron, y cómo llegaron nuevamente a la investigación.
En noviembre de 2012 el fiscal Napoleón Botache Díaz –quien adelantó la investigación de Antonio Luis González- relató el actuar del fiscal 11 de Vida para conseguir estos testimonios y la forma en cómo fueron anexados a la investigación con el único fin de demostrar resultados.
Lo que más le llamó la atención a Botache fue el afán que tenía González de probar como fuera posible su tesis: que la muerte de Andrés Colmenares había sido un crimen. En el documento enviado a los despachos del fiscal General, Eduardo Montealegre Lynnet y el procurador General, Alejandro Ordóñez Maldonado se citaban varias anomalías en la investigación.
En la carta se leía también que en más de tres ocasiones, González le habría sugerido a Botache, quien trabajaba precisamente con González, “la necesidad de conseguir unos testigos como fuera”. Los señalamientos en contra del fiscal fueron muchos más que la carta de Botache. La Judicatura le abrió tres investigaciones y la Fiscalía hizo lo mismo.
Poco tiempo después los testigos fueron capturados y procesados por falsedad en testimonio, fraude procesal y peculado por apropiación. Esto porque se aprovecharon de los beneficios otorgados por el programa de protección a testigos. Después firmaron un preacuerdo con la Fiscalía en el que aceptaron cargos y se comprometieron a pagar una pena privativa de la libertad.