Caso Diego Felipe Becerra: el general Patiño, ¿al borde de una condena?
La reciente audiencia de acusación celebrada en la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema en contra del general ® de la Policía Francisco Patiño, por el montaje para evitar que se supiera cómo ocurrió el asesinato, a mansalva y por la espalda, de un niño de 16 años que pintaba grafitis en un muro público hace 12 años, puso al alto oficial al borde de una condena que puede llegar a 7 años de prisión. El caso del grafitero, como se conoció a la víctima en la prensa, vuelve a las noticias del presente por su implicación penal.
Liliana Lizarazo, madre del niño grafitero:
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Liliana Lizarazo, madre del niño grafitero:
“TODOS GUARDARON SILENCIO CÓMPLICE”
Su hijo Diego Felipe Becerra – el niño grafitero, de 16 años de edad - fue asesinado por un agente de Policía cuando estaba pintando unos grafitis en un muro del puente de la calle 116, en Bogotá, hace 12 años (en 2011) ¿Por qué y cómo lo mató?
Diego Felipe fue asesinado, en total estado de indefensión, por el patrullero Wilmer Antonio Alarcón, que le disparó por la espalda. Diego y un amigo que se encontraba con él, fueron requisados por Alarcón. Mi hijo le dijo que él estaba pintando y le mostró su mochila en donde, solamente, había aerosoles. Después de la requisa, el patrullero empezó caminar al lado de Diego. No se sabe qué le habrá dicho el policía mientras se movían por la calle porque, de pronto, mi hijo salió corriendo y el uniformado le disparó por la espalda sin ningún miramiento ni advertencia ni nada. Para mí, fue un asesinato a sangre fría.
¿Qué sucedió después?
La Policía trasladó el cuerpo de Diego a la clínica. Cuando nosotros llegamos, había alrededor de veinte uniformados y el amigo de Diego identificó al patrullero que le disparó a mansalva. Cuando un teniente lo escuchó, dijo: “Y si fue así, ¿qué?” con lo cual estaba dejando claro, no solo el cinismo con el que asumieron el asesinato de mi hijo sino que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para ocultar los hechos. No de otra manera se explica que al lugar en que quedó el cuerpo de Diego, hubieran llegado esa misma noche, más de 40 oficiales, suboficiales, un abogado contratado por la Policía de Bogotá y otros civiles que también trabajaban con esa institución. Todos guardaron silencio cómplice y permitieron la alteración de la verdad.
¿Cómo se alteró la escena?
En lugar de acordonar el sitio, como lo indican los protocolos cuando se presenta un crimen, lo dejaron abierto y sin protección. Todos los policías, incluido el patrullero que mató a Diego, se trasladaron a la clínica. Solo una hora después, el coronel Nelson de Jesús Arévalo, entonces comandante de la estación de Suba (condenado, el año pasado, a 20 años de prisión por manipulación de la escena), llevó al patrullero Alarcón, al sitio. Fue cuando acordonaron el lugar pero, también contrario a los protocolos, únicamente cercaron un triángulo pequeño en lugar de ampliar el cerramiento al área que tenía que ser investigada. Tiempo después, cuando llegó el equipo del CTI de la Fiscalía, no hubo quién les hiciera, a sus agentes, entrega de elementos ni explicación de los sucesos. Los funcionarios de la Fiscalía tomaron fotografías y en ellas no se encontró registro visual de armas cerca de donde cayó Diego. Fue tiempo después cuando una apareció allí para hacer creer que la portaba mi hijo al que querían mostrar como un atracador. El abogado Héctor Hernando Ruiz, de la Metropolitana de Bogotá (sentenciado a 22 años de prisión en octubre del 2021), tuvo un incidente con los del CTI porque quería manejarles todo. Ese impasse quedó registrado en el acta. A las 4 de la mañana ya habían plantado el arma y alterado por completo la escena y el informe.
Se pregunta uno por qué la Policía de la época se movilizó, en masa, para proteger a quien solo era un patrullero y cuya conducta lo comprometía de modo individual y no colectivo ¿Qué piensa usted?
A lo largo de la investigación, nos dieron dos teorías: una, que planearon todo el ocultamiento porque estaba celebrándose el Mundial de Fútbol Sub-20 (en 2011) y, que aquí se encontraban muchos medios extranjeros cubriéndolo; la Policía iba a recibir una condecoración especial al otro día, cierre de ese evento; y si se publicaba que un patrullero había asesinado a un menor de edad, iba a crearse un escándalo con repercusión internacional. La segunda versión indicaba que el agente involucrado tenía cercanía sentimental con un general de muy alto rango y que este habría dado orden de protegerlo.
¿Cuánto tiempo tuvieron que batallar usted y su esposo contra la versión oficial sobre la muerte de Diego Felipe por ser presunto responsable de un atraco antes de que se considerara que un grupo importante de la Policía había hecho un montaje?
Más de un año estuvimos insistiendo en la inocencia total de Diego Felipe. Tuvimos que buscar por nuestros medios, muchas pruebas y después, luchar para que la Justicia Penal Militar no asumiera el proceso porque creíamos que no había garantías de imparcialidad. De todos modos, lograron llevárselo y tuvimos que empezar una nueva lucha para que volviera a la justicia ordinaria. Fue cuando empezaron a andar varios procesos aunque con muchas dificultades y esfuerzos de nuestra parte.
¿Cuántos uniformados y cuántos civiles estuvieron involucrados en el asesinato y después en el montaje de la escena, y cuántos han sido procesados?
De los alrededor de 40 uniformados y civiles que le conté que llegaron al sitio en donde murió Diego, fueron procesados 14; de estos, 9 fueron condenados. Entre quienes han debido ser investigados, hay varios a los que ni siquiera se les pudo abrir un proceso porque prescribieron los delitos.
¿Cuántos y quiénes quedaron impunes de acuerdo con las pruebas que usted conoce?
Entre otros, dos coroneles y un mayor que ascendió al grado de coronel y está activo. Ellos participaron en la alteración de la escena y sabían que se había plantado el arma que pretendieron decir que le pertenecía a Diego. Tampoco se le imputaron cargos a la teniente que participó en el montaje recibiendo las declaraciones de los testigos falsos. Ella le reportaba a directamente al general Patiño. El jefe de prensa de la Policía de Bogotá y una abogada, ambos civiles, también participaron y nunca fueron procesados. Hay muchos más cuya participación se conoció a lo largo de las investigaciones. Ha habido condenas pero, también, mucha impunidad.
¿Cuántos procesos se abrieron y cuántos condenados hay hasta el momento?
Se abrieron 6 procesos: uno por el homicidio de Diego Felipe; tres por fraude procesal y otros delitos que se unificaron en uno solo. Otro, por fraude procesal y uno, también, por fraude procesal y favorecimiento al homicidio, en la Corte Suprema: es el que cursa contra el general (r) Francisco Patiño Fonseca que fue acusado, hace unos días, por el fiscal del caso por esos dos delitos.
El patrullero Wilmer Alarcón que disparó contra Diego Felipe, ¿fue condenado cuántas veces y por cuántos años?
Fue condenado en dos juicios. El primero, por homicidio agravado. Le impusieron una pena de 37 años y seis meses de prisión. El segundo, por los delitos de fraude procesal y fabricación, porte o tenencia de armas de fuego agravado a una pena de 20 años de prisión.
El oficial de mayor rango implicado en el montaje y desviación de la escena del crimen, es el general (r) Francisco Patiño ¿Qué sucedió en la Corte Suprema a comienzos de este mes?
Después de ocho años de investigación, la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia le imputó cargos al general Patiño, el 12 de noviembre de 202, y formuló la acusación en audiencia del 7 de febrero pasado. El inicio de la audiencia preparatoria para el juicio se citó para el 20 de junio próximo.
¿Cuánta responsabilidad personal e institucional le atribuye al general Patiño y a la institución Policía Nacional, independientemente de la decisión judicial?
El general (r) Francisco Patiño fue el encargado de hacer trizas la honra de Diego Felipe. En un acto sin escrúpulos, les entregó a los medios, en rueda de prensa, una información irresponsable en que señalaba a Diego como el autor de un atraco a los pasajeros de una buseta para poder justificar su asesinato con el argumento de que habría ocurrido durante la persecución del patrullero a él, que estaría huyendo. Por las condenas que ya existen y por las evidencias en los procesos, se demostró que esa teoría era falsa por completo. El general Patiño, además de reunirse personalmente con los testigos falsos, puso a disposición de ellos, vehículos de la Policía para llevarlos a los medios para que dieran entrevistas en contra de mi hijo y, además, les regaló, después, dos bonos de $100 mil pesos para redimir en un conocido almacén de cadena. Como institución, la Policía Nacional falló y permitió que se usara su infraestructura e institucionalidad para alterar y destruir material probatorio, intimidar a testigos, presentar otros falsos, y en lugar de abrir investigación y sancionar a los responsables, para premiarlos.
Premiar ¿a quiénes?
El patrullero Alarcón que asesinó a Diego Felipe, fue condecorado por su “buen desempeño” cuando ya estaba detenido. A unos coroneles implicados los enviaron a consulados; a otros se les ascendió e hicieron trasladar al abogado detenido, a la comodidad de una cárcel castrense siendo un civil. Lo que hizo la Policía Nacional en el caso de Diego Felipe Becerra me hace concluir que quien actúa en contra de la ley, es premiado en esa institución.
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Abogado José Luis Mozo, apoderado de la familia del niño grafitero:
“EL GENERAL VISITÓ A LOS FALSOS TESTIGOS”
Hace unos días se llevó a cabo la audiencia de acusación en contra del general ® de la Policía Francisco Patiño, en la Corte Suprema, por sus actos de ocultamiento en el caso del asesinato del joven conocido como el grafitero ¿Cómo se desarrolló esa audiencia y por cuáles delitos fue acusado el excomandante de la Policía de Bogotá?
En la audiencia de acusación, la Fiscalía Cuarta Delegada ante la Corte, que ya le había imputado unos delitos al general (r) Patiño, ratificó que considera que él es responsable de los ilícitos de favorecimiento (por haber conocido que se cometía una conducta punible y tratar de eludir y entorpecer la acción de la justicia); y fraude procesal (por inducir a error a servidores judiciales para obtener una sentencia contraria a la ley). El primero tiene una pena desde un año y dos meses, hasta 6 años de prisión; y el fraude, de 6 a 12 años.
En su opinión, ¿hay suficientes evidencias para condenar al general Patiño por los montajes organizados por varios de sus subalternos uniformados y civiles para ocultar el asesinato de Diego Felipe?
Está probado que el general fue a hablar, de manera personal, con una pareja para que esta afirmara, falsamente, que Diego Felipe y otros tres jóvenes eran los asaltantes de una buseta en la que la pareja habría estado: él como conductor y ella, como acompañante. Y que, por eso, los policías que se encontraban cerca actuaron para detener a los jóvenes; que estos salieron corriendo y que ellos los persiguieron. Finalmente, que como Diego tenía un arma de fuego, el patrullero le respondió disparándole y que, por eso, le ocasionó la muerte.
Perdón, lo interrumpo: ¿cómo se estableció que era una información falsa?
Se probó que esa buseta, en particular, no había sido retirada del parqueadero en ningún momento de ese día y que la pareja no había estado en un asalto que sí ocurrió pero dos días antes. Se probó que cuando el hombre y su esposa aceptaron declarar falsamente, el general les regaló dos bonos por $200 mil pesos. Está probado, también, que el alto oficial les pidió a los falsos testigos que reconocieran a Diego Felipe Becerra como el asaltante; que les envió un carro de la Policía a recogerlos para llevarlos al otro lado de la ciudad, casi hasta el barrio 20 de julio, en donde estaba una teniente que les iba a recibir la falsa denuncia. Ella le reportaba al general. Además, se evidenció que la pareja fue trasladada a una cadena de televisión local para que diera una entrevista con la versión construida para ocultar la verdad y para desacreditar, así, a Diego Felipe quien ya no podía defenderse.
De acuerdo con el escrito de acusación, ¿Es cierto que, con anuencia o bajo las órdenes del general ® Patiño, no solo se presentaron falsos testigos sino que se ocultó a los verdaderos?
Es cierto. En mi concepto, el general Patiño es responsable de esas conductas.
¿Cuáles pruebas existen al respecto?
Los comunicados de la oficina de prensa de la Policía son la expresión de lo que pretendía el oficial que se impusiera como hipótesis de los hechos. En el primer comunicado, que obra en el proceso, se afirma que Diego Felipe y los otros jóvenes habrían cometido un asalto y que como Diego portaba un arma, al enfrentarse con la Policía, falleció. En el segundo comunicado morigeran las primeras informaciones y aceptan que se están investigando las circunstancias en que falleció el menor.
Le confieso que me escandaliza que, según el escrito de acusación, el general Patiño haya ido a visitar personalmente al patrullero Wilmer Alarcón que ya estaba detenido; y que haya conseguido beneficios para él ¿Cómo incide esta presunta conducta del oficial en su situación judicial actual?
Tal vez usted no sabe que el patrullero que mató a Diego Felipe Becerra sería la pareja de un general activo y que ese general habría sido quien solicitó que lo ayudaran al detenido. De todos modos, él tuvo muchas prerrogativas.
¿Cuáles?
La Policía le puso, como apoderado, al mismo abogado que representaba a la institución en Bogotá, y que había estado en la escena. Ese abogado fue condenado por alteración de los hechos; al patrullero le permitían salir y entrar de prisión y lo tuvieron, un buen tiempo, en la cárcel de Faca en donde hay muchas más libertades y visitas. Imagine usted si un oficial del rango llega a visitar al detenido y se llevar por unas horas: nadie, de rango inferior, va a decirle que no. De hecho, el patrullero salía muchas noches a departir en sitios libres.
Teniendo en cuenta los delitos imputados al general Patiño, de ser condenado por la Corte Suprema, ¿a cuántos años de prisión se podría enfrentar?
Según el escrito de acusación, la pena máxima sería de 12 años por el delito de fraude procesal; pero como el general Patiño no tienen antecedentes, se debe partir de la pena mínima, es decir, de seis años; además, por el favorecimiento, podría imponérsele desde un mes y un día, hasta dos años. En total, podrían ser, aproximadamente, seis años, seis meses. Con agravantes podría subir a 7 años.
“Utilizó su grado de general... para ocultar la verdad”
En su escrito de acusación, el Fiscal Cuarto Delegado ante la Corte Suprema, Hernán Suárez Delgado, presentó evidencia física y material probatorio para sustentar los cargos delictivos de los que sería responsable el general ® Patiño quien era el comandante de la Policía de Bogotá, en agosto de 2011, cuando un patrullero disparó a la espalda del niño grafitero Diego Felipe Becerra y lo mató. Afirma el fiscal que “la información legalmente obtenida permite afirmar que el general Francisco Patiño Fonseca... tuvo oportuno conocimiento sobre las circunstancias en que el patrullero Wilmer Alarcón... en forma injusta y arbitraria disparó su arma de fuego contra la humanidad del menor Diego Felipe Becerra... Por tanto, utilizando su grado de general, cargo y posición dentro de la estructura jerárquica de la institución, determinó a los oficiales que se encontraban presentes en el lugar de los hechos... para que se ocultara la verdad y la grave acción ejecutada por el policía Alarcón.. puesto que perjudicaba la imagen de la Policía Metropolitana y. obviamente la suya como cabeza de esa institución”.
Delinquieron por cumplir las órdenes del general Patiño
En otro aparte del documento del fiscal que acusa al general Patiño de los delitos de favorecimiento y fraude procesal, lo hace responsable de la consecución de los falsos testigos que aseguraron que habían visto a la víctima, niño Diego Felipe Becerra, asaltar una buseta. Afirma el escrito: “Siguiendo la intención y propósito del comandante, general Francisco Patiño Fonseca, el teniente coronel Nelson de Jesús Arévalo y el teniente coronel Eliécer Camacho (comandante de la SIJIN- MEBOG) cumplieron las tareas necesarias para ubicar, contactar y entrevistar al señor Jorge Eliécer Narváez, un conductor de una buseta de servicio público (para que) en presencia (del) señor general, presentara una denuncia penal en donde narró hechos contrarios a la verdad.... De esa manera se desacreditaba al menor ofendido creándole un perfil criminal ante la opinión pública como también torpedeaba la investigación que se seguía por el delito de homicidio en contra del patrullero Wilmer Alarcón Vargas por parte de la Fiscalía”.