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Una investigación revelada por el periodista Gerardo Reyes, de Univisión Investiga, demostró cómo el Gobierno de Estados Unidos sí tenía conocimiento del uso ilegal de Pegasus para realizar interceptaciones ilegales, antes de que el software fuera donado a Colombia en 2020. Según la información recopilada, el expresidente Ricardo Martinelli usó el sistema de forma abusiva para interceptar las comunicaciones de ciudadanos estadounidenses en Panamá y opositores políticos.
Esa versión va en contravía con la información entregada por funcionarios del Gobierno de Estados Unidos, quienes negaron que el programa espía fuera polémico en el año 2020, cuando Colombia lo recibió como una donación para la lucha contra el narcotráfico.
En el caso de Panamá, el programa espía no fue una donación sino una compra. Martinelli habría pagado 13.4 millones de dólares, para su adquisición, provenientes del fondo social de inversión.
Los documentos aportados en 2017 por el agente Ismael Pitti, analista del Consejo de Seguridad Nacional de Panamá (CSN), mientras se adelantaba el juicio de extradición en contra de Martinelli, demostrarían que el expresidente usó Pegasus para espiar a al menos 150 personas.
Entre los interceptados están Ermita Pérez, consejera política de la Embajada de Estados Unidos en Panamá; Christian Ferry, asesor político del expresidente y luego opositor de Martinelli, Juan Carlos Navarro; y Richard Downie, excoronel del Ejército de los Estados Unidos y consultor político del expresidente Juan Carlos Varela.
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Según la información recopilada, los encargados de instalar el software fueron un grupo de seis a ocho ciudadanos israelíes y uno uruguayo, quienes aseguraban que el sistema cumpliera con su función de generar una copia remota de la información de los dispositivos interceptados mediante Pegasus.
El Gobierno de los Estados Unidos admitió recientemente que sí financió la compra del software espía, en una reunión con el embajador de Colombia en Washington, Daniel García-Peña. Pero, además, aseguraron que el sistema dejó de funcionar en 2022, luego de las alertas internacionales por los peligros de su uso irregular.
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