Caso Uribe: la duda del reloj grabadora que habría resuelto el exabogado de Monsalve
El Espectador y Blu Radio publican qué fue lo que Héctor Romero, antiguo abogado de Juan Guillermo Monsalve, le dijo a la Fiscalía cuando fue citado a declarar bajo juramento por la investigación en contra del expresidente Álvaro Uribe. Entre otras revelaciones, Romero parece haber resuelto el misterio de cómo llegó a Monsalve el reloj grabadora que este usó para grabar su reunión de febrero de 2018 con Diego Cadena, entonces abogado de Uribe.
Redacción Judicial y Blu Radio
Como un testimonio con varias lagunas, algunos datos conocidos solo de oídas y unas cuantas revelaciones resultó el de Héctor Romero, quien fue abogado de Juan Guillermo Monsalve. El pasado 8 de febrero, este litigante habló en declaración bajo juramento con el fiscal 11 delegado ante la Corte Suprema, a quien su superior, Gabriel Jaimes, le delegó la tarea de tomar todas las versiones juramentadas del proceso en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez por una supuesta manipulación de testigos a su favor. La de Romero forma parte de la extensa lista de declaraciones que la Fiscalía analizó antes de solicitar la preclusión para este controversial caso.
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Para empezar, Romero contó que conoció a Juan Guillermo Monsalve a través de su exesposa, Deyanira Gómez, porque le había manejado casos a ella antes (entre ellos la sucesión de su padre). Monsalve es uno de los testigos claves de este proceso, pues es quien ha reiterado ante la justicia que los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez fomentaron el surgimiento del bloque Metro desde su hacienda Guacharacas, en el nordeste de Antioquia. Monsalve sostiene que pudo darse cuenta de ello porque su padre era el mayordomo de Guacharacas, propiedad que fue de los Uribe hasta 1996. Uribe, por su parte, asegura que Monsalve es un testigo mentiroso y que ni él ni su hermano tuvieron que ver con el nacimiento de un grupo ilegal.
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El abogado Romero señaló que a Deyanira Gómez le ha llevado “varios asuntos”, entre ellos los procesos de su esposo ante juzgados de ejecución de penas por secuestro. “Usted no recuerda si [Monsalve] pertenecía a grupos paramilitares?”, le preguntó el fiscal a Romero, al tiempo que le preguntó si acaso Monsalve había pertenecido a un grupo de criminalidad organizada distinto a los “paras”. “No conozco los detalles de los procesos”, replicó Romero, quien explicó que sí se leyó las sentencias contra Monsalve. Aun así, al fiscal le dijo: “No sabría decirle ninguna de las dos cosas”.
“¿Cuántas veces fue a visitar a Juan Guillermo Monsalve a la cárcel La Picota y en qué año?”, lo interrogó después el fiscal. “Fui, si mi memoria no me falla, tres veces”, respondió Romero: para que Monsalve le firmara el poder en el que se legalizaba que él sería su abogado, cuando leyó el expediente y cuando Monsalve le pidió que discutieran si él podría entrar a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Los registros del Inpec a los que accedió la Fiscalía, sin embargo, muestran que Romero fue a La Picota más de tres veces. Según Romero, él siempre fue solo y, después de decirle a Monsalve que su caso no tendría futuro en la JEP, la comunicación se cortó.
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“De resto siempre la comunicación fue a través de la esposa [Deyanira Gómez]”, aseguró Romero, quien dijo que además apoyó a Monsalve para pedir medidas de seguridad luego de que, al parecer, trataran de envenenarlo en la cárcel. “¿Quién lo trató de envenenar?”, le preguntó el fiscal”. “Yo no sé”, respondió, como era de esperarse, Romero, pues se trata de una indagación sobre la que el Inpec no llegó a conclusión alguna. Romero indicó que el Inpec había manejado internamente el asunto y que el resultado fue que a la familia de Monsalve le permitieron ingresar alimentos para que él mismo pudiera prepararlos dentro de La Picota.
Romero reveló un dato que no se conocía: que al padre de la hija mayor de Deyanira Gómez lo procesaron por homicidio, dijo él, como integrante de las Farc. Que él manejó dos expedientes contra el hombre en Neiva, que resultó condenado, pero aclaró: “No estuve hasta el final de los procesos”. Y dijo que a Gómez también le ayudó a tramitar solicitudes en pro de su seguridad, específicamente ante la Corte Suprema. “El magistrado que llevaba la investigación nos colaboró y le dieron la protección”, aseguró. Dijo que se trataba de José Luis Barceló, quien primero lideró las indagaciones contra Uribe, y que esas gestiones terminaron ayudándola a que consiguiera asilo en el exterior. “Eso fue lo que ella me dijo, más bien”.
La vez que Romero fue a hablar con Monsalve sobre su aspiración de someterse a la JEP fue el 22 de febrero de 2018. Los registros del Inpec muestran que ese día él ingresó a La Picota a las 2:07 p.m. para ver a Monsalve y que Diego Cadena, entonces abogado del expresidente Álvaro Uribe, hizo lo mismo a las 2:09 p.m. Su versión fue que él se sentó con Monsalve y empezó a hablar del tema JEP “y a esa mesa llegó Cadena y él opinó igualmente que no había manera de que entrara allá por el delito y las circunstancias de su caso. Dijo que le iba ayudar a Monsalve en lo que pudiera”. Sobre Cadena expresó: “Él llegó ese día, me saludó y se presentó”.
Las reuniones de Cadena con Monsalve el 21 y 22 de febrero de 2018 son claves para este expediente. Poco después de esos encuentros Monsalve envió una comunicación a la Corte Suprema asegurando que Cadena, en nombre del expresidente Uribe, lo estaba presionando para que se retractara de los señalamientos que había hecho contra el exmandatario. Romero se declaró “sorprendido” de ver a Cadena en la cárcel con Monsalve. “Creo que ellos se conocían de antes, no sé (…) No sé cómo se contactaron”, indicó. Y agregó: “Por lo menos ese día que estuve con él reunidos en La Picota no hubo ofrecimientos”.
Romero aseguró que Cadena se fue de la mesa, que él se quedó hablando “cinco minutos más” con Monsalve y que se fue. Dijo que supo después, por Deyanira Gómez: “Ella me comentó en varios momentos que le habían ofrecido plata, sacarlo de la cárcel (a Monsalve) para que colaborara en el proceso de Uribe. Ella se reunió con Cadena, pero desconozco qué se hablaron o dónde fue”. Se refería, probablemente, a la reunión que tanto Cadena como Gómez grabaron clandestinamente y que entregaron, cada uno por su lado, a la Corte Suprema de Justicia, la cual concluyó que la versión de Cadena estaba editada -lo que él niega-.
El propio Cadena le dijo a la Fiscalía que él se presentó con Monsalve como abogado del expresidente Álvaro Uribe. Romero, sin embargo, dijo que no recordaba algo así. Confirmó que de esa reunión solo hicieron parte él, Monsalve y Cadena. El fiscal del caso le mencionó un testimonio que el propio Romero dio en la Corte Suprema, en el cual él contó que se enteró luego de que Diego Cadena iba de parte de Uribe y que le advirtió a Monsalve de los riesgos de mentir: “La verdad es que eso fue hace mucho tiempo y no me acuerdo al respecto. Lo de la Corte fue hace dos o tres años. Si lo dije, pues en ese momento me acordaba, pero no me he acordado hoy”.
Romero contó que se enteró “como dos meses después” de que su reunión con Monsalve y Cadena la grabó el primero con un reloj especial, pero señaló que “allí no se grabó nada ilegal. Tampoco le pregunté por qué grabó y no reclamé, pues el que nada debe nada teme. Yo le entregué un reloj que la esposa le mandó, lo único que hice fue entregárselo, era un reloj común y corriente, yo no sabía que grababa. Me lo entregó el mismo día que yo iba para la Picota. Yo lo recogí en la oficina donde ella estaba trabajando. No sabría decirle si ellos ya habían planeado grabar la reunión”.
Sobre el reloj grabadora, era tan evidente que la Fiscalía no sabía de dónde había salido que entre las órdenes de trabajo que emitió el fiscal a cargo de este expediente, Gabriel Jaimes, figuran unos requerimientos al Inpec para tratar de establecer de dónde salió el dispositivo. Por último, Romero entregó un dato más : que se volvió a ver con Diego Cadena luego de ese encuentro en la Picota. “La segunda [vez que nos vimos] fue en Cali, un día que tenía una audiencia y ese día nos vimos en un hotel. Hablamos de un caso de una persona que iba ser extraditada y que quería que le llevara el proceso ante la Corte”.
Como un testimonio con varias lagunas, algunos datos conocidos solo de oídas y unas cuantas revelaciones resultó el de Héctor Romero, quien fue abogado de Juan Guillermo Monsalve. El pasado 8 de febrero, este litigante habló en declaración bajo juramento con el fiscal 11 delegado ante la Corte Suprema, a quien su superior, Gabriel Jaimes, le delegó la tarea de tomar todas las versiones juramentadas del proceso en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez por una supuesta manipulación de testigos a su favor. La de Romero forma parte de la extensa lista de declaraciones que la Fiscalía analizó antes de solicitar la preclusión para este controversial caso.
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Para empezar, Romero contó que conoció a Juan Guillermo Monsalve a través de su exesposa, Deyanira Gómez, porque le había manejado casos a ella antes (entre ellos la sucesión de su padre). Monsalve es uno de los testigos claves de este proceso, pues es quien ha reiterado ante la justicia que los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez fomentaron el surgimiento del bloque Metro desde su hacienda Guacharacas, en el nordeste de Antioquia. Monsalve sostiene que pudo darse cuenta de ello porque su padre era el mayordomo de Guacharacas, propiedad que fue de los Uribe hasta 1996. Uribe, por su parte, asegura que Monsalve es un testigo mentiroso y que ni él ni su hermano tuvieron que ver con el nacimiento de un grupo ilegal.
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El abogado Romero señaló que a Deyanira Gómez le ha llevado “varios asuntos”, entre ellos los procesos de su esposo ante juzgados de ejecución de penas por secuestro. “Usted no recuerda si [Monsalve] pertenecía a grupos paramilitares?”, le preguntó el fiscal a Romero, al tiempo que le preguntó si acaso Monsalve había pertenecido a un grupo de criminalidad organizada distinto a los “paras”. “No conozco los detalles de los procesos”, replicó Romero, quien explicó que sí se leyó las sentencias contra Monsalve. Aun así, al fiscal le dijo: “No sabría decirle ninguna de las dos cosas”.
“¿Cuántas veces fue a visitar a Juan Guillermo Monsalve a la cárcel La Picota y en qué año?”, lo interrogó después el fiscal. “Fui, si mi memoria no me falla, tres veces”, respondió Romero: para que Monsalve le firmara el poder en el que se legalizaba que él sería su abogado, cuando leyó el expediente y cuando Monsalve le pidió que discutieran si él podría entrar a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Los registros del Inpec a los que accedió la Fiscalía, sin embargo, muestran que Romero fue a La Picota más de tres veces. Según Romero, él siempre fue solo y, después de decirle a Monsalve que su caso no tendría futuro en la JEP, la comunicación se cortó.
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“De resto siempre la comunicación fue a través de la esposa [Deyanira Gómez]”, aseguró Romero, quien dijo que además apoyó a Monsalve para pedir medidas de seguridad luego de que, al parecer, trataran de envenenarlo en la cárcel. “¿Quién lo trató de envenenar?”, le preguntó el fiscal”. “Yo no sé”, respondió, como era de esperarse, Romero, pues se trata de una indagación sobre la que el Inpec no llegó a conclusión alguna. Romero indicó que el Inpec había manejado internamente el asunto y que el resultado fue que a la familia de Monsalve le permitieron ingresar alimentos para que él mismo pudiera prepararlos dentro de La Picota.
Romero reveló un dato que no se conocía: que al padre de la hija mayor de Deyanira Gómez lo procesaron por homicidio, dijo él, como integrante de las Farc. Que él manejó dos expedientes contra el hombre en Neiva, que resultó condenado, pero aclaró: “No estuve hasta el final de los procesos”. Y dijo que a Gómez también le ayudó a tramitar solicitudes en pro de su seguridad, específicamente ante la Corte Suprema. “El magistrado que llevaba la investigación nos colaboró y le dieron la protección”, aseguró. Dijo que se trataba de José Luis Barceló, quien primero lideró las indagaciones contra Uribe, y que esas gestiones terminaron ayudándola a que consiguiera asilo en el exterior. “Eso fue lo que ella me dijo, más bien”.
La vez que Romero fue a hablar con Monsalve sobre su aspiración de someterse a la JEP fue el 22 de febrero de 2018. Los registros del Inpec muestran que ese día él ingresó a La Picota a las 2:07 p.m. para ver a Monsalve y que Diego Cadena, entonces abogado del expresidente Álvaro Uribe, hizo lo mismo a las 2:09 p.m. Su versión fue que él se sentó con Monsalve y empezó a hablar del tema JEP “y a esa mesa llegó Cadena y él opinó igualmente que no había manera de que entrara allá por el delito y las circunstancias de su caso. Dijo que le iba ayudar a Monsalve en lo que pudiera”. Sobre Cadena expresó: “Él llegó ese día, me saludó y se presentó”.
Las reuniones de Cadena con Monsalve el 21 y 22 de febrero de 2018 son claves para este expediente. Poco después de esos encuentros Monsalve envió una comunicación a la Corte Suprema asegurando que Cadena, en nombre del expresidente Uribe, lo estaba presionando para que se retractara de los señalamientos que había hecho contra el exmandatario. Romero se declaró “sorprendido” de ver a Cadena en la cárcel con Monsalve. “Creo que ellos se conocían de antes, no sé (…) No sé cómo se contactaron”, indicó. Y agregó: “Por lo menos ese día que estuve con él reunidos en La Picota no hubo ofrecimientos”.
Romero aseguró que Cadena se fue de la mesa, que él se quedó hablando “cinco minutos más” con Monsalve y que se fue. Dijo que supo después, por Deyanira Gómez: “Ella me comentó en varios momentos que le habían ofrecido plata, sacarlo de la cárcel (a Monsalve) para que colaborara en el proceso de Uribe. Ella se reunió con Cadena, pero desconozco qué se hablaron o dónde fue”. Se refería, probablemente, a la reunión que tanto Cadena como Gómez grabaron clandestinamente y que entregaron, cada uno por su lado, a la Corte Suprema de Justicia, la cual concluyó que la versión de Cadena estaba editada -lo que él niega-.
El propio Cadena le dijo a la Fiscalía que él se presentó con Monsalve como abogado del expresidente Álvaro Uribe. Romero, sin embargo, dijo que no recordaba algo así. Confirmó que de esa reunión solo hicieron parte él, Monsalve y Cadena. El fiscal del caso le mencionó un testimonio que el propio Romero dio en la Corte Suprema, en el cual él contó que se enteró luego de que Diego Cadena iba de parte de Uribe y que le advirtió a Monsalve de los riesgos de mentir: “La verdad es que eso fue hace mucho tiempo y no me acuerdo al respecto. Lo de la Corte fue hace dos o tres años. Si lo dije, pues en ese momento me acordaba, pero no me he acordado hoy”.
Romero contó que se enteró “como dos meses después” de que su reunión con Monsalve y Cadena la grabó el primero con un reloj especial, pero señaló que “allí no se grabó nada ilegal. Tampoco le pregunté por qué grabó y no reclamé, pues el que nada debe nada teme. Yo le entregué un reloj que la esposa le mandó, lo único que hice fue entregárselo, era un reloj común y corriente, yo no sabía que grababa. Me lo entregó el mismo día que yo iba para la Picota. Yo lo recogí en la oficina donde ella estaba trabajando. No sabría decirle si ellos ya habían planeado grabar la reunión”.
Sobre el reloj grabadora, era tan evidente que la Fiscalía no sabía de dónde había salido que entre las órdenes de trabajo que emitió el fiscal a cargo de este expediente, Gabriel Jaimes, figuran unos requerimientos al Inpec para tratar de establecer de dónde salió el dispositivo. Por último, Romero entregó un dato más : que se volvió a ver con Diego Cadena luego de ese encuentro en la Picota. “La segunda [vez que nos vimos] fue en Cali, un día que tenía una audiencia y ese día nos vimos en un hotel. Hablamos de un caso de una persona que iba ser extraditada y que quería que le llevara el proceso ante la Corte”.