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Desde el pasado sábado 18 de noviembre se vive una compleja situación de orden público en el municipio de Briceño (Antioquia). El alcalde Wilmar Moreno Monsalve en declaraciones a medios de comunicación ha comentado que hay una fuerte presencia de hombres armados pertenecientes al Clan del Golfo que tienen a aproximadamente 1.000 personas confinadas en la vereda Las Auras.
La situación ya deja una persona asesinada, Hugo Arley Muñoz Palacio, quien hacía parte del Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS). El alcalde pide la creación de un corredor humanitario para ingresar a la vereda y poder ayudar a la población.
Según información de inteligencia suministrada al alcalde del municipio, se le habría prohibido a los habitantes de la vereda movilizarse hasta el casco urbano a abastecerse de alimentos, actividad que suelen realizar el día domingo y posteriormente se le habría ordenado la detención de las actividades económicas, no podían continuar con la producción de leche que se realiza en la zona.
(En contexto:Asonada contra el Ejército en Briceño: disidencias instrumentalizarían civiles)
La Defensoría del Pueblo ya ha emitido una alerta temprana sobre la presencia del Clan del Golfo, evidenciando su posible expansión frente a una debilitada estatal en la zona. La situación preocupa a las autoridades, pues se les estaría obligando a permanecer incomunicados. Presuntamente, aquellos que fueron descubiertos tratando de contactar a sus familiares fueron amarrados, “Secuestradas en su propio corregimiento” así lo definió el alcalde.
Hasta el momento solo se pudo acceder a la vereda para la recuperación del cuerpo de Hugo Arley Muñoz Palacio, quien según la Fundación Sumapaz es el líder número 146 en ser asesinado en el país. Muñoz también hacía parte de la Junta de Acción Comunal de Las Auras.
(En contexto: Disidencias habrían usado menores de edad como escudo en Briceño, Antioquia)
El pasado 7 de noviembre se había presentado una asonada en contra del Ejército Nacional en el municipio, más de 80 personas habrían presionado a los militares para que dejaran el territorio. Presuntamente, la población civil habría sido instrumentalizada por la estructura 36 de las disidencias de las Farc.
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