Clan del Golfo vs. los Costeños, el mayor reto de seguridad en Barranquilla
El nuevo comandante de la Policía en la capital del departamento, Barranquilla, se enfrenta a una difícil situación a raíz del enfrentamiento entre estos grupos al margen de la ley, que se disputan el narcotráfico y otras rentas ilegales. El Espectador le explica la dinámica de esta confrontación que se produce en medio de cerca de dos millones de habitantes de esta región del país.
El nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el brigadier general Diego Rosero, afronta uno de los retos más complejos que ha vivido la capital del departamento en los últimos años: el enfrentamiento entre el grupo criminal Los Costeños (antiguos miembros del bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc) y el Grupo Armado Organizado el Clan del Golfo, este último liderado por alias Otoniel, el hombre más buscado por las autoridades colombianas. Aunque entidades como la Defensoría del Pueblo ya alertaban sobre la presencia del Clan del Golfo desde 2016 en Barranquilla, solo hasta 2019 la Fuerza Pública empezó a reconocer su gran influencia en el área metropolitana de Barranquilla.
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El nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el brigadier general Diego Rosero, afronta uno de los retos más complejos que ha vivido la capital del departamento en los últimos años: el enfrentamiento entre el grupo criminal Los Costeños (antiguos miembros del bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc) y el Grupo Armado Organizado el Clan del Golfo, este último liderado por alias Otoniel, el hombre más buscado por las autoridades colombianas. Aunque entidades como la Defensoría del Pueblo ya alertaban sobre la presencia del Clan del Golfo desde 2016 en Barranquilla, solo hasta 2019 la Fuerza Pública empezó a reconocer su gran influencia en el área metropolitana de Barranquilla.
La violenta confrontación se ha hecho más visible ante las autoridades locales a raíz del aumento de las cifras de homicidios que se vienen perpetrando en lo que va de 2021. Según datos de la propio Policía, Entre enero y julio de este año se registraron 192 homicidios en la ciudad, 26 más que en el mismo periodo de 2020. Un hecho que tendría que ver con el reacomodo de ambas organizaciones, luego de que algunos de sus líderes fueran capturados por las autoridades y el ajuste de cuentas, hechos que han generado terror en varios sectores del área metropolitana de Barranquilla.
La alerta de la defensoría
De acuerdo con una alerta temprana de la Defensoría de agosto de 2020, en Barranquilla, Soledad, Galapa, Malambo y Puerto Colombia hacen presencia un cúmulo de estructuras delincuenciales que incluyen grupos armados nacidos de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia como los son las autodenominadas Agc o Clan del Golfo y los Costeños. Pero además de estos dos peligrosos grupos criminales, hacen presencia estructuras criminales provenientes de Venezuela y que mantienen presencia en ambos países, conocidas comúnmente como pranes. En Barranquilla, por ejemplo, la más conocida son Los Meleán, quienes hacen presencia en Bogotá y Maracaibo.
“Estas organizaciones han impuesto una serie de mecanismos violentos de control social y territorial que generan zozobra y terror en la población que reside en vastos sectores urbanos bajo su influencia. En este sentido, los hechos violentos identificados son expresiones de una estrategia de control territorial que busca garantizar el monopolio de las economías ilegales del narcotráfico, las extorsiones, la trata de personas, entre otras actividades ilícitas y que en su conjunto configura un preocupante escenario de riesgo para el ejercicio y garantía de los derechos fundamentales de la población civil que se encuentra expuesta”, dice la alerta temprana de la Defensoría.
Una zona estratégica
La ubicación geográfica de la zona metropolitana de Barranquilla, que está integrada por la desembocadura del río Magdalena y la costa del mar Caribe (por el municipio de Puerto Colombia), la convierte en una región clave para las exportaciones de mercancías. Esta geografía porteña es aprovechada por los grupos armados para fortalecer sus actividades de narcotráfico con puertos clandestinos controlados principalmente por el Clan del Golfo. Además, Barranquilla es una de las ciudades que conecta con Bogotá y otras ciudades importantes del centro del país.
“Barranquilla se convierte en una ventaja geoestratégica para los grupos armados ilegales al consolidar su accionar en el nivel regional haciendo de Barranquilla un lugar de aprovisionamiento logístico y militar, de coordinación política y estratégica e incluso de establecimiento de acuerdos con organizaciones criminales de carácter internacional, como es el caso de los carteles mexicanos, especialmente el cartel de Sinaloa”, ha mencionado el sistema de alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo.
Por ello, a pesar que su accionar se despliega en toda el área metropolitana, se han concentrado de manera particular en las zonas costeras, sobre todo en el corredor de la Vía 40, Las Flores y el municipio de Puerto Colombia, por sus puertos clandestinos y su localización intermedia entre los puertos de Barranquilla y Cartagena. Durante 2019 y 2020, el Clan del Golfo, consolidó su poder violentamente Esta consolidación se ve reflejada en el ascenso precipitado de los homicidios en un primer momento, cuando pasaron de 11 en 2018 a 16 en 2019, y un retorno a la calma en el primer semestre del 2020, cuando bajaron a solamente cuatro.
El interés de Otoniel en Barranquilla es tal que a cargo de sus negocios en Barranquilla estaba alias Mortero, un antiguo paramilitar del Bloque Elmer Cárdenas que fue capturado en enero de 2021. De acuerdo con las autoridades, tenía a su cargo cerca de 300 hombres para asegurar el proceso de expansión, asentamiento y consolidación criminal de los componentes armados en el departamento del Atlántico, mediante la ejecución de homicidios selectivos en contra de víctimas de extorsión, atentados contra la fuerza pública y contra los Costeños y Los Pachencas.
Esta captura, más los asesinatos del viejo capo Libardo Parra González, alias el Guajiro (febrero de 2021), el de el exparamilitar alias Mapaná (febrero de 2021), el de el exparamilitar del bloque Norte Javier Enrique Insignares Toro, alias JJ (junio de 2021) y otros homicidios en La zona metropolitana de Barranquilla hacen parte de esta confrontación que hoy las autoridades analizan para entender las dinámicas del crimen organizado que hoy preocupa no solo a las autoridades locales, sino a nivel nacional.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.