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Yacsy Alexandra Álvarez Miraval es hoy protagonista del caso Operación Gedeón, señalada de financiar un intento de golpe de Estado contra Nicolás Maduro. En entrevista con este diario, explicó que nunca conoció información sobre la incursión militar del 3 de mayo de 2020. Además, aclaró el episodio sobre el video en el que mencionó al presidente Iván Duque y a Álvaro Uribe, a quienes dijo nunca haber visto. Recalcó que no puede revelar nombres de implicados en el caso de las armas decomisadas —que no llegaron en avión— por miedo a represalias contra su familia en Venezuela.
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¿Cómo llegó a Colombia?
Me ofrecieron trabajo en Barranquilla como gerente de marketing en Lubricantes Venoco, una empresa en la que había trabajado en Venezuela y había sido expropiada. Eso fue hace cuatro años. Me reuní con el presidente y dueño de la compañía, Franklin Durán, con Tomás Pogolli y con el entonces gerente de ventas, Jhony Borras. Era un proyecto bonito y volver con una marca con más de cuarenta años de experiencia.
¿Por qué salió de Venezuela?
Me fui del país en febrero de 2012, porque un mes antes me intentaron secuestrar. Salí por problemas de seguridad. A mi papá le robaron siete carros en un año. Por eso agarré maletas y acepté una beca para estudiar una maestría en Bilbao (España). Volví a Venezuela dos años después a visitar a mi familia, pero me residencié en España. Allá vivía en 2017 cuando me ofrecieron trabajo en Barranquilla.
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¿Cuál es su relación con Franklin Durán?
Lo conocí cuando trabajé en Venoco en Valencia. Cuando estuve en España no tuvimos relación. Volví a comunicarme con él cuando me ofreció el puesto y le dije que sí.
¿Cuándo conoció al general (r) Clíver Alcalá?
Al general Clíver Alcalá lo conocí hace dos años. Pero primero conocí a su esposa, Martha [Ojeda], porque llegó a Colombia en febrero de 2018 con su hija y una sobrina, escapando del régimen. A ella me la presentó Franklin Durán.
¿Por qué se la presentó?
Franklin Durán me dijo que le reservara una habitación y que estuviera atenta a lo que necesitara. No sabía quién era ella y empezamos una relación porque le ayudé a conseguir una torta para el cumpleaños de su hija. Después me contó que corría peligro en Venezuela porque la estaban persiguiendo junto a su esposo.
¿Y cuándo conoció Alcalá?
Un mes después, en marzo de 2018. Cuando lo vi no sabía que era militar. En las conversaciones me contó que era militar retirado, que estaba huyendo del régimen y empecé a escuchar sus historias.
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¿Qué contó Clíver Alcalá sobre su escape de Venezuela?
Simplemente supe que cruzó la frontera. Me imagino que lo apoyaron porque nadie pasa la frontera sin que pase algo y más si es perseguido político. No sé quién lo ayudó.
¿Qué le decía Franklin Durán de Clíver Alcalá?
Que era un buen amigo y que lo ayudara en todo lo que necesitara.
¿Franklin Durán asumió todos los costos de manutención de Alcalá y su familia?
No todos, solo las cosas que él aprobaba. Dudo que Alcalá sea un narcotraficante. Vivía económicamente apretado, contaba el dinero. A tal punto que Alcalá, viviendo en ese calor de Barranquilla, no prendía el aire acondicionado porque le llegaba caro el recibo de la luz.
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¿Cómo se volvieron tan cercanos?
Alguna vez, el venezolano Walid Makled, quien tenía un tema personal con Alcalá, anunció que lo iba a matar. En ese momento Martha Ojeda tuvo mucho miedo y les ofrecí mi casa para que no pudieran ser rastreados. Como yo me iba para España por un mes para mantener la residencia, tuvieron casa para ellos. Ahí afianzamos la relación.
¿En ese entonces Clíver Alcalá hablaba de la intención de realizar una invasión a Venezuela?
Nada. Solo trataban de sobrevivir y rehacer sus vidas.
¿Cómo terminó entonces usted vinculada a la Operación Gedeón, que lideró Clíver Alcalá?
Cuando me relacioné con ellos y con los muchachos [los militares que llegaron a La Guajira] no había ninguna operación. Nosotros rescatamos a un grupo de personas que, tras el concierto de ayuda en la frontera en febrero de 2019, no tenían dónde dormir ni qué comer. A ellos [desertores del Ejército venezolano] el Gobierno colombiano les dio hotel y alimentación durante un mes. De ahí salió la bendita frase de “pónganse del lado correcto de la historia”.
¿Qué pasó con los militares que llegaron de Venezuela?
Clíver Alcalá fue a ese concierto. Hizo unas declaraciones y se reunió con políticos y militares en Cúcuta. Alcalá me contó que le dijeron que se preparara porque estaban listos para entrar y tomar acciones, pero que finalmente eso no sucedió y los militares empezaron a llamarlo para decirle que no tenían dónde dormir ni qué comer.
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¿Y qué pasó después?
Después del concierto no hubo ningún plan del que yo estuviera al tanto, porque no hubo coordinación de nada. La gente quedó dispersa en Bogotá, Cúcuta, La Guajira, Barranquilla o Santa Marta. Nunca hubo un grupo armado al margen de la ley, como han querido decir. Cuando iba a la casa de Maicao, había diez muchachos que cocinaban, hacían ejercicio y veían películas.
Pero se sabe que sí existió una operación.
En junio de 2019 empezaron a llegar más muchachos a la casa de Maicao. Alcanzaron a ser sesenta personas. Y nuevamente comenzamos a ayudarlos con ropa, alimentos y medicina. No era mi dinero. Yo solo iba a esa casa los fines de semana.
¿Las personas que daban el dinero tuvieron problemas con el gobierno de Venezuela o estaban relacionados con Juan Guaidó?
A mí dinero nunca me dieron personalmente. Todo se manejaba a través de Pico [el teniente Rayder Alexander Russo] y de Clíver Alcalá. Sí supe que el diputado Hernán Alemán, quien murió de COVID-19, ayudó también a conseguir dinero. Pico fue uno de los primeros en llegar a la casa, pues Alcalá lo conoció en el concierto.
¿Usted conoció al diputado Alemán?
Lo conocí porque visitaba la casa en Maicao. Nunca me senté a hablar con él ni con políticos, ni supe de sus planes. Cuando empezaron a llegar exmilitares venezolanos, se encerraban en los cuartos a reunirse; yo nunca accedí a esos espacios.
¿Cuál fue relación con Jordan Goudreau?
Jordan llegó en junio de 2019, cuando empezaron a aparecer más militares como los primos Morantes, que nadie ha mencionado y también participaron el 30 de abril de 2019 en un levantamiento en Venezuela y en el rescate de Leopoldo López, con los Sequea. También llegó Robert Colina, alias Pantera.
¿Usted vio a Goudreau utilizar equipos militares?
No. En la casa de Maicao no hubo nada militar, ni un arma.
¿Por qué terminó entonces acusada de ser financista de la Operación Gedeón y traficar con armas?
Eso es ilógico. Si usted ve mis cuentas bancarias, estaba endeudada con mis tarjetas de crédito. Vivía con mi salario pagando crédito y ahorrando para mantener a mi mamá en Venezuela y a mi papá, que vende colchones en Estados Unidos. ¿De dónde voy a sacar dinero para mantener una operación de semejante envergadura?
Pero dicen que era la plata de Franklin Durán...
Si usted conociera a mi jefe sabría que es la persona más pichirri [tacaña] de esta vida. Yo manejaba sus finanzas.
Al manejar sus fianzas, ¿usted observó si Franklin Durán destinó recursos para la Operación Gedeón?
Él solo se reunía solo con Clíver Alcalá. Nunca entré a sus reuniones privadas. Por mis manos no pasó esa plata.
¿Por qué Franklin Durán prestó su avión para traer a Goudreau y, al parecer, también armas?
Es imposible que se trajeran armas. ¿Cómo, en un avión particular de un venezolano que supuestamente está vigilado por EE. UU., se van a meter esa cantidad de armas? ¿Cómo se va a lograr pasar la vigilancia de dos aeropuertos internacionales? Además, ese avión privado no aguantaba el peso de los pasajeros y las armas.
¿Cuántos viajes hizo con Jordan Goudreau?
Uno solo. El 15 de enero de 2019. Jordan, otros dos militares estadounidenses que cogieron en Venezuela, el piloto, el copiloto y yo.
¿Por qué Franklin Durán prestó el avión para recoger a los militares norteamericanos?
Lo prestó porque iba a recoger unas cosas que él mandó a comprar en Estados Unidos. No lo mandó exclusivamente para Goudreau, que lo utilizó esa vez. El resto de veces Goudreau usó vuelos comerciales.
¿Cuántas veces se vio con Jordan Goudreau?
La primera vez en la casa de Maicao. La segunda cuando llegó al aeropuerto de Riohacha con un señor y un camarógrafo. Yo fui a buscarlo al aeropuerto con uno de los Morantes. Y la tercera en enero, cuando viajamos en el avión. Lo volví a ver después en febrero.
¿Por qué le encomendaron a usted a Goudreau?
Porque no hablaba español y le serví de traductora.
¿Quién le dio la orden de atender a Goudreau?
Clíver Alcalá. Él me dijo que, como yo hablaba inglés, le ayudara a traducir lo que le decía.
¿En esos vuelos vio armas?
El FBI me hizo la misma pregunta a mediados del año pasado y les dije que no.
¿Por qué habló con el FBI?
Porque estaba indagando esa supuesta historia de que nosotros trajimos las armas en el avión.
¿Vio usted las armas que decomisaron las autoridades el 23 de marzo de 2020?
No las vi.
Pero hay un video suyo en el que usted aparece entregando unas maletas en las que la Policía luego encontró las armas...
Yo cargué los bolsos desde el cuarto al ascensor, y del ascensor al carro. Yo no sabía qué había en esas maletas.
¿Cómo llegaron esas maletas a su casa?
Está involucrada una persona a la que le tengo miedo y prefiero no mencionar. A mí me da terror hablar.
¿Qué persona es?
Me da terror porque esa persona es mala y está en Venezuela… El otro es Pantera (Robert Colina), a quien mataron en la operación de la que yo no tenía conocimiento. Las otras personas involucradas también están muertas.
¿Cómo entraron esas armas a su casa?
Yo solicité que vieran las cámaras de mi edificio para que vieran que no entré esos bolsos a mi casa, pero los videos se habían borrado. Los bolsos llegaron en diferentes tandas. En enero de 2020 fueron dos bolsos; después, en febrero, llegó el resto. Pantera fue uno de los que entregó los bolsos, que venían cerrados con tirillas de seguridad.
¿Dónde dejaron esos bolsos?
A mí me llamaban a decirme que iban a dejar unas maletas en mi casa y que las tenía que guardar. Les pregunté si era algo peligroso, porque iba a estar de viaje, y me dijeron que no. Mi puerta era de clave y la gente podía entrar a la casa cuando quisiera. Yo no tenía problema.
¿Quién le dijo que las tenía que guardar?
[Yacsy empieza a llorar]... No puedo decir los nombres, porque esas personas son peligrosas y tengo familia en Venezuela. [El Espectador conoció los nombres, pero por seguridad de la entrevistada se abstiene a publicarlos].
¿Usted estaba cuando entraron los bolsos a su casa?
Los dos primeros sí. Los llevó una persona y quedaron en un cuarto. Venían con sellos de seguridad y nunca supe qué había en su interior. El tercero lo entregó Pantera, también sellado, el día que llegaron los norteamericanos a Riohacha, el 18 de enero de 2020. El resto no sé, porque cualquiera con la clave podía entrar a mi casa.
¿Quiénes tenían las claves?
Pico tuvo clave. Los dos militares norteamericanos tenían clave. Alcalá la tenía. Todos los muchachos que pasaron por la casa, porque era la forma más fácil que ellos pudieran entrar y salir cuando yo los recibía y hospedaba. Yo no tengo que ver con la Operación Gedeón. No soy parte de eso ni sabía qué iba a ocurrir el 3 de mayo y no sé quién metió esas armas a Colombia. Muchos de los que sabían murieron torturados cuando intentaron entrar a Venezuela.
¿Qué pasó con las maletas antes del 23 de marzo de 2020?
Mi apartamento quedó solo entre enero y febrero, porque me fui a Estados Unidos, volví por tres días, y luego me fui a España. Volví justo el día antes de que decretaran la cuarentena por la pandemia. Los primeros días de marzo, ahí seguían las maletas.
¿Esas cinco maletas fueron las que le entregó al conductor el 23 de marzo de 2020?
Las personas que no voy a mencionar nos dijeron a Clíver Alcalá y a mí que debíamos llevar esas maletas el 23 de marzo. Eran muy insistentes y hasta sospechosos. En un principio se cargaron en el carro de Clíver, pero como era tarde e iba arrancar el toque de queda nacional, decidimos que no. Se consiguió un conductor, que pasó las maletas del carro de Alcalá a la camioneta.
¿Por qué le dijo al conductor que ofreciera $3 millones para solucionar el problema?
Alcalá me dijo que hiciera eso, porque él empezó a hablar con la gente de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI). Siempre supe que ellos estuvieron en contacto con la DNI. Hasta tuvieron reuniones en Bogotá. Yo ese día entré en crisis, me puse a llorar y casi salgo corriendo a donde el conductor. Me tuvieron que dar unas pastas para tranquilizarme, porque no entendía lo que estaba pasando.
¿Qué pasó con usted después de que incautaron las maletas y Clíver Alcalá se entregó a EE. UU. tras ser pedido en extradición por narcotráfico?
Cuando se iban a entregar, Martha me dijo que la persona que me iba a cuidar era Franklin. El día que pasó lo de las armas Alcalá le dijo a la DNI que yo estaba con él. Por eso quedé tranquila. Luego llamaron a Alcalá a decirle que los Pelusos y los Rastrojos lo estaban buscando para matarlo y Clíver me dijo que me fuera, que me escondiera y no hablara con nadie, que me estaban buscando del FAES (Fuerzas de Acciones Especiales venezolanas) para llevarme a Venezuela, pues había una recompensa por mí. Ahí entré en pánico.
¿Cómo fueron sus contactos con la DNI?
Franklin me dio la instrucción de que me escondiera del FAES. Yo corté comunicaciones con mi mamá, que estaba en Venezuela, aunque la interrogaron. Yo pensaba que la habían matado. Luego fueron por la familia de Martha Ojeda, a quien le preguntaban dónde estaba yo escondida. Después me metieron presa. ¿Si el DNI no tenía que esconder nada, porque desaparecieron cuando me capturaron?
¿Le consta que la DNI estaba al tanto de la Operación Gedeón?
Según lo que me dijo Clíver Alcalá, sí.
Se conoció un video en el que usted testifica sobre una reunión en el Hotel JW Marriott de Bogotá entre quienes serían las cabezas de la Operación Gedeón para dar el golpe de Estado. Sobre ese encuentro, usted dijo que el presidente Iván Duque y Álvaro Uribe prometieron pistas de aterrizaje, un lugar de entrenamiento y cruzar libremente la frontera. ¿Usted estuvo en ese encuentro?
Esa información me la dio Jordan Goudreau después del 3 de mayo de 2020, cuando el FAES me estaba persiguiendo. Me dijo que era para cuidarme y pedir protección. Comencé a grabar videos y a hablar con el FBI. Esos videos se enviaron a Estados Unidos y a la gente de Colombia. Hice estos videos para protegerme y pedir asilo. Hay otros videos que, en cambio, no les conviene sacar. Hablé también, por ejemplo, sobre una reunión que me contó Clíver Alcalá que tuvo con el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
¿Pero a usted le consta lo que se habló en la reunión del Marriott sobre el presidente Duque y Uribe, como lo dijo en un video?
No, eso me lo dijo Goudreau. Yo no estuve presente en esa reunión. Hice estos videos para protegerme, porque mucha gente conoció del tema y ahora nadie dice nada.
¿Vio a Duque o a Uribe en una reunión o supo de algún ofrecimiento para ayudar para realizar una incursión a Venezuela?
Definitivamente no.