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Kevin Calderón, Yorwil Quintero, Sebastian Giraldo y Sara Zuluaga son ciudadanos libres. Así lo decretó el juez Hernán de Jesús Ospina, a cargo del Juzgado 27 Penal Municipal de Medellín, en la tarde del 3 de mayo. Durante el fin de semana estuvieron capturados, en situación de hacinamiento y con serios golpes en su cuerpo, luego de que el mismo juez ordenara su detención preventiva, tras ser denunciados penalmente el pasado 28 de abril por dos policías en Medellín.
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Todo indicaba que los cuatro capturados pasarían los próximos días privados de la libertad, luego de manifestarse en el Paro Nacional 28A contra la fallida reforma tributaria del Gobierno Duque. Mientras policías como Pedro Manuel Álvarez aseguraron, en denuncia ante la Fiscalía, que los cuatro le lanzaron botellas y piedras y le pegaron en la boca, los cuatro han sostenido que fueron identificados falsamente como vándalos y, tras del hecho, golpeados sin razón.
La historia comenzó el pasado 28 de abril, a eso de las 5:30 de la tarde, en plena vía pública de El Poblado en Medellín. De acuerdo con el patrullero Jeison José Gutiérrez, en entrevista con Fiscalía en la URI Centro de la capital de Antioquia, alrededor de 40 policías fueron delegados al parque de El Poblado, dado que había una multitud de personas que estaban vandalizando un banco local. Gutiérrez asegura haberle dicho a su superior que el grupo no tenía elementos de protección como cascos o escudos.
“En ese momento, la multitud llega a la avenida el poblado y se distribuyen en dirección al sur y al norte y nos rodean, quedando nosotros en el medio de todos y empiezan a lanzarnos toda clase de elementos contundentes, como piedras, botellas, palos. Yo iba adelante con otro compañero y en esas veo que un sujeto ‘manifestante’ que se acerca a una compañera con el fin de agredirla con una piedra, yo logro acercarme y con el elemento de defensa personal ‘tonfa o bastón’ pude golpearlo en un brazo. Este sujeto suelta la piedra, pero a mí se me cae la tonfa, cuando me agacho a recogerlo soy impactado en la cabeza por una piedra”, denunció Gutiérrez. Agregó que lo golpearon en el suelo.
Luego de eso, el patrullero denuncia que lo llevaron a un hospital. El uniformado Pedro Manuel Álvarez, por su parte, también indicó que los manifestantes, en pleno parque de El Poblado, le lanzaron botellas y piedras. Recordó ver a un “sujeto” de piel trigueña y de cabello negro, de contextura delgada y que medía aproximadamente 1,70 metros. También recordó que esa persona tenía una chaqueta de sudadera negra, un jean oscuro y tenis de color negro con blando. Denunció igualmente la presencia de una “fémina”, delgada y de blusa negra.
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“Cuatro sujetos nos comienzan a golpear y muchas personas más dándonos patadas, puños, además lanzándonos piedras y botellas, en ese momento siento que me dan un fuerte golpe en mi rostro con una piedra en la boca y luego de esto siento un fuerte puño en mi boca de igual manera. En ese momento algunos compañeros detienen a estos sujetos y me sacan del sitio y de igual manera evidencio que golpean a un compañero en la cabeza, el cual se llama Jeison José Gutiérrez”, agregó el uniformado Álvarez.
Sin embargo, las versiones de los cuatro capturados, quienes estaban en una esquina bajo la lluvia al momento de la detención, es tan opuesta como el día y la noche. Lo primero que se conoció fue el video publicado en Instagram de Sara Zuluaga, reproducido casi 150.000 veces. La joven mujer denunció que los tuvieron “represados” y que los policías “no tenían prueba” para detenerlos. “Estaba en la marcha y una de las policías, yo no estaba haciendo nada, no estaba tirando piedra, me pegó con un bolillo en la cabeza”, explicó el pasado 28 de abril.
En diálogo con El Espectador, Yorwil Enrique Quintero, oriundo de Cúcuta y radicado en Medellín, aseguró que los policías mintieron. “Mi primo (Kevin Jesús Calderón) me dijo que fuéramos pa´ la marcha. Entonces salimos en la moto mía, nos dirigimos hacia el centro de El Poblado. Por la calle 43 con 9° dejamos la moto, la dejamos ahí al frente del banco y ahí mismo salimos a pie y como no podíamos dejar los cascos, porque se los robaban, los cargamos. Estábamos ahí viendo la marcha, porque transcurría en buenos términos. Llegamos a una esquina y ahí permanecimos. Estando ahí comenzamos a ver que empezaron los disturbios, empezó la gente a partir los semáforos”, dijo.
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Luego, siguió Quintero con su versión, su primo Kevin Jesús Calderón le dijo que se pusieran los cascos, pues “estaban voleando piedra de lado y lado”. “Estando con los cascos puestos llegó un policía que se llama Pedro Álvarez corriendo, nos señaló y nos vino a dar. Arremetió contra nosotros. Le quitaron el casco y lo golpearon. A mí también me quitaron el casco y me agarraron. Nos llevaron ante una esquina y nos golpearon. Ahí llevaron a una muchacha, una monita, y a un chamo que estaba grabando. Se demoraron casi una hora para que nos llevaran en un carro”, agregó Quintero.
Así lo denuncia Kevin Jesús Calderón, quien asegura haber llegado hace tres años a Medellín por las escasas condiciones económicas en Cúcuta. “No recuerdo quien le pegó a Sara, pero sí sé quién me quitó el casco y me partió la cabeza con un palo: Pedro Álvarez. Él me pega con un palo de escoba, me rompe la cabeza. Él fue el que me señaló antes de que llegaran los otros policías. Nosotros no estábamos escapándonos. Nosotros estábamos en la esquina anterior bajo una carpa, pero cerca cayó una bomba de gas lacrimógeno y ahí nos esparcimos. Nosotros nos parqueamos ahí, pero preciso nos hicimos del lado de dónde venía el Esmad”, dijo.
Luego, los Policías que los señalaron de atacar a la Fuerza Pública los retuvieron durante una hora en la misma esquina donde los redujeron. Los llevaron a un hospital, donde todos como mínimo se llevaron 3 días de incapacidad, por contusiones en el rostro, cabeza, tórax y manos. “Ya después que nos metieron a la URI, había como 45 en un cuartico de 5x5. Nos tocaba acostarnos prácticamente uno encima del otro y casi ni respirar. No tenían tapabocas. No había protocolos de bioseguridad. Duramos dos días. Después nos llevan a La Candelaria (estación de Policía), allá es casi lo mismo. Hay muchísimos presos y nada de protección de tapabocas”.
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El juez 27 penal municipal de Medellín se hizo cargo de ellos. El pasado jueves 29 de abril, el togado legalizó las cuatro capturas y escuchó los argumentos de la Fiscalía en la imputación de cargos. Uno de los abogados, Mauricio Urquijo, asegura que se trató de una decisión contra todo pronóstico. “Nos opusimos a la flagrancia porque no había una individualización concreta del acto de cada uno. Porque no dijo si alguien tiró una piedra o insultó, nada. Simplemente dijo que es que estaban dentro de la turba que agredía a la Policía. Eso no da para una afectación a la libertad, no hay precisión”, señaló el defensor.
El juez Hernán de Jesús Ospina legalizó sus capturas a las 3:00 a.m. del pasado viernes y ese mismo día, en la tarde, inició con la audiencia de imputación. Durante el proceso, el juez explicó que “está claro que eran muchas las personas, que no se iban a dejar capturar voluntariamente y está claro que los agentes tenían que reaccionar para evitar que fueran golpeados, maltratados, que acabaran con ellos”.
Hay jueces que dicen que no importa si la fuerza es desmedida. Por eso no es de extrañarse que dirigentes políticos digan cosas peores. pic.twitter.com/YEJmpNQbjX
— Mauricio Urquijo (@LuisUrquijo) April 30, 2021
Los abogados Mauricio Urquijo y Santiago Trespalacios, en compañía de abogados de la Corporación Jurídica Libertad, apelaron la imputación del juez Ospina, la cual quedó para sustentación para el pasado lunes 3 de mayo. Durante ese fin de semana, en el cual los cuatro capturados estuvieron detenidos, llegaron a un video difundido en redes sociales, en el cual se ve cómo a Sara Zuluaga la golpea una policía, apenas la ve, y cómo a los primos Enrique Quintero y Jesús Calderón les quitan sus cascos, les pegan en la cabeza y son reducidos por miembros del Esmad.
Hoy obtuvimos el vídeo que le da la razón a los jóvenes, aparecen tres de ellos siendo agredidos por la policía y no dentro de una turba asesina. La fiscalía no aportó video de los hechos pese a la cantidad de cámara en el sector. Juzguen ustedes: pic.twitter.com/eqcD2nfuh7
— Mauricio Urquijo (@LuisUrquijo) May 1, 2021
Con ese material probatorio, los abogados de los capturados solicitaron al juez Ospina revocar la medida de aseguramiento en centro carcelario, pues no había tal cosa como una “multitud”, como lo denunciaron los policías. “El juez dijo que les pudieron tirar piedras antes, pero concede que no estaban dentro de una turba y en posición de acribillar a los policías, como ellos lo indican en el informe. Entonces, de alguna manera dice que, al no ser tan grave, accede a que se modifique la medida de aseguramiento ya no por privación de la libertad, si no por imposición de observar buena conducta y prohibición de concurrir a manifestaciones”, agregó Urquijo.
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Así, los cuatro ciudadanos quedaron libres, pero no podrán participar en marchas mientras el juez resuelve otro recurso de apelación. Además, los manifestantes quedaron vinculados a una investigación por presunto vandalismo y ataque contra funcionario público, que aseguran nunca pasó. Sin embargo, Kevin Jesús Calderón no guarda rencores: “Hay un policía de apellido Orozco, creo, que nos custodió una noche. Yo hablé con él. Persona que la verdad me hizo entender varias cosas y creo que tienen la razón. Muchas veces ellos terminan en situaciones que los ponen mal contra la gente, tienen que seguir unos protocolos. Eso es contradictorio para ellos, a veces”.
El abogado Rubén Darío Acosta, director del Centro de Estudios Socio Jurídicos Latinoamericanos, agregó que se propuso ayudar personas durante las manifestaciones y que también hay policías que han respondido pacíficamente. Aseguró que su bandeja de mensajes está lista para recibir a miembros de la Fuerza Pública que se quieran insubordinar a las posibles ordenes por atacar a la población: “Hay policías buenos, la institución tiene que rechazar esos actos violentos. He recibido mensajes al interior, de personas diciendo que un primo o su papá están en la Policía o Ejército, y que no quieren participar en patrullajes”.
También ofrezco mis servicios profesionales gratuitos a policías y militares que se insubordinen frente a la orden de disparar, torturar o agredir a ciudadanos que ejerzan su derecho a la protesta.
— Rubén Darío Acosta O (@RubenDAcostaO) May 2, 2021