Condenan a 25 de cárcel a Viktor Bout, "el mercader de la muerte"
Un juez de Nueva York lo halló responsable del delito de tráfico de armas a grupos como las Farc y el Talibán de Afganistán, entre otros.
El Espectador
Es posible que Viktor Bout pase el resto de sus días en la cárcel. El juez que lo condenó en Nueva York por ser uno de los más grandes traficantes de armas de los tiempos recientes consideró que su pena sea de 25 años en prisión.
Formó parte de la fuerza aérea de la Unión Soviética, de la KGB (la agancia de inteligencia rusa) y con la disolución se convirtió en un próspero empresario de la aviación. Adquirió una flota de aeronaves de carga para transportar maquinaria y alimentos que, según los informes de Washington, era la máscara perfecta para ocultar durante dos décadas la verdadera esencia de su negocio: el tráfico de armas.
Según los informes de inteligencia de la DEA, radicado en los Emiratos Árabes Unidos, Buot vendió 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). También hizo negocios con el régimen Talibán que gobernaba en Afganistán, los rebeldes de Angola, Ruanda y Uganda, y vendió armas a Charles Taylor, expresidente de Liberia acusado de crímenes contra la humanidad por su apoyo a las milicias de Sierra Leona.
El tráfico de armas le dejó a Bout ingresos cercanos a US$ 6.000 millones y lo puso en la mira de Estados Unidos. En 2008, agentes encubiertos de la DEA, quienes se hicieron pasar por posibles clientes, dieron con su detención en un lujoso hotel de Bangkok (Tailandia). Entonces comenzó una disputa legal y diplomática: en poder de la justicia Tailandesa, desde Washington se comenzó a pedir su extradición mientras que Rusia alegaba que el acusado era un empresario inocente y trabajador.
Sin embargo, el interés que Moscú mostraba en el caso fue explicado por analistas, que en su momento afirmaban que Bout tenía valiosa información de inteligencia, una razón fuerte para evitar su comparecencia en los tribunales estadounidenses. Incluso, Sergei Markov, legislador ruso y miembro del Partido Rusia Unida, al que pertenece el primer ministro Vladimir Putin, llegó a afirmar que el único objetivo de la extradición era “ extraerle información".
Finalmente la disputa legal se dirimió a favor de Washington y el 16 de noviembre de 2010, Viktor Bout fue trasladado a Nueva York para iniciar un proceso en su contra.
Es posible que Viktor Bout pase el resto de sus días en la cárcel. El juez que lo condenó en Nueva York por ser uno de los más grandes traficantes de armas de los tiempos recientes consideró que su pena sea de 25 años en prisión.
Formó parte de la fuerza aérea de la Unión Soviética, de la KGB (la agancia de inteligencia rusa) y con la disolución se convirtió en un próspero empresario de la aviación. Adquirió una flota de aeronaves de carga para transportar maquinaria y alimentos que, según los informes de Washington, era la máscara perfecta para ocultar durante dos décadas la verdadera esencia de su negocio: el tráfico de armas.
Según los informes de inteligencia de la DEA, radicado en los Emiratos Árabes Unidos, Buot vendió 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). También hizo negocios con el régimen Talibán que gobernaba en Afganistán, los rebeldes de Angola, Ruanda y Uganda, y vendió armas a Charles Taylor, expresidente de Liberia acusado de crímenes contra la humanidad por su apoyo a las milicias de Sierra Leona.
El tráfico de armas le dejó a Bout ingresos cercanos a US$ 6.000 millones y lo puso en la mira de Estados Unidos. En 2008, agentes encubiertos de la DEA, quienes se hicieron pasar por posibles clientes, dieron con su detención en un lujoso hotel de Bangkok (Tailandia). Entonces comenzó una disputa legal y diplomática: en poder de la justicia Tailandesa, desde Washington se comenzó a pedir su extradición mientras que Rusia alegaba que el acusado era un empresario inocente y trabajador.
Sin embargo, el interés que Moscú mostraba en el caso fue explicado por analistas, que en su momento afirmaban que Bout tenía valiosa información de inteligencia, una razón fuerte para evitar su comparecencia en los tribunales estadounidenses. Incluso, Sergei Markov, legislador ruso y miembro del Partido Rusia Unida, al que pertenece el primer ministro Vladimir Putin, llegó a afirmar que el único objetivo de la extradición era “ extraerle información".
Finalmente la disputa legal se dirimió a favor de Washington y el 16 de noviembre de 2010, Viktor Bout fue trasladado a Nueva York para iniciar un proceso en su contra.