Corte Constitucional protege a Helena Herrán, la mujer trans que logró su pensión
La alta corte consideró que Colpensiones violó los derechos fundamentales de Herrán, una mujer trans a quien no la habían dejado pensionarse por no cumplir la edad del sexo masculino. Fue protegida ante la discriminación laboral y marginación social que adujo vía tutela.
En septiembre de 2020, el Tribunal Superior de Bogotá le reconoció la pensión de vejez a Helena Herrán, una mujer trans que ha superado distintos obstáculos judiciales, administrativos y sociales desde que tomó la decisión más crucial de su vida. Lo logró tras interponer una tutela contra Colpensiones, la cual buscó otorgarle su jubilación a la edad de los hombres, cuando ella tenía todos los papeles en regla como mujer trans. La Corte Constitucional acaba de confirmar la protección de sus derechos.
En contexto: La historia de lucha de Helena Herrán, la mujer trans que obtuvo su pensión como tal
“Es la conclusión de la lucha mía con Colpensiones. El fallo me hace muy feliz porque desde un inicio siempre argumenté que era lo que tenían que reconocerme. La ley dice claramente que yo cumplía las condiciones como mujer transexual. Me estaban discriminando por todo lado. Es un mensaje maravilloso para la comunidad transgénero, porque podrán acceder a la protección económica de su vejez”, le dijo Herrán a El Espectador.
Helena Herrán responde el celular desde un pueblo de Cundinamarca, a donde emigró tras la soledad que le dejó el inicio y el desarrollo de la pandemia por COVID-19. Está dichosa por el reciente fallo de la Corte Constitucional, pues protegió sus derechos a la dignidad humana, identidad de género, libre desarrollo de la personalidad, igualdad y seguridad social. Seguirá gozando de su pensión de vejez. Además, la Corte pidió a Copensiones abstenerse de “incurrir en actos discriminatorios y a resaltar la importancia constitucional del respeto por la identidad de género”.
Antecedentes: Colpensiones no demandará a Helena Herrán y le pagará su pensión como mujer
“Es una cosa muy bonita y me sirve para seguir solicitando mis derechos. Me deben unas mesadas atrasadas que debían habérmelas reconocido en el momento de pago de la pensión. En este país para vivir bien uno necesita más de dos salarios mínimos, porque el costo de vida es muy alto. Yo sigo trabajando, me ayudo para salir de tantas obligaciones que tengo”, dice Herrán. Es contadora pública y sus clientes son viejos amigos quienes confían en sus cuentas.
Todo empezó en 2008, cuando Herrán fue por primera vez a una oficina de Colpensiones. Estaba preocupada porque en el sistema solo le aparecían tres años de cotización, cuando ella empezó a trabajar incluso antes de salir del colegio. Le dijeron que su historia laboral no estaba unificada por cambios en el sistema. Luego del trámite, Helena Herrán preguntó sobre el proceso para gozar de su pensión de vejez, pero en aquella oficina le respondieron que debía esperar a los 60 años, que entonces era la edad de jubilación para los hombres.
Lea también: Mujer trans gana pulso para que le permitan pensionarse a la edad de las mujeres
Esa respuesta despertó una preocupación profunda en la mujer, que ya había hecho el tránsito de sexo, en 2004, y también a través de escritura pública había cambiado su nombre a Helena Herrán Vargas. ¿Era un hombre ante los ojos de la ley, y, por tanto, debía jubilarse con 60 años? Por mucho tiempo creyó moverse en terreno pantanoso, hasta que se expidió un decreto clave en materia de derechos de la comunidad LGBTI. En 2015, el Ministerio de Justicia y Derecho ordenó que cualquier persona estaba en derecho de cambiar el componente de sexo del registro civil. Se sintió cobijada por la ley.
“Ella primero cambia su nombre a Helena Herrán en 2007, en la Notaria 14 de Bogotá. Luego se genera el decreto 1227 de 2015, donde se incluyen los trámites correspondientes para hacer el cambio del componente sexo del registro civil y por ende en la cédula de ciudadanía. Ella lo hizo el 25 de octubre de 2016″, le dijo a este diario su abogada Pilar Astrid Lizarazo, el año pasado, asesora de las áreas de derecho laboral y público del consultorio jurídico del Politécnico Grancolombiano.
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Con todos los papeles en regla, 60 años en su espalda y casi 2.000 semanas cotizadas, el 11 de julio de 2018 Herrán regresó a aquella oficina de Colpensiones, creyendo que volvería a su casa con buenas noticias. Todo lo contrario, de nuevo le respondieron que debía esperar a los 62 años, porque esa “era la edad de jubilación de los hombres”. Con ayuda de Lizarazo, Herrán presentó una tutela y el Juzgado 45 Civil de Circuito falló a su favor. No obstante, Colpensiones presentó un recurso y el caso llegó a segunda instancia. Allí, el Tribunal Superior de Bogotá falló de nuevo a favor de Herrán. El expediente llegó a Corte Constitucional y todo fue luz verde para la mujer.
“Consideró (la Corte) que las mujeres trans y las mujeres cisgénero (que se reconocen con su fenotipo sexual de nacimiento) son sujetos comparables para efectos pensiónales y, por lo tanto, la señora Herrán Vargas tenía derecho a pensionarse a la edad prevista en ley para las ‘mujeres’. La Sala resaltó que, de acuerdo con estudios estadísticos, las mujeres trans se enfrentan a las más severas formas de discriminación laboral y marginación derivadas de las arraigadas normas de género imperantes, las cuales crean obstáculos que de facto les dificultan significativamente cumplir con los requisitos que exige la ley para acceder a la pensión de vejez”, agregó la defensa de Herrán.
Lea: “El estimado de vida de las personas trans es de 27 años”: Andra Hernández, fundación GAAT
Entre otras cosas, la Corte consideró que este caso llevaría a pensar que, de otra forma, hombres podrían de forma inescrupulosa manejar el marcador de sexo en el documento de identidad, con el objetivo de acceder de forma anticipada a la pensión de vejez. Por tanto, la Corte pidió a Colpensiones y a los fondos privados crear medidas contra posibles fraudes en el sistema pensional. Entre tanto, Helena Herrán seguirá trabajando en el pueblo donde se mudó, donde siente una calma distinta a lo que vivió por décadas en Bogotá. No para de mencionar que está feliz.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
En septiembre de 2020, el Tribunal Superior de Bogotá le reconoció la pensión de vejez a Helena Herrán, una mujer trans que ha superado distintos obstáculos judiciales, administrativos y sociales desde que tomó la decisión más crucial de su vida. Lo logró tras interponer una tutela contra Colpensiones, la cual buscó otorgarle su jubilación a la edad de los hombres, cuando ella tenía todos los papeles en regla como mujer trans. La Corte Constitucional acaba de confirmar la protección de sus derechos.
En contexto: La historia de lucha de Helena Herrán, la mujer trans que obtuvo su pensión como tal
“Es la conclusión de la lucha mía con Colpensiones. El fallo me hace muy feliz porque desde un inicio siempre argumenté que era lo que tenían que reconocerme. La ley dice claramente que yo cumplía las condiciones como mujer transexual. Me estaban discriminando por todo lado. Es un mensaje maravilloso para la comunidad transgénero, porque podrán acceder a la protección económica de su vejez”, le dijo Herrán a El Espectador.
Helena Herrán responde el celular desde un pueblo de Cundinamarca, a donde emigró tras la soledad que le dejó el inicio y el desarrollo de la pandemia por COVID-19. Está dichosa por el reciente fallo de la Corte Constitucional, pues protegió sus derechos a la dignidad humana, identidad de género, libre desarrollo de la personalidad, igualdad y seguridad social. Seguirá gozando de su pensión de vejez. Además, la Corte pidió a Copensiones abstenerse de “incurrir en actos discriminatorios y a resaltar la importancia constitucional del respeto por la identidad de género”.
Antecedentes: Colpensiones no demandará a Helena Herrán y le pagará su pensión como mujer
“Es una cosa muy bonita y me sirve para seguir solicitando mis derechos. Me deben unas mesadas atrasadas que debían habérmelas reconocido en el momento de pago de la pensión. En este país para vivir bien uno necesita más de dos salarios mínimos, porque el costo de vida es muy alto. Yo sigo trabajando, me ayudo para salir de tantas obligaciones que tengo”, dice Herrán. Es contadora pública y sus clientes son viejos amigos quienes confían en sus cuentas.
Todo empezó en 2008, cuando Herrán fue por primera vez a una oficina de Colpensiones. Estaba preocupada porque en el sistema solo le aparecían tres años de cotización, cuando ella empezó a trabajar incluso antes de salir del colegio. Le dijeron que su historia laboral no estaba unificada por cambios en el sistema. Luego del trámite, Helena Herrán preguntó sobre el proceso para gozar de su pensión de vejez, pero en aquella oficina le respondieron que debía esperar a los 60 años, que entonces era la edad de jubilación para los hombres.
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Esa respuesta despertó una preocupación profunda en la mujer, que ya había hecho el tránsito de sexo, en 2004, y también a través de escritura pública había cambiado su nombre a Helena Herrán Vargas. ¿Era un hombre ante los ojos de la ley, y, por tanto, debía jubilarse con 60 años? Por mucho tiempo creyó moverse en terreno pantanoso, hasta que se expidió un decreto clave en materia de derechos de la comunidad LGBTI. En 2015, el Ministerio de Justicia y Derecho ordenó que cualquier persona estaba en derecho de cambiar el componente de sexo del registro civil. Se sintió cobijada por la ley.
“Ella primero cambia su nombre a Helena Herrán en 2007, en la Notaria 14 de Bogotá. Luego se genera el decreto 1227 de 2015, donde se incluyen los trámites correspondientes para hacer el cambio del componente sexo del registro civil y por ende en la cédula de ciudadanía. Ella lo hizo el 25 de octubre de 2016″, le dijo a este diario su abogada Pilar Astrid Lizarazo, el año pasado, asesora de las áreas de derecho laboral y público del consultorio jurídico del Politécnico Grancolombiano.
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Con todos los papeles en regla, 60 años en su espalda y casi 2.000 semanas cotizadas, el 11 de julio de 2018 Herrán regresó a aquella oficina de Colpensiones, creyendo que volvería a su casa con buenas noticias. Todo lo contrario, de nuevo le respondieron que debía esperar a los 62 años, porque esa “era la edad de jubilación de los hombres”. Con ayuda de Lizarazo, Herrán presentó una tutela y el Juzgado 45 Civil de Circuito falló a su favor. No obstante, Colpensiones presentó un recurso y el caso llegó a segunda instancia. Allí, el Tribunal Superior de Bogotá falló de nuevo a favor de Herrán. El expediente llegó a Corte Constitucional y todo fue luz verde para la mujer.
“Consideró (la Corte) que las mujeres trans y las mujeres cisgénero (que se reconocen con su fenotipo sexual de nacimiento) son sujetos comparables para efectos pensiónales y, por lo tanto, la señora Herrán Vargas tenía derecho a pensionarse a la edad prevista en ley para las ‘mujeres’. La Sala resaltó que, de acuerdo con estudios estadísticos, las mujeres trans se enfrentan a las más severas formas de discriminación laboral y marginación derivadas de las arraigadas normas de género imperantes, las cuales crean obstáculos que de facto les dificultan significativamente cumplir con los requisitos que exige la ley para acceder a la pensión de vejez”, agregó la defensa de Herrán.
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Entre otras cosas, la Corte consideró que este caso llevaría a pensar que, de otra forma, hombres podrían de forma inescrupulosa manejar el marcador de sexo en el documento de identidad, con el objetivo de acceder de forma anticipada a la pensión de vejez. Por tanto, la Corte pidió a Colpensiones y a los fondos privados crear medidas contra posibles fraudes en el sistema pensional. Entre tanto, Helena Herrán seguirá trabajando en el pueblo donde se mudó, donde siente una calma distinta a lo que vivió por décadas en Bogotá. No para de mencionar que está feliz.
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