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La Sala Plena de la Corte Constitucional tumbó, por segunda vez, el proyecto de reforma al Código Electoral por vicios de procedimiento en su trámite. Este proyecto, conocido como ley estatutaria número 111 de 2022, se encontraba acumulado con el proyecto de ley número 141 de 2022, del Senado y 418 de 2023, de la Cámara, “por la cual se expide el Código Electoral colombiano y se dictan otras disposiciones”, el cual fue presentado e impulsado por el exregistrador nacional y actual dirigente del Partido de la U, Alexander Vega.
La decisión de la Sala, con ponencia de los magistrados Cristina Pardo y Antonio José Lizarazo, fue proferida por unanimidad, y declara que “los vicios de procedimiento en su formación fueron principalmente porque no superó el análisis de impacto fiscal”, y, además, se presentó una “falta de consulta previa en algunos artículos y elusión del debate”.
El articulado llegó al Congreso en agosto de 2022 y recibió el respaldo del Ejecutivo, principalmente por parte del entonces ministro del Interior, Alfonso Prada. Para ese momento, los cambios al sistema incluían la utilización de nuevas tecnologías en las urnas y el registro civil de comunidades étnicas. Así mismo, planteaba una propuesta clave: ampliar los horarios de votación, los cuales están estipulados actualmente desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde.
El proyecto llegó en ese entonces al Capitolio porque, en 2021, un año atrás, la Corte Constitucional también había tomado la decisión de tumbar el articulado presentado en 2020 durante el gobierno del expresidente Iván Duque. En su momento, el alto tribunal reseñó que hubo vicios de forma en su trámite legislativo, el mismo escenario que se repite este 13 de agosto de 2024.
El Código Electoral contemplaba la introducción de tecnología biométrica, el voto electrónico mixto al sistema electoral de todo el país. Estas herramientas permitirían que en lugar de marcar un tarjetón en físico, el elector podía elegir a su candidato en una máquina que imprime su elección para depositarlo en una urna. De igual manera, la reforma incluía la adquisición de un software propio para la realización de los escrutinios, y el uso de datos biométricos.
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