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Un día después del cierre de la audiencia pública de la Corte IDH, por el caso “Bedoya Lima y otra Vs Colombia”, el órgano de justicia interamericano le ordenó al Estado que tome las medidas necesarias para proteger la vida e integridad de la periodista Jineth Bedoya y de su madre, Luz Nelly Lima. Ambas han recibido amenazas de muerte durante los últimos 20 años, desde que la subeditora de El Tiempo denunció la tortura y el abuso sexual que sufrió tras ser secuestrada por paramilitares -con posible complicidad de agentes del Estado- en la cárcel La Modelo, en mayo de 2000.
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Una de las primeras medidas que tomó la Corte IDH, antes de proferir sentencia en contra o a favor de Colombia, tras escuchar a las partes involucradas, fue ordenar al Estado la protección de ambas mujeres y, además, que las mismas víctimas participen de la planificación e implementación de esas medidas. Además, representantes del país deberán entregar al órgano de justicia un informe con el desarrollo de la estrategia, a más tarde el 9 de abril siguiente.
Asimismo, la Corte IDH pidió “a las representantes de las presuntas víctimas que presenten sus observaciones dentro de un plazo de diez días a partir de la notificación del referido informe del Estado (…), así como a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que presente sus observaciones a dicho informe del Estado dentro de un plazo de diez días a partir de la recepción de las observaciones de las representantes”.
Una vez Colombia presente su primer informe, explicó la Corte IDH, cada dos meses deberá actualizar el estado de las medidas para Jineth Bedoya y su madre, Luz Nelly Lima. Todo nace de las declaraciones de la periodista durante la audiencia pública, cuando el 15 de marzo pasado -día de la primera diligencia- aseguró que ha vivido un infierno durante más de 20 años. Ha recibido amenazas de muerte por escrito y en llamadas. Incluso, un día después de que el caso cayera en la Corte IDH, en 2019, un emisario con un número extranjero le dijo que su pesadilla se iba a repetir.
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“Posteriormente, en su intervención realizada el 23 de marzo de 2021, en el marco de los alegatos finales orales de las representantes, la señora Bedoya Lima solicitó nuevamente la adopción de medidas de protección a su favor y a favor de su madre. Indicó, además, que continúa recibiendo amenazas ‘a día de hoy’. Asimismo, precisó que, si bien actualmente ella sí cuenta con medidas de protección por parte del Estado, no así su madre, quien también estaría en riesgo”, explicó la Corte IDH.
Ayer 23 de marzo, cuando Jineth Bedoya solicitó la adopción de medidas provisionales, Camilo Gómez, director de la Agencia Nacional de Defensa del Estado, respondió que “toma atenta nota” y que procedería “dentro de los canales correspondientes a analizar la solicitud”. Por su parte, la representación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), requerida por la defensa de Bedoya en 2011, ante la presunta falta de garantías de la justicia colombiana, alegó que era “fundamental otorgar una protección efectiva e integral tanto a ella como a su madre”.
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“El Tribunal observa que, según lo indicado por la señora Bedoya Lima, desde hace como mínimo dos décadas hasta la actualidad, habría recibido amenazas que atentarían contra su vida e integridad, e incluso algunas de ellas, en particular, conformarían actos de amedrentamiento con un alto grado de violencia sexual. El Tribunal nota que la entidad de las amenazas que, según la señora Bedoya Lima, sufren ella y su madre, alcanzan un grado de intimidación y generan tal nivel de angustia que puede ser calificado como de extrema gravedad”, concluyó la Corte IDH.
Por otro lado, durante la presentación de alegatos finales, ayer 23 de marzo, el Gobierno hizo un reconocimiento parcial de responsabilidad y ofreció disculpas a Jineth Bedoya: “En nombre del Estado Colombiano reconozco la responsabilidad internacional por las fallas del sistema judicial, que no realizó una investigación penal digna para la víctima, al recaudar doce declaraciones, y le pide perdón a Jineth Bedoya por estos hechos y por el daño que el causaron”, explicó Camilo Gómez.
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Sin embargo, Gómez precisó que aún continuará en contraposición con el deber de prevención que, según él, cumplió Colombia antes de que Bedoya fuera secuestrada y torturada por los paramilitares de una cárcel donde, en palabras de la periodista, se había trasladado la guerra que se vivía en el campo entre “paras” y guerrilleros. De hecho, todo comenzó con una investigación para El Espectador, en la cual se pretendía entrevistar al paramilitar Mario Jaime Mejía, alias El Panadero. El 25 de mayo de 2000, día del encuentro, Bedoya fue víctima de una trampa en la que, según la periodista, participaron incluso agentes del Estado.