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Los dos congresistas condenados por parte de la Corte en esa sentencia son Reginaldo Montes y el liberal Juan Manuel López Cabrales, ambos del departamento de Córdoba, firmantes del Pacto de Ralito, que aseguraban que no habían firmado el documento a sabiendas de su contenido.
Para la Corte ese argumento pierde total credibilidad pues otros testigos y asistentes como Eleonora Pineda, Luis Carlos Ordosgoitia, Alfonso Campo Escobar y Miguel de la Espriella Burgos afirmaron que el texto se leyó, como de igual manera lo aseveraron Salvatore Mancuso, Edward Cobos Téllez, Rodrigo Tovar Pupo y Diego Fernando Murillo Bejarano.
Aunque el Tribunal acepta que, como lo dijo en su momento Salvatore Mancuso, el objetivo de la reunión de Ralito no para promover grupos armados al margen de la ley sino "refundar la patria", hacer esto necesariamente implica "promover la acción del paramilitarismo por fuera de una política de Estado", señaló la Corte.
Indicaron en la sentencia contra López Cabrales y Montes que aunque el motivo de la reunión no haya sido promover la ilegalidad, se pretenda restarle importancia a ese encuentro no hay que olvidar que "el tema de la paz es un “acto de gobierno” cuya dirección le corresponde de manera “exclusiva” al Presidente de la República como responsable del orden público, razón por la cual lo menos que se podía esperar ante la supuesta “bondad” de la propuesta era que el senador Montes Álvarez, miembro de la Comisión de Paz, hubiese informado de ello al Gobierno Nacional, y por supuesto también el doctor López Cabrales".
"Lo que se debía esperar, al menos por parte de quienes representaban la institucionalidad, es que dieran a conocer al Gobierno, de la manera que fuera, un acontecimiento en el que la “refundación de la patria” y la suscripción de un “nuevo pacto social” se constituían en propósitos del paramilitarismo en su afán de obtener el reconocimiento político que sus acciones violentas no permitían otorgarles", con lo que la Corte desestimó el argumento de los imputados de haber asistido y callado el 'encuentro' por un 'miedo insuperable'; especialmente teniendo en cuenta que ninguno de los dos informó sobre el Pacto a las autoridades, inclusive después de que Miguel Alfonso de la Espriella lo contara todo en una entrevista otorgada a el diario El Tiempo el 26 de noviembre de 2006.