La votación por fiscal general que terminó en asedio en la Corte Suprema
El Palacio de Justicia fue rodeado por manifestantes durante más de cinco horas. La fallida elección del reemplazo de Francisco Barbosa y el ascenso de Martha Mancera llevó a una tensa jornada en el centro de Bogotá, que profundizó las tensiones que rodean la decisión de la Corte.
Jhordan C. Rodríguez
En la tarde de este jueves, el Palacio de Justicia, donde la Corte Suprema de Justicia había decidido en horas de la mañana que Colombia no tendría todavía una nueva fiscal general, fue asediado. El alto tribunal se reunió desde muy temprano para que la Sala Plena votara por Ángela María Buitrago, Amelia Pérez o Luz Adriana Camargo, para ocupar el cargo que ostentará hasta el próximo lunes 12 de febrero Francisco Barbosa. Aunque la decisión final no llegó, sí cambiaron los apoyos dentro del alto tribunal, que vivió uno de los días más intensos. Durante horas reinó la intranquilidad de los magistrados que estuvieron rodeados por manifestantes que se movilizaron hasta allí para exigir celeridad en el proceso de selección de la nueva fiscal. Un escenario que, inevitablemente, trajo a la memoria la toma y retoma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Días antes la tensión era palpante en los pasillos de la Corte. La constante confrontación entre el presidente Gustavo Petro y el fiscal Barbosa, así como decisiones de otras instancias, llevaron a que el jefe de Estado convocara a la movilización social por cuenta de lo que llamó una “ruptura institucional”. Su llamado fue escuchado y, en varias ciudades del país, miles de personas se movilizaron. En Bogotá, especialmente, la manifestación se concentró en el centro de la ciudad, haciendo más profunda la tensión en el alto tribunal, que ya tenía encima los ojos de un país polarizado. Este jueves se materializó el miedo de muchos magistrados que habían dicho que temían salir a la calle. Todo comenzó hacia las 9 a.m., cuando Francisco Barbosa llegó a la Corte a presentar el balance de su administración.
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En la tarde de este jueves, el Palacio de Justicia, donde la Corte Suprema de Justicia había decidido en horas de la mañana que Colombia no tendría todavía una nueva fiscal general, fue asediado. El alto tribunal se reunió desde muy temprano para que la Sala Plena votara por Ángela María Buitrago, Amelia Pérez o Luz Adriana Camargo, para ocupar el cargo que ostentará hasta el próximo lunes 12 de febrero Francisco Barbosa. Aunque la decisión final no llegó, sí cambiaron los apoyos dentro del alto tribunal, que vivió uno de los días más intensos. Durante horas reinó la intranquilidad de los magistrados que estuvieron rodeados por manifestantes que se movilizaron hasta allí para exigir celeridad en el proceso de selección de la nueva fiscal. Un escenario que, inevitablemente, trajo a la memoria la toma y retoma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Días antes la tensión era palpante en los pasillos de la Corte. La constante confrontación entre el presidente Gustavo Petro y el fiscal Barbosa, así como decisiones de otras instancias, llevaron a que el jefe de Estado convocara a la movilización social por cuenta de lo que llamó una “ruptura institucional”. Su llamado fue escuchado y, en varias ciudades del país, miles de personas se movilizaron. En Bogotá, especialmente, la manifestación se concentró en el centro de la ciudad, haciendo más profunda la tensión en el alto tribunal, que ya tenía encima los ojos de un país polarizado. Este jueves se materializó el miedo de muchos magistrados que habían dicho que temían salir a la calle. Todo comenzó hacia las 9 a.m., cuando Francisco Barbosa llegó a la Corte a presentar el balance de su administración.
Después el tema principal empezó a discutirse: elección de fiscal general. Los 23 magistrados que componen la Sala Plena votaron en dos rondas, pero ninguna ternada logró los 16 votos requeridos para ganar. Lo que sí pasó fue que hubo un cambio de bandos en esta nueva sesión de la Corte. El voto en blanco siguió victorioso entre los magistrados. Buitrago, quien había sido la gran perdedora el pasado 25 de enero cuando la Sala Plena votó por primera vez y no consiguió ni un solo voto, este jueves remontó haciéndose, según distintas fuentes, con al menos ocho votos. Pérez, quien dio sorpresa en la pasada sesión en la que alcanzó nueve apoyos, esta vez consiguió entre cuatro y seis votos a su favor. Camargo, por su parte, mantuvo el segundo puesto.
Los resultados mostraron que, por ahora, las ternadas van parejas de cara a la elección para el cargo que quedará en manos de la vicefiscal Martha Mancera, la segunda de Barbosa. Mientras que los 23 togados deliberaban y votaban, a las afueras del Palacio de Justicia crecía la multitud que había salido a marchar para, dentro de otras cosas, pedir que hubiera una decisión ese mismo jueves. El presidente Petro fue uno de los promotores de las movilizaciones que se dieron en el país, y aunque dijo que la ciudadanía no se manifestaría para presionar a la Corte, eso mismo terminó sucediendo. Pasado el mediodía, cuando ya se sabía que no había elección, cientos de manifestantes desocuparon la plaza de Bolívar y se concentraron en las entradas del Palacio de Justicia.
Pancartas, arengas, puestas en escena y música llenaron las puertas del edificio y no permitieron que nadie entrara o saliera del recinto. Inconformes con la decisión, algunos de los manifestantes decidieron instalar en la carrera octava con calle 11, en una de las esquinas de la plaza de Bolívar, un puesto de votación para que fuera, al menos simbólicamente, el pueblo quien eligiera a la nueva jefa del ente investigador. Las horas pasaban y los manifestantes, muchos de ellos con banderas de Fecode, el M-19 y de guardias indígenas, no retrocedían ni un solo paso, a pesar de los intentos de varios uniformados en el interior del Palacio de Justicia que les pedían espacio para poder permitir la salida de los magistrados.
Mientras tanto, en la Corte, varios de los togados estaban preocupados por las horas transcurridas y el ambiente que se vivía de puertas para afuera. “Estamos sitiados. No se puede salir ni entrar al edificio. No hay comida. No hemos almorzado”, dijeron magistrados a este diario. Ante la preocupación, la Corte Constitucional, luego el Consejo de Estado y el Consejo Superior de la Judicatura, expresaron apoyo a sus colegas y pidieron mesura ante la presión de los manifestantes. Por su parte, el director de la Policía, William Salamanca, logró entrar al Palacio de Justicia, y se reunió con el presidente del alto tribunal, Gerson Chaverra, y otros miembros de la Sala Plena. Carlos Ramón González, director de la Dirección Administrativa de la Presidencia de la República (Dapre), también estuvo en el Palacio mediando la tensión en la calle.
A las 3:10 p.m. finalmente se pronunció el presidente Petro por su cuenta de X, en la que pidió a “la Policía actuar sobre las personas que impiden la libre movilidad de magistrados”. Todavía encerrados en el edificio, la Corte habló: “La Corte Suprema de Justicia rechaza enfáticamente el asedio de las últimas horas al Palacio de Justicia. Situación que además de afectar gravemente el derecho a la libertad de locomoción, pone en riesgo la vida e integridad física de magistrados, empleados, periodistas y demás ocupantes de la principal sede de justicia del país (...) la democracia queda en vilo cuando cualquier sector o actor de un país pretende presionar política, física o moralmente decisiones de la justicia. En un Estado de derecho como el colombiano, la función judicial solo está sometida al imperio de la ley”.
El mal rato que se vivió en el Palacio de Justicia, donde no solo estuvieron encerrados algunos magistrados, sino también funcionarios, policías, personal de la Corte y periodistas, empezó a bajar poco a poco, sobre las 5:30 p.m., cuando la Fuerza Pública abrió algo de espacio para que las personas pudieran salir. El operativo estuvo a cargo de la Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (antes Esmad), que usó gases y la fuerza para abrirles camino a las caravanas de seguridad de los magistrados y funcionarios que estaban en el Palacio de Justicia. Una jornada de altísima tensión que solo ayudó a profundizar la presión que hay sobre el alto tribunal que volverá a reunirse para votar la terna de candidatos a fiscal el próximo 22 de febrero.
Eso sí, el alto tribunal fue enfático: “La Corte Suprema de Justicia exige al Gobierno Nacional brindar las garantías necesarias para que el ejercicio de las competencias de esta corporación y los demás jueces colombianos se puedan desarrollar sin presiones, hostigamiento o amenazas”. Por ahora, el camino para que Martha Mancera llegue a lo más alto de la cúpula de la Fiscalía quedó despejado. El próximo lunes, cuando Barbosa termine su período, la vicefiscal ascenderá, pese a las denuncias que reposan en su contra en las que, supuestamente, sabía de los presuntos nexos narcotraficantes del director del CTI en Buenaventura, Francisco Javier Martínez, alias Pacho, y no habría hecho nada por investigarlo. Por ahora, solo en 15 días se sabrá si hay nueva fiscal.