Corte Suprema llama a juicio al exmagistrado Leonidas Bustos por cartel de la toga
El expresidente de la Corte es investigado por ser el supuesto “cerebro” detrás del esquema de sobornos judiciales que se fraguó al interior del alto tribunal y que fue develado tras la captura el exjefe de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, Luis Gustavo Moreno.
El exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Leonidas Bustos, fue llamado a juicio en ese alto tribunal. Bustos fue acusado por el Congreso de ser el “cerebro” detrás del cartel de la toga, la “organización criminal” que cobraba cuantiosas sumas de dinero a cambio de no librar órdenes de captura en contra de aforados y engavetar procesos judiciales. El Congreso le quitó el fuero y por eso ahora es procesado en el alto tribunal. Él se ha declarado inocente.
(En contexto: Senado acusó formalmente a exmagistrado Bustos por Cartel de la Toga)
Desde 2018, cuando estalló el escándalo del cartel de la toga, Leonidas Bustos se encuentra en Canadá y apenas hasta este año se volvió a tener noticia de él. En enero apareció como testigo en el juicio que se seguía contra el también exmagistrado Francisco Ricaurte. En esa oportunidad, además de respaldar a su excolega y amigo, que terminó condenado, dijo que no tenía relación alguna con los hechos de corrupción que fueron develados tras la captura del exjefe de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, Gustavo Moreno.
Tras una investigación en la Comisión de Acusación, a mediados de 2021 el Senado declaró indigno a Bustos, le quitó el fuero y, desde entonces, su proceso pasó a la Corte Suprema. Ahora, con la formalización del llamado a juicio, la Sala de Primera Instancia del alto tribunal debe programas audiencias preparatorias y, posteriormente, de juicio. Ya en la misma sala y por el mismo caso fue condenado su excompañero Gustavo Malo.
(Lea también: Gustavo Malo, condenado a nueve años de prisión por el cartel de la toga)
Bustos, Ricaurte, Malo y otro puñado de abogados y exfuncionarios son señalados de conformar un esquema de sobornos para torcer procesos que llevaba la Sala Penal de la Corte contra congresistas y gobernadores. En concreto, Ricaurte y Malo han sido condenados por, supuestamente, recibir sobornos de los exsenadores Musa Besaile y Álvaro Ashton, que buscaban frenar las investigaciones en su contra por parapolítica.
(Le recomendamos: “Faltan muchos nombres en el cartel de la toga”: exfiscal Gustavo Moreno)
Cuando a Bustos le preguntaron por estas acusaciones en el juicio contra Ricaurte, este año, dijo: “Quiero que quede claro que al interior de la Sala había un profundo respeto entre los magistrados en los asuntos sometidos a la consideración de cada magistrado. No recuerdo de ninguna filtración en casos por parapolítica. Tal vez en alguna oportunidad se filtró información (en medios de comunicación) en relación con un testimonio que había rendido un paramilitar, pero no recuerdo que se presentase esa clase de filtraciones”.
Todo el escándalo nació en 2017 cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos remitió a la Fiscalía grabaciones de diálogos entre el abogado Leonardo Pinilla (mano derecha de Gustavo Moreno) y el exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, en las que se hacía mención a posibles actos de corrupción en el trámite de procesos adelantados contra algunos congresistas en la Corte Suprema. Esa fue la punta de lanza y, de allí, inició una investigación en la Comisión de Acusación de la Cámara.
Lea también: Por “falta de seriedad y compromiso” JEP expulsó al exsenador Musa Besaile
Allí, el representante del Centro Democrático Edward Rodríguez terminó su investigación en mayo de 2019 y concluyó: “Se admite […] que las diferentes diligencias practicadas en el curso de esta investigación no arrojaron medios de prueba que permitieran afirmar, sin lugar a dudas, que el doctor Bustos Martínez recibió dinero directamente de los aforados a los cuales se les adelantan procesos al interior de la Corte Suprema de Justicia, en la Sala de Casación Penal”.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
El exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Leonidas Bustos, fue llamado a juicio en ese alto tribunal. Bustos fue acusado por el Congreso de ser el “cerebro” detrás del cartel de la toga, la “organización criminal” que cobraba cuantiosas sumas de dinero a cambio de no librar órdenes de captura en contra de aforados y engavetar procesos judiciales. El Congreso le quitó el fuero y por eso ahora es procesado en el alto tribunal. Él se ha declarado inocente.
(En contexto: Senado acusó formalmente a exmagistrado Bustos por Cartel de la Toga)
Desde 2018, cuando estalló el escándalo del cartel de la toga, Leonidas Bustos se encuentra en Canadá y apenas hasta este año se volvió a tener noticia de él. En enero apareció como testigo en el juicio que se seguía contra el también exmagistrado Francisco Ricaurte. En esa oportunidad, además de respaldar a su excolega y amigo, que terminó condenado, dijo que no tenía relación alguna con los hechos de corrupción que fueron develados tras la captura del exjefe de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, Gustavo Moreno.
Tras una investigación en la Comisión de Acusación, a mediados de 2021 el Senado declaró indigno a Bustos, le quitó el fuero y, desde entonces, su proceso pasó a la Corte Suprema. Ahora, con la formalización del llamado a juicio, la Sala de Primera Instancia del alto tribunal debe programas audiencias preparatorias y, posteriormente, de juicio. Ya en la misma sala y por el mismo caso fue condenado su excompañero Gustavo Malo.
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Bustos, Ricaurte, Malo y otro puñado de abogados y exfuncionarios son señalados de conformar un esquema de sobornos para torcer procesos que llevaba la Sala Penal de la Corte contra congresistas y gobernadores. En concreto, Ricaurte y Malo han sido condenados por, supuestamente, recibir sobornos de los exsenadores Musa Besaile y Álvaro Ashton, que buscaban frenar las investigaciones en su contra por parapolítica.
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Cuando a Bustos le preguntaron por estas acusaciones en el juicio contra Ricaurte, este año, dijo: “Quiero que quede claro que al interior de la Sala había un profundo respeto entre los magistrados en los asuntos sometidos a la consideración de cada magistrado. No recuerdo de ninguna filtración en casos por parapolítica. Tal vez en alguna oportunidad se filtró información (en medios de comunicación) en relación con un testimonio que había rendido un paramilitar, pero no recuerdo que se presentase esa clase de filtraciones”.
Todo el escándalo nació en 2017 cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos remitió a la Fiscalía grabaciones de diálogos entre el abogado Leonardo Pinilla (mano derecha de Gustavo Moreno) y el exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, en las que se hacía mención a posibles actos de corrupción en el trámite de procesos adelantados contra algunos congresistas en la Corte Suprema. Esa fue la punta de lanza y, de allí, inició una investigación en la Comisión de Acusación de la Cámara.
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Allí, el representante del Centro Democrático Edward Rodríguez terminó su investigación en mayo de 2019 y concluyó: “Se admite […] que las diferentes diligencias practicadas en el curso de esta investigación no arrojaron medios de prueba que permitieran afirmar, sin lugar a dudas, que el doctor Bustos Martínez recibió dinero directamente de los aforados a los cuales se les adelantan procesos al interior de la Corte Suprema de Justicia, en la Sala de Casación Penal”.
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