Crimen de Fernando Villavicencio: el factor Colombia en bandas criminales ecuatorianas
La Fiscalía ecuatoriana confirmó que seis de los capturados por el asesinato son colombianos. Aunque aún no es claro quién ordenó el atentado contra el candidato presidencial, los Choneros, una de las principales bandas criminales de ese país, amenazó a Fernando Villavicencio. El grupo criminal tiene una vieja alianza con el crimen organizado colombiano desde la década pasada.
Ecuador vive momentos de total conmoción tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. El líder político fue baleado mientras salía de un evento político en Quito el pasado miércoles, y aún no hay mayor información de quiénes ordenaron su asesinato. La Fiscalía de ese país capturó a seis colombianos, pero todavía no hay tiene certeza de qué papel habrían cumplido en el magnicidio. Lo que sí está claro es que Villavicencio, quien aspiraba a la Presidencia por el partido Construye, había denunciado hace pocos días que una banda criminal, que tiene viejos lazos con grupos armados colombianos, lo estaban amenazando a él y a su equipo de campaña.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
Ecuador vive momentos de total conmoción tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. El líder político fue baleado mientras salía de un evento político en Quito el pasado miércoles, y aún no hay mayor información de quiénes ordenaron su asesinato. La Fiscalía de ese país capturó a seis colombianos, pero todavía no hay tiene certeza de qué papel habrían cumplido en el magnicidio. Lo que sí está claro es que Villavicencio, quien aspiraba a la Presidencia por el partido Construye, había denunciado hace pocos días que una banda criminal, que tiene viejos lazos con grupos armados colombianos, lo estaban amenazando a él y a su equipo de campaña.
Lea: Los seis detenidos por el asesinato de Fernando Villavicencio son colombianos
El autor fue el grupo criminal conocido como Los Choneros, liderados por alias Fito, una de las organizaciones más peligrosas de Ecuador, que tiene el control de las prisiones desde donde ordenas acciones criminales y serían el brazo ecuatoriano armado del Cartel de Sinaloa, el grupo narcotraficante mexicano que financia a varios grupos criminales en Suramérica para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos o Europa. “En un parte policial en el que se revela una gravísima amenaza de uno de los capos del Cártel de Sinaloa, me refiero a alias Fito, en mi contra con una advertencia: que si sigo refiriéndome a su grupo, ellos atentarán contra mi vida”, dijo en rueda de prensa el candidato a la presidencia del país sudamericano a finales de julio.
Le podría interesar: “Ecuador tocó fondo”: Carolina Andrade, secretaria de Seguridad de Quito
La conexión de los Choneros con Colombia
Según fuentes de inteligencia de la Policía, esta organización criminal lleva varios años teniendo alianzas con grupos armados en Colombia. Principalmente con las disidencias de las FARC. Informes conocidos por El Espectador señalan que los Choneros tienen una alianza con los Comandos de la Frontera. Se trata de un grupo armado que delinque en Putumayo —departamento fronterizo con Ecuador— que está integrado por los frentes 48 y 32 de las disidencias de las Farc con la banda criminal sucesora del paramilitarismo La Constru, grupos armados que desde hace varios años delinquen en esta zona del país y del lado ecuatoriano de la frontera.
Lo que ha determinado el Ejército colombiano y la Policía es que las disidencias cuidan los laboratorios de procesamiento de cocaína y controlan los cultivos de uso ilícito en el departamento, los cuales mantienen en disputa con otra disidencia, el autodenominado Frente Carolina Ramírez. Por su parte, La Constru, que surgió después de la desmovilización de los paramilitares del Putumayo en 2006, es la que, según fuentes en terreno, tiene los enlaces con las mafias internacionales, como el cartel de Sinaloa, que también trabaja de la mano con los Choneros en Ecuador.
Los grupos criminales que conforman los Comandos de la Frontera se aliaron para mantener bajo su control el negocio del narcotráfico a través de un muy bien aceitado andamiaje para pasar los cargamentos de cocaína a la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, territorio que en su momento sirvió como retaguardia de las Farc y donde precisamente fue bombardeado el campamento del jefe guerrillero alias Raúl Rayes, en marzo de 2008. Las autoridades colombianas señalan que usan vehículos con doble fondo, informantes y personal que cuida las cargas en municipios como Puerto Asís y Puerto Leguízamo en Colombia y Puerto El Carmen, Puerto Mestanza y Lago Agrio en Ecuador, donde se pactan las entregas de cocaína a los Choneros.
Estos últimos acopian los alijos para despacharlos vía marítima hacia Centroamérica para luego ser enviados a Estados Unidos. Sin embargo, la Policía colombiana ya tenía en sus archivos que los integrantes de los Comandos de la Frontera ya habían colaborado esporádicamente para sacar cargamentos de cocaína por esta frontera.“En 2015, fue capturado por la Policía ecuatoriana, en Lago Agrio (Ecuador), Diego Mauricio Mejía Rojas, alias el Paisa, entonces líder de La Constru, quien para ese momento ya teníamos identificado como un hombre que tenía negocios con los frentes 32 y 48 de las Farc”, dice un investigador de la Dirección Antinarcóticos de la Policía, quien señala que La Constru es liderada por Giovanny Andrés Rojas, alias Araña.
El asesinato que desató una crisis
Los Choneros son los principales responsables de la crisis de seguridad que vive Ecuador desde hace aproximadamente tres años. Resulta que antes de que Fito llegara a la cabeza de los Choneros, el grupo criminal era liderado por Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, quien quedó libre en junio de 2020. Sin embargo, seis meses después fue asesinado a plena luz del día en un centro comercial en Manta (Ecuador). Un asesinato que, según medios locales y autoridades de ambos países, generó la crisis de violencia y carcelaria que vive Ecuador al quedarse Los Choneros sin una cabeza y la ambición de las otras bandas de ganarles terreno en las rutas del narcotráfico.
Rasquiña también tenía en su historial criminal un episodio que lo ligaba al mundo criminal colombiano. En 2013, el entonces líder de los Choneros se fugó de una cárcel en Guayaquil con destino a Colombia. Estuvo tres meses a la fuga y fue recapturado en el centro comercial Bulevar Niza en el norte Bogotá. “Estuvo fugitivo gracias a una red de personas que lo mantuvieron en el anonimato, pero de la cual nunca se tuvo conocimiento a qué grupo criminal colombiano hacía parte”, dice una fuente de la Dijín que participó en el operativo hace más de una década. Esa misma fuente advierte que actualmente los Choneros tienen un componente de colombianos entre sus hombres armados.
En mayo de 2020, fue capturado el ciudadano colombiano denominado por las autoridades de ese país Jaime Adolfo Z. V. Se trata del hombre que coordinaba a cerca de 28 personas que traía los cargamentos de cocaína en Tumaco (Nariño, Colombia) por la frontera con la provincia de Carchi y luego enviada a Guayaquil. Sin embargo, se desconoce qué grupo colombiano era el que les proveía por esa ruta. El más reciente hecho violento que une a los Choneros con Colombia ocurrió en mayo de 2023, cuando otro de los líderes de esa banda ecuatoriana fue encontrado muerto en el municipio de Fredonia, Antioquia.
Se trata de alias Junior Roldán, quien estaba prófugo de la justicia ecuatoriana después de que se deshizo de brazalete electrónico luego de quedar en libertad condicional. El líder criminal cruzó la frontera con Colombia en marzo pasado tras un enfrentamiento armado con otra banda criminal ecuatoriana conocida como los Lobos. Por ahora, las autoridades ecuatorianas trabajan para determinar qué papel cumplieron los tres colombianos señalados de asesinar al candidato presidencial Fernando Villavicencio y a qué grupo criminal hacían parte.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.