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En tres actas, firmadas el 1°, 6 y 15 de febrero de 2017, la junta directiva del ostentoso Club El Nogal, en Bogotá, despojó de su condición de socio a Daniel Mendoza Leal, escritor del libro “El Diablo es Dios” y creador de la serie web “Matarife”. Tras un pleito judicial que ha tenido dos instancias, el Tribunal Superior de Bogotá ordenó revocar esos documentos, pues, en su concepto, fue una medida desproporcionada que violó el derecho a la libertad de expresión.
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En su denuncia, Daniel Mendoza explicó que por más de 16 años fue socio del Club El Nogal, el cual cuenta con centro de convenciones, alojamiento y amplias zonas deportivas. Su calidad le fue retirada, mediante esas tres resoluciones, por sus denuncias contra miembros de la Junta Directiva en 2016. Por ejemplo, en agosto de ese año, en Canal Uno Mendoza expresó que en el club se le estaba haciendo una cacería de brujas por explicar en su libro “El Diablo es Dios”, que miembros de un ficticio Club El Nogal no tienen cultura literaria y son encubridores de corrupción.
El libro, según Mendoza, no tiene relación directa con el Club El Nogal ubicado en Bogotá y las practicas criminales que son relatadas en la obra literaria son, a su juicio, producto de sus habilidades como escritor. Sin embargo, la junta directiva del verdadero Club El Nogal no estuvo de acuerdo, en 2017, con las letras de Mendoza y su posterior ronda de medios. De acuerdo con la junta, Mendoza fue expulsado porque violó el artículo 9 de sus estatutos, según el cual todo socio debe “conservar intachable conducta”.
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Asimismo, según el reglamento disciplinario del Club El Nogal, constituyen faltas sacar a la luz “escritos ofensivos contra el club, sus socios o usuarios”. Sin embargo, Mendoza explicó que estaban violando su derecho a la libre expresión y pidió a la junta directiva realizar un acto de reconocimiento de responsabilidad en las instalaciones, pagarle una indemnización y no volver a ser procesado disciplinariamente por “hacer uso de sus derechos fundamentales”.
En concordancia con ello, el Tribunal Superior de Bogotá consideró que la expulsión del Club el Nogal de Mendoza no era la única posibilidad con la cual contaban los miembros de la junta directiva. Se trató, según el Tribunal, de una medida desproporcionada contra alguien quien en su condición de escritor y periodista de profesión “merece mayor protección”. Agregó que la expulsión significó un mensaje contra otros periodistas, en el cual se les indicó por derecha que informar u opinar acerca de los asociados trae como consecuencia castigos.
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“Con respecto a la finalidad del discurso de Mendoza Leal, se evidencia que sus expresiones no pretenden ofender, sino que revelan la esencia de sus ideas, reflejadas en su obra literaria, aclarando que sus personajes son ficticios y no corresponden a miembros del Club y que el lenguaje empleado es el que usa en sus escritos, es más, al señalar que por actos de corrupción había formulado las denuncias correspondientes, en especial en contra del señor Jairo Rubio Escobar, no declaró que se había cometido ese delito, sino que en su opinión estaba siendo investigado por la Junta Directiva, debido a esas acusaciones”, concluyó el Tribunal.
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