Denuncia entre bananeros por caso de despojo de tierras en Apartadó, Antioquia
La Unidad de Restitución de Tierras analiza el caso de la finca El Descanso, la cual fue comprada en un contexto de dominio paramilitar por el empresario bananero Jose Gentil Silva Holguin. Este ha sido mencionado como financiador de los paramilitares en Urabá y fue accionista de una sociedad de la que también fueron socios el exjefe paramilitar alias Cuco Vanoy y Sor Teresa Gómez, hermana de crianza de los Castaño.
David Escobar Moreno
A paso lento marcha el análisis por parte de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) de la finca bananera El Descanso, ubicada en Apartadó, Antioquia. De acuerdo con la denuncia conocida por este diario, el terreno de 28 hectáreas fue propiedad desde los años sesenta del exconsejal del partido Liberal de ese municipio Vidal Granado Calvo, quien falleció a finales de 2019 a los 90 años de edad. Hoy su familia le pide al Estado colombiano que le restituyan estas tierras las cuales, según denuncian, fueron vendidas en 1998 a un reconocido empresario bananero luego de que los paramilitares los amenazaran.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
A paso lento marcha el análisis por parte de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) de la finca bananera El Descanso, ubicada en Apartadó, Antioquia. De acuerdo con la denuncia conocida por este diario, el terreno de 28 hectáreas fue propiedad desde los años sesenta del exconsejal del partido Liberal de ese municipio Vidal Granado Calvo, quien falleció a finales de 2019 a los 90 años de edad. Hoy su familia le pide al Estado colombiano que le restituyan estas tierras las cuales, según denuncian, fueron vendidas en 1998 a un reconocido empresario bananero luego de que los paramilitares los amenazaran.
Le podría interesar: Empresario bananero Javier Restrepo Girona, a devolver tierras en Urabá
Se trata de Jose Gentil Silva Holguin, quien hasta hace unos años fue gerente y representante legal de la empresa bananera Inversiones Arango Ltda. Su nombre también figura en expedientes judiciales, pues el exjefe paramilitar y empresario bananero alias Pedro Bonito lo mencionó como uno de los empresarios de esa fruta que financiaron a los paramilitares en Urabá. Además, como reveló el portal periodístico Vorágine, su nombre aparece como accionista de Subastas Ganaderas del Urabá Grande (Suganar), una sociedad fachada fundada por el propio alias Pedro Bonito con el fin de canalizar la financiación de los ganaderos a los paras.
Otras noticias: Los pagos que Chiquita Brands habría hecho a los paramilitares
Además de Silva Holguin también fueron accionistas dos figuras claves de las Autodefensas: el exjefe paramilitar Ramiro alias “Cuco” Vanoy, preso en EE.UU. por narcotráfico y Sor Teresa Gómez, hermana de crianza de los hermanos Castaño, condenada por ser el cerebro del despojo de tierras que sufrieron cientos de campesinos en Antioquia y Córdoba por parte de ese grupo criminal. Asimismo, en la última campaña al Congreso se vio en redes sociales a la senadora Maria Fernanda Cabal y a Álvaro Uribe reunidos con el gerente de Suganar, Rodrigo Alberto Mejía, quien pretendía llegar con el Centro Democrático al Senado, pero se quemó.
La historia de El Descanso y “Vidalito”
De acuerdo con su familia, Vidal Granado Calvo llegó en los años sesenta a Apartadó proveniente de Acandí, Chocó. Allí, junto a su esposa y sus seis hijos se asentó en El Descanso, terreno que le fue adjudicado por el extinto Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora), en donde empezó a cultivar banano y cacao. Paralelamente, empezó a construir una carrera política en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), fundado por el expresidente del partido Liberal Alfonso López Michelsen. Por eso “Vidalito”, como era conocido en Urabá, terminó siendo concejal de Apartadó para esa colectividad política en varios periodos.
Asimismo, fungió durante varios años como presidente de la Federación Sindical de Trabajadores Agrarios de Colombia (Festracol) desde donde acompañó a muchos campesinos en los procesos de titulación de predios ante el Incora. A su vez, la producción bananera crecía en el país luego dela conquista de nuevos mercados en Estados Unidos y Europa. Por ende, Vidal Granado construyó una pequeña empacadora de la fruta y adquirió acciones de la comercializadora Unibán, una de las más importantes de Urabá y con quien suscribió un contrato de exportación en el que se obligaba a vender a través suyo toda su producción.
Durante el tiempo que Granado estuvo en Unibán compartió participación accionaria -pero en menor medida y con menos tierra- con Guillermo Gaviria Echeverri, el padre del actual gobernador de Antioquia y el exsenador Jaime Henríquez Gallo, recordado por ser uno de los financiadores de la campaña del No en el plebiscito por la Paz en 2016. Sin embargo, la tranquilidad de los Granado llegó a su fin en 1996, cuando los grupos paramilitares ingresaron a Urabá a imponer su voluntad con el apoyo de sectores del Estado y las llamadas Convivir, grupos de seguridad privada que terminaron siendo fachadas de ese grupo criminal.
Fue así como en ese año los paramilitares amenazaron reiteradamente a los Granado, generando que la familia y los trabajadores abandonaran la zona. Fue hacia 1998, que el empresario José Gentil Silva Holguin, uno de los grandes bananeros de la zona, ofreciendo comprar El Descanso por 65 millones de pesos. La familia Granado Calvo cataloga la cifra pactada como “irrisoria” y el negocio como “un fraude”, realizado por Silva Holguin mientras ellos sufrían las amenazas de muerte de los paramilitares de alias Pedro Bonito, quien comandó el bloque Bananero de las Autodefensas.
El Espectador se contactó con el empresario a través de la comercializadora Unibán, con la que tiene negocios Silva Holguin. Sin embargo, no hemos obtenido respuesta. Aunque Inversiones Arango trabaja con Unibán, esta última señala que “es ajena a la responsabilidad y acciones”. Los hijos y nietos de Vidal Granados Calvo le dijeron a este diario que seguirán reclamando la propiedad de las tierras de su ancestro, quien falleció en octubre de 2019 a los 90 años en Medellín, donde pasó sus últimos años a la espera de que la Unidad de Restitución de Tierras le diera una respuesta de fondo sobre su caso.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.