Denuncian un nuevo asesinato de líder social en Chiriguaná (Cesar)
Néstor Iván Martínez era miembro del congreso de Los Pueblos. Hace dos meses en ese mismo municipio fue asesinado un líder afro. La comunidad asegura que la situación es crítica.
Redacción Judicial
No había amenazas en su contra. Por eso, fue un shock para la comunidad de Chiriguaná (Cesar), escuchar la noticia de que al final de la tarde del pasado 11 de septiembre, habían matado a Néstor Iván Martínez, el vocero del Consejo comunitario de las comunidades negras de la Sierra, El Cruce y La Estación, todas ubicadas en el centro de Cesar.
De acuerdo con el comunicado difundido por la Comisión de Interlocución del sur de Bolívar, centro y sur del Cesar, a Martínez lo asesinaron cuando llegó a la finca de su hermano, Jaime Martínez. Antes de que el líder llegara, dos hombres armados entraron a la vivienda ubicada en zona rural de la Sierrita, y ataron al administrador de su finca, así como a su esposa. Luego, esperaron para cometer el crimen, aseguró la Comisión de Interlocución.
Según el comunicado de la organización, “los líderes y lideresas de la Comisión de Interlocución se encuentran en grave riesgo. El 25 de agosto fue repartido en varios municipios del Sur del Cesar un panfleto en el que amenazaron a la Comisión de Interlocución. El mencionado panfleto fue firmado por un Grupo que se hace llamar GALS o Grupo Armado de Limpieza Social”. En dicho documento, el grupo armado dice: “Le vamos a cortar a cualquiera de esta mesa una pata para que quede mocha”, entre otras frases amenazantes. (Ver panfleto)
Si bien el panfleto llevaba nombres propios, el de Néstor Iván Martínez no estaba mencionado. Además, cabe señalar que en el mismo, el grupo armado mostraba inconformidad por la ocupación de varias fincas que actualmente hacen parte de los procesos de restitución de tierras.
Así, el asesinato se suma a una escalada violenta que ha venido gestándose en la región. Según voceros asignados de la Comisión de Interlocución del sur de Bolívar, centro y sur del Cesar, la situación se ha venido complicado desde que empezó el año, pero fue en julio pasado cuando se agravó, después de que en una serie de protestas por el cierre del hospital San Andrés –el único en la región– cayera el líder afro Naiman Agustín Lara.
Lara también hacía parte del Consejo comunitario de las comunidades negras de la Sierra, El Cruce y La Estación; y, tal como lo documentó El Espectador, los testigos aseguraron que su muerte habría sido causada por un policía quien en medio de las protestas disparó en contra del docente y líder social. Henry Lara, el hermano del líder asesinado, dijo en ese momento que su hermano “corrió hacia un potrero. Ahí fue cuando un policía desenfundó la pistola y le disparó. El policía cogió su moto y le dijo al compañero: “Vámonos que le di, le di, le di” y se fueron los dos”.
Si bien el comandante operativo de la Policía de Cesar, el coronel Jorge Urquijo, le dijo a este diario que después de los hechos comenzaron las investigaciones pertinentes, tan solo un día después de la muerte de Lara fue atacada su sobrina, Yeraldín Lara, a quien un encapuchado desnudó y amenazó de muerte si decidía testificar en el caso de su tío. No obstante, la Comisión de Interlocución señala que las investigaciones por estas agresiones no han avanzado.
Ahora, le dijo un vocero de la organización que prefiere reservar su nombre, la Comisión pide medidas de protección urgentes, que no se limiten a la seguridad otorgada por la Unidad Nacional de Protección (UNP) sino que permitan el ejercicio efectivo del liderazgo social en la región. “Exigimos el desplazamiento inmediato de una comisión de verificación conformada por autoridades del orden nacional, en la cual sea invitada la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con el fin de acompañar a la comunidad, verificar los hechos de agresión a la misma, iniciar las investigaciones pertinentes y tomar medidas inmediatas de protección”, se lee en el comunicado.
No había amenazas en su contra. Por eso, fue un shock para la comunidad de Chiriguaná (Cesar), escuchar la noticia de que al final de la tarde del pasado 11 de septiembre, habían matado a Néstor Iván Martínez, el vocero del Consejo comunitario de las comunidades negras de la Sierra, El Cruce y La Estación, todas ubicadas en el centro de Cesar.
De acuerdo con el comunicado difundido por la Comisión de Interlocución del sur de Bolívar, centro y sur del Cesar, a Martínez lo asesinaron cuando llegó a la finca de su hermano, Jaime Martínez. Antes de que el líder llegara, dos hombres armados entraron a la vivienda ubicada en zona rural de la Sierrita, y ataron al administrador de su finca, así como a su esposa. Luego, esperaron para cometer el crimen, aseguró la Comisión de Interlocución.
Según el comunicado de la organización, “los líderes y lideresas de la Comisión de Interlocución se encuentran en grave riesgo. El 25 de agosto fue repartido en varios municipios del Sur del Cesar un panfleto en el que amenazaron a la Comisión de Interlocución. El mencionado panfleto fue firmado por un Grupo que se hace llamar GALS o Grupo Armado de Limpieza Social”. En dicho documento, el grupo armado dice: “Le vamos a cortar a cualquiera de esta mesa una pata para que quede mocha”, entre otras frases amenazantes. (Ver panfleto)
Si bien el panfleto llevaba nombres propios, el de Néstor Iván Martínez no estaba mencionado. Además, cabe señalar que en el mismo, el grupo armado mostraba inconformidad por la ocupación de varias fincas que actualmente hacen parte de los procesos de restitución de tierras.
Así, el asesinato se suma a una escalada violenta que ha venido gestándose en la región. Según voceros asignados de la Comisión de Interlocución del sur de Bolívar, centro y sur del Cesar, la situación se ha venido complicado desde que empezó el año, pero fue en julio pasado cuando se agravó, después de que en una serie de protestas por el cierre del hospital San Andrés –el único en la región– cayera el líder afro Naiman Agustín Lara.
Lara también hacía parte del Consejo comunitario de las comunidades negras de la Sierra, El Cruce y La Estación; y, tal como lo documentó El Espectador, los testigos aseguraron que su muerte habría sido causada por un policía quien en medio de las protestas disparó en contra del docente y líder social. Henry Lara, el hermano del líder asesinado, dijo en ese momento que su hermano “corrió hacia un potrero. Ahí fue cuando un policía desenfundó la pistola y le disparó. El policía cogió su moto y le dijo al compañero: “Vámonos que le di, le di, le di” y se fueron los dos”.
Si bien el comandante operativo de la Policía de Cesar, el coronel Jorge Urquijo, le dijo a este diario que después de los hechos comenzaron las investigaciones pertinentes, tan solo un día después de la muerte de Lara fue atacada su sobrina, Yeraldín Lara, a quien un encapuchado desnudó y amenazó de muerte si decidía testificar en el caso de su tío. No obstante, la Comisión de Interlocución señala que las investigaciones por estas agresiones no han avanzado.
Ahora, le dijo un vocero de la organización que prefiere reservar su nombre, la Comisión pide medidas de protección urgentes, que no se limiten a la seguridad otorgada por la Unidad Nacional de Protección (UNP) sino que permitan el ejercicio efectivo del liderazgo social en la región. “Exigimos el desplazamiento inmediato de una comisión de verificación conformada por autoridades del orden nacional, en la cual sea invitada la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con el fin de acompañar a la comunidad, verificar los hechos de agresión a la misma, iniciar las investigaciones pertinentes y tomar medidas inmediatas de protección”, se lee en el comunicado.