Detalles sobre el operativo de “Otoniel”, el hombre más buscado por las autoridades
El jefe del Clan del Golfo, el grupo armado sucesor del paramilitarismo y vinculado al narcotráfico, llevaba varios meses cercado por las Fuerzas Militares y la Policía. Detalles de la captura realizada en el Urabá antioqueño.
Jorge Luis Vargas, director de la Policía, llevaba cerca de ocho años siguiéndole la pista a Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, el hombre más buscado por las autoridades colombianas y por el que EE.UU. daba una recompensa de 5 millones de dólares. Hoy se hizo oficial su captura y Vargas fue quien dio detalles sobre cómo fue cercado este líder criminal, a quien se le atribuye ser una de las piezas clave del tráfico de cocaína a nivel mundial y a quien se le atribuye la reclusión de menores para fines sexuales, entre otros graves delitos.
Lea: De todos los espectros, el mundo político celebra captura de Otoniel
La denominada operación Osiris contó con la participación de 150 policías de Inteligencia y otros 500 del Ejército que se movilizaron entre el Cerro del Yoki en el corregimiento El Totumo en Necoclí, Antioquia, y las zonas colindantes. Esta zona, el Urabá antioqueño, es considerado como el corazón del grupo criminal que recogió a varios hombres que no se desmovilizaron con las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Según el general Vargas, Otoniel estaba custodiado por 8 anillos de seguridad.
Este operativo, que contó con la participación de agencias de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido, comprobó que Otoniel no se escondía en ninguna casa. En los últimos meses la Policía logró interceptar algunos de los correos humanos en los que encontraron información privilegiada sobre los negocios del narcotráfico y sobre las condiciones de salud que pasaba Otoniel mientras era cercado por las autoridades.
El Espectador ha documentado cómo Otoniel logró conformar una red de informantes y que su poderío se concentraba en los municipios de Tierralta, Puerto Libertador, San José de Uré y Montelíbano. También, aunque con menor intensidad, en la región de Turbo, Carepa y Apartadó. Una de las declaraciones realizadas por Vargas en las últimas horas las había hecho la exfiscal Claudia Carrasquilla en junio de este año: “Él tiene anillos fuertes de información que se llaman ‘puntos’, quienes le hacen saber en qué momento hay extraños”.
Otra de las acciones que había tomado el Estado colombiano contra Otoniel es la extradición de integrantes de su familia y su círculo más cercano. Entre ellos su hermana menor, Nini Úsuga David, y dos de sus primos, alias Orejas y el Flaco. “El distrito de Nueva York está juzgando al ala militar del Clan del Golfo y el de Florida, a sus seres queridos”, comentó una fuente a este diario en junio de 2021. Otro de los recientes golpes duros contra Otoniel fue la extradición de alias Platino, considerado como uno de los hombres que conservaba información privilegiada del Clan del Golfo.
“Durmiendo en condiciones de lluvia sin acercarse a residencias sabíamos qué estaba comiendo. Tenía un plato favorito, que es un animal propio de las selvas del Urabá antioqueño y la frontera con Córdoba. Identificados los escoltas de Otoniel, iniciamos sobre esas personas un trabajo prioritario de identificación”, señaló Vargas.
La información que se había filtrado de la operación contra Otoniel en los últimos meses indicaba que varias de las comunidades que lo apoyaron en el pasado ahora entregaban información a la Fuerza Pública, tras sufrir varios abusos de Otoniel y su grupo criminal. Vargas recalcó este aspecto durante la rueda de prensa, en la que además pidió rendir homenaje a los uniformados que murieron en los últimos años intentando capturar al líder del Clan del Golfo.
Por ahora, Otoniel, el hombre que heredó toda una estructura paramilitar y una de las redes de narcotráfico más importantes a nivel internacional se encuentra recluido en la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), en donde se realizaron las acciones de identificación del criminal, quien lleva más de dos décadas al margen de la ley. Además, Otoniel es requerido por la justicia de los Estados Unidos por varios hechos relacionados con el narcotráfico y sus nexos con los carteles de la droga mexicanos.
Jorge Luis Vargas, director de la Policía, llevaba cerca de ocho años siguiéndole la pista a Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, el hombre más buscado por las autoridades colombianas y por el que EE.UU. daba una recompensa de 5 millones de dólares. Hoy se hizo oficial su captura y Vargas fue quien dio detalles sobre cómo fue cercado este líder criminal, a quien se le atribuye ser una de las piezas clave del tráfico de cocaína a nivel mundial y a quien se le atribuye la reclusión de menores para fines sexuales, entre otros graves delitos.
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La denominada operación Osiris contó con la participación de 150 policías de Inteligencia y otros 500 del Ejército que se movilizaron entre el Cerro del Yoki en el corregimiento El Totumo en Necoclí, Antioquia, y las zonas colindantes. Esta zona, el Urabá antioqueño, es considerado como el corazón del grupo criminal que recogió a varios hombres que no se desmovilizaron con las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Según el general Vargas, Otoniel estaba custodiado por 8 anillos de seguridad.
Este operativo, que contó con la participación de agencias de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido, comprobó que Otoniel no se escondía en ninguna casa. En los últimos meses la Policía logró interceptar algunos de los correos humanos en los que encontraron información privilegiada sobre los negocios del narcotráfico y sobre las condiciones de salud que pasaba Otoniel mientras era cercado por las autoridades.
El Espectador ha documentado cómo Otoniel logró conformar una red de informantes y que su poderío se concentraba en los municipios de Tierralta, Puerto Libertador, San José de Uré y Montelíbano. También, aunque con menor intensidad, en la región de Turbo, Carepa y Apartadó. Una de las declaraciones realizadas por Vargas en las últimas horas las había hecho la exfiscal Claudia Carrasquilla en junio de este año: “Él tiene anillos fuertes de información que se llaman ‘puntos’, quienes le hacen saber en qué momento hay extraños”.
Otra de las acciones que había tomado el Estado colombiano contra Otoniel es la extradición de integrantes de su familia y su círculo más cercano. Entre ellos su hermana menor, Nini Úsuga David, y dos de sus primos, alias Orejas y el Flaco. “El distrito de Nueva York está juzgando al ala militar del Clan del Golfo y el de Florida, a sus seres queridos”, comentó una fuente a este diario en junio de 2021. Otro de los recientes golpes duros contra Otoniel fue la extradición de alias Platino, considerado como uno de los hombres que conservaba información privilegiada del Clan del Golfo.
“Durmiendo en condiciones de lluvia sin acercarse a residencias sabíamos qué estaba comiendo. Tenía un plato favorito, que es un animal propio de las selvas del Urabá antioqueño y la frontera con Córdoba. Identificados los escoltas de Otoniel, iniciamos sobre esas personas un trabajo prioritario de identificación”, señaló Vargas.
La información que se había filtrado de la operación contra Otoniel en los últimos meses indicaba que varias de las comunidades que lo apoyaron en el pasado ahora entregaban información a la Fuerza Pública, tras sufrir varios abusos de Otoniel y su grupo criminal. Vargas recalcó este aspecto durante la rueda de prensa, en la que además pidió rendir homenaje a los uniformados que murieron en los últimos años intentando capturar al líder del Clan del Golfo.
Por ahora, Otoniel, el hombre que heredó toda una estructura paramilitar y una de las redes de narcotráfico más importantes a nivel internacional se encuentra recluido en la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), en donde se realizaron las acciones de identificación del criminal, quien lleva más de dos décadas al margen de la ley. Además, Otoniel es requerido por la justicia de los Estados Unidos por varios hechos relacionados con el narcotráfico y sus nexos con los carteles de la droga mexicanos.